Estamos en una sociedad donde tenemos cualquier cosa a nuestro alcance. Da igual lo que sea que queramos, lo tenemos a un clic y en 24 horas en la puerta de casa, es por esto por lo que no debería extrañarnos que muchos deportistas de élite consuman drogas. Y es que el acceso a todo tipo de experiencias está a un solo clic, y no nos parece mal el avance de la sociedad, solo el mal uso que se hace de ella y las consecuencias del consumo de drogas.
Cuando se es joven, el consumo de estupefacientes nos da unos resultados físicos bastante buenos y nos hace aguantar varios días descansando muy poco, tanto es así, que muchos deportistas (y no deportistas) lo usan habitualmente. El problema llega cuando se abusa de estas sustancias, o cuando se aumentan las cantidades porque ya no nos ofrece el mismo resultado. Ahí empieza la decadencia y los efectos son más que visibles.
Por eso muchos clubes deportivos hacen test de orina casi todas las semanas, no solo por la mala imagen que dan a la población si se descubre que uno de sus jugadores o miembros consume drogas, sino porque la vida de esa persona está en juego.
Los deportistas de élite no son como nosotros, que salimos a correr una horita con el perro por el parque de al lado de casa, sino que son personas que entrenan más de 8 horas diarias y el consumo de drogas lleva al organismo al límite eso sumado a que el entreno en sí ya provoca esa extenuación, y la vida de esa persona está en riesgo.
Cuando se llega a la edad media del final de la carrera de casi cualquier deportista de élite, las consecuencias son devastadoras y bastante evidente. También sorprende ver a un futbolista, por ejemplo, fumando de una cachimba. Si analizamos nuestra reacción frente a esa situación, no nos molesta lo que esté fumando, nos molesta que sea un deportista de élite.
Realmente lo negativo no es el famoso o el chisme de que salga mucho de fiesta, sino los hábitos de vida. Por eso queríamos contar las consecuencias que tiene que un deportista de cierto calibre consuma drogas en su vida normal. Cuando decimos drogas, no nos referimos a dopaje, sino a beber alcohol, fumar, consumir cocaína, etc.
El consumo de drogas en el deporte
Aunque nos pueda parecer una locura, el deporte es un sector muy rodeado por las drogas, sobre todo las que estimulan el cuerpo y hacen que se rinda más y mejor en el deporte. Eso sí, los efectos a largo plazo son espeluznantes.
Drogas estimulantes
Cuando se trata de drogas estimulantes, como pueden ser la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas, entre otras, producen una reacción en el cerebro y en el cuerpo que destruye todo rastro de cansancio y nos da una energía y una vitalidad capaz de elevar por encima de nuestra cabeza cosas que en circunstancias normales no podríamos.
Esto se traduce en un esfuerzo físico con resultados excelentes, al menos de cara al exterior. Este tipo de drogas estimulantes permiten que aguantemos más tiempo con un rendimiento físico muy elevado. El consumo de estas drogas aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial, disminuyen el apetito, nos ponen alerta, reduce la fatiga muscular, etc.
Cuando un deportista decide consumir drogas estimulantes aumentan los niveles de competitividad, la motivación, la sensación de satisfacción, etc. Pero esto es una falsa realidad provocada por la droga. Para volver a sentir esto, hay que volver a consumir drogas. De repente nos vemos encerrados en un círculo vicioso del que es muy difícil salir.
Drogas relajantes
En el caso de drogas relajantes como el cannabis o el alcohol, afectan directamente al rendimiento de la persona, ya que reducen sus reflejos, estabilidad, atención, concentración, coordinación, etc. De esta forma, si se practica alguna actividad deportiva, se pone en riesgo la salud del deportista y de todos los que le rodean en ese momento.
Las drogas relajantes evitan que la actividad pueda desempeñarse con normalidad y con seguridad. Imaginemos si a un nadador le entra sueño en un entrenamiento, corre el riesgo de morir ahogado, pues lo mismo con un corredor, un saltador, un lanzador, un jugador de baloncesto, etc.
Este tipo de drogas también aumentan la frecuencia cardíaca, pero por poco tiempo, después los efectos son totalmente contrarios. Aunque también es cierto que depende de cada persona.
Las drogas afectan al rendimiento deportivo
El rendimiento deportivo y la práctica de deporte mejoran la autoestima y tienen un efecto muy positivo en nuestro estado anímico, reduciendo también los niveles de estrés y ayudando a que nos sintamos mejor física y psicológicamente. Todo esto es gracias a las endorfinas. Algo similar sucede cuando hay consumo de drogas de por medio…
El consumo de drogas y la práctica de ejercicio aumentan las probabilidades de sufrir lesiones, precisamente por el sobresfuerzo que somos capaces de realizar cuando estamos bajo los efectos de la cocaína, por ejemplo. Y es que son muchos los deportistas de élite que deciden consumir drogas para mejorar su rendimiento deportivo, sin ser conscientes de que este tipo de sustancias crean adicción y que cada vez se quiere más para alcanzar un nivel superior. A la par de que destrozan nuestro organismo por dentro, seamos deportistas o no.
Cuando los deportistas pasan tiempo consumiendo sustancias estupefacientes se vuelven adictos y las secuelas físicas son más que evidentes. La adicción es el efecto primario de las drogas y es de carácter crónico por el que se precisa de ayuda profesional para recuperar el control de nuestras vidas.
Es cierto que no todos estamos predispuestos a ser adictos, ahí influyen ciertos factores como la genética, la personalidad, el carácter, el entorno, etc., pero si a sufrir dependencia. En este aspecto, los deportistas de élite suelen flaquear, ya que están en un entorno donde se les exige más y más y ven que con las drogas sí pueden lograrlo.
Problemas de salud derivados del consumo de drogas
Los problemas físicos y psicológicos que deja el paso de las drogas por nuestro cuerpo, no son nada agradables, además son irreversibles. Si alguien consume drogas de forma esporádica o sabre cuidarse y controlar su dependencia, es probable que los efectos negativos tarden más en aparecer, pero tarde o temprano llegan.
- Problemas respiratorios como neumonías, dolores en el pecho, insuficiencia respiratoria, etc.
- Problemas neurodegenerativos.
- Enfermedades cardiovasculares como variaciones en la presión arterial, infección en los vasos sanguíneos, arritmias, infartos, etc.
- Trastornos del sueño.
- Irritabilidad y cambios de humor.
- Trastornos de personalidad.