Es posible que últimamente hayas notado dolor detrás de la rodilla al caminar, doblar las piernas, correr o sentarte y no sepas relacionarlo con alguna causa. Es un dolor muy común y puede depender de los huesos, estructuras musculotendinosas, ligamentos, nervios o bursas; por lo que es altamente recomendable que acudas al médico para que sea él quien de un diagnóstico fidedigno.
Aun así, vamos a darte algunas posibles causas por las que padeces ese incómodo dolor. No lo adoptes como algo normal, ni intentes tapar los síntomas con medicación. Averigua el origen del problema.
Causas del dolor detrás de la rodilla
El origen del dolor punzante en la parte de atrás de la rodilla tiene su origen en muchas causas. Quizá tu problema se deba a un problema de estiramientos o a causas más graves, como un quite o tendinitis.
Sobrecargas de los músculos y calambres
El entrenamiento o el inicio en la actividad física puede provocar una sobrecarga si no descansamos correctamente. Es usual que los principiantes de cualquier deporte, sobre todo running o ciclismo, noten una tensión fuerte en la parte trasera de la rodilla. Esto se debe a la acumulación de esfuerzo de dos músculos:
Músculo gastrocnemio
Aunque nos hemos puesto un poco técnicos, el músculo gastrocnemio es lo que popularmente se conoce como «gemelos«. Los músculos que tenemos en la pantorrilla pueden provocar dolor detrás de la rodilla, ya sea el gastrocnemio o el sóleo (justo debajo de los gemelos).
Los músculos de las pantorrillas son bastante importantes durante la zancada, ya que se implican en la flexión de las rodillas y en el movimiento de los tobillos. Además, son los encargados de impulsar tu cuerpo hacia delante en las zancadas y los que distribuyen el impacto contra el suelo.
Su función puede generar una sobrecarga en el gastrocnemio y fastidiar algún tendón debilitándolo y causando dolor en la zona trasera de la rodilla.
Músculo poplíteo
Este músculo lo podemos encontrar en la zona superior de la pantorrilla y tiene un tamaño tan pequeño y corto que pasa casi desapercibido. Excepto cuando nos lesionamos.
El poplíteo es el encargado de iniciar la flexión de rodilla cuando la tenemos estirada. Además, se implica en la estabilidad de la rodilla y controla el movimiento rotatorio de la misma durante la fase de apoyo.
Cuando corremos, las piernas aguantan numerosos impactos, que repetidos en el tiempo pueden derivar en una sobrecarga del músculo y provocarle una falta de elasticidad. Si el poplíteo está rígido o mal estirado, puede causar una inflamación en el tendón y radiar dolor en toda la parte posterior de la rodilla.
Es muy común que aparezcan también al realizar sentadillas profundas o cuando corremos cuesta abajo.
Tendinitis del bíceps femoral
El bíceps femoral es uno de los músculos que se encuentran en la zona posterior de la pierna. Está integrado entre los famosos isquiotibiales, un músculo que conocerás bastante bien si eres corredor.
El bíceps femoral se compone de dos puntas que atraviesan la parte posterior del muslo y permite realizar la flexión de rodilla y extensión de cadera.
Cualquier deporte que requiera que pases rápidamente de una posición de pie a una carrera, como el tenis o el squash, puede tensar o desgarrar el músculo gastrocnemio. Sabrás que has tensado este músculo por el dolor repentino que causa en la parte posterior de la pierna.
Otros síntomas incluyen:
- Dolor e hinchazón en la pantorrilla
- Moretones en el gemelo
- Problemas para ponerte de puntillas
El dolor debería desaparecer según el tamaño del desgarro. Descansar, elevar la pierna y aplicar hielo en el área lesionada ayudará a que sane más rápido.
Quiste de Baker en la rodilla
Se produce cuando la cantidad de líquido sinovial de la rodilla se incrementa en exceso y forma una bolsa en la zona poplítea. Es un quiste que puede notarse como un globito de agua, con riesgo a rotura y que puede causar dolor y hematoma en la región. Su origen puede ser por una fractura o lesiones en el cartílago del menisco, artritis o artritis reumatoide.
Un quiste de Baker es un saco lleno de líquido que se forma detrás de la rodilla. El líquido dentro del quiste es líquido sinovial. Normalmente, este líquido actúa como lubricante para la articulación de la rodilla. Pero si tiene artritis o una lesión en la rodilla, esta articulación puede producir demasiado líquido sinovial. El exceso de líquido puede acumularse y formar un quiste.
Los síntomas incluyen:
- Dolor dentro y detrás de la rodilla
- Hinchazón detrás de la rodilla
- Rigidez y dificultad para flexionar la rodilla
Estos síntomas pueden empeorar cuando estás activo. Si el quiste revienta, sentirás un dolor agudo en la rodilla.
Los quistes de Baker a veces desaparecen por sí solos. Para tratar un quiste grande o doloroso, es posible que necesite inyecciones de esteroides, fisioterapia o que se drene el quiste. Es importante determinar si un problema subyacente está causando el quiste, como la artritis. Si es así, ocuparse de este problema primero puede resultar en la eliminación del quiste de Baker.
Lesión del ligamento cruzado posterior
El ligamento cruzado posterior (LCP) es el socio del ligamento anterior cruzado. Es otra banda de tejido que conecta el fémur con la tibia y sostiene la rodilla. Sin embargo, no es tan probable que el posterior se lesione como el anterior. Puedes lesionarte el posterior si recibes un golpe fuerte en la parte delantera de la rodilla, como en un accidente automovilístico. A veces, estas lesiones ocurren por torcer la rodilla o perder un paso al caminar. Estirar demasiado el ligamento provoca tensión. Con suficiente presión, el ligamento puede romperse en dos partes.
Junto con el dolor, una lesión del ligamento cruzado posterior causa:
- Hinchazón de la rodilla
- Rigidez
- Dificultad para caminar
- Debilidad de la rodilla
El reposo, el hielo y la elevación pueden ayudar a que una lesión de este tipo se cure más rápido. Es posible que necesites cirugía si te lesionaste más de un ligamento en la rodilla, tienes síntomas de inestabilidad o también tienes daño en el cartílago.
Lesión del ligamento cruzado anterior
El ligamento cruzado anterior es una banda de tejido que atraviesa la parte frontal de la articulación de la rodilla. Conecta el fémur con la tibia y ayuda a estabilizar y proporcionar movimiento a la rodilla.
La mayoría de las lesiones del ligamento cruzado anterior ocurren cuando se reduce la velocidad, nos paramos en seco o cambiamos de dirección repentinamente mientras corremos. También se puede tensar o romper este ligamento si realizamos un salto incorrecto o si recibimos un golpe en un deporte de contacto como el fútbol.
Es posible que sintamos un «estallido» cuando ocurre la lesión. Después, dolerá la rodilla y se hinchará. Es posible que tengamos problemas para mover completamente la rodilla y sienta dolor al caminar. El descanso y la fisioterapia pueden ayudar a curar una distensión. Si el ligamento está desgarrado, lo más probable es que se necesite una cirugía para repararlo.
Tendinitis rotuliana
La rodilla de saltador es una lesión del tendón, el cordón que conecta la rótula con la espinilla. También se llama tendinitis rotuliana. Puede suceder cuando saltas o cambias de dirección, como cuando juegas voleibol o baloncesto. Estos movimientos pueden causar pequeños desgarros en el tendón. Finalmente, el tendón se hincha y se debilita.
La rodilla del saltador causa dolor debajo de la rótula. El dolor empeora con el tiempo. Otros síntomas incluyen:
- Debilidad
- Rigidez
- Problemas para doblar y estirar la rodilla
Desgarro de menisco
El menisco es una pieza de cartílago en forma de cuña que amortigua y estabiliza la articulación de la rodilla. Cada una de las rodillas tiene dos meniscos, uno a cada lado. Los deportistas a veces se desgarran el menisco cuando se agachan y giran la rodilla. Conforme envejecemos, el menisco se debilita y degenera y es más probable que se rompa con cualquier movimiento de torsión.
Cuando se rompe o desgarra un menisco, es posible que escuchemos un sonido de «estallido». Al principio, es posible que la lesión no duela, pero después de caminar sobre esta lesión durante unos días, la rodilla puede volverse más dolorosa.
Condromalacia o rotura del cartílago
La condromalacia ocurre cuando el cartílago dentro de una articulación se rompe. El cartílago es el material gomoso que amortigua los huesos para que no se raspen entre sí cuando te mueves. Una lesión en la rodilla o un desgaste gradual por la edad, la artritis o el uso excesivo pueden causar esta rotura. El sitio más común es debajo de la rótula. Cuando el cartílago desaparece, los huesos de la rodilla se raspan entre sí y causan dolor.
El síntoma principal es un dolor sordo detrás de la rótula. El dolor puede empeorar al subir escaleras o después de haber estado sentado durante un tiempo.
Artritis
La artritis es una enfermedad degenerativa en la que el cartílago que amortigua y sostiene la articulación de la rodilla se desgasta gradualmente. Existen algunos tipos de artritis que pueden afectar las rodillas:
- La osteoartritis es el tipo más común. Es una degradación gradual del cartílago que se produce a medida que envejecemos.
- La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca por error las articulaciones.
- El lupus es otra enfermedad autoinmune que causa inflamación en las rodillas y otras articulaciones.
- La artritis psoriásica causa dolor en las articulaciones y manchas escamosas en la piel.
Se puede controlar el dolor de la artritis con ejercicio, inyecciones y analgésicos. La artritis reumatoide y otras formas inflamatorias de la afección se tratan con medicamentos modificadores de la enfermedad que amortiguan la respuesta del sistema inmunológico y reducen la inflamación en el cuerpo.
Principales síntomas
El primer signo de una lesión en la rodilla que la mayoría de la gente siente es dolor. Aunque el dolor detrás de la rodilla puede ser intenso, a veces solo hay una rigidez muy leve o una molestia alrededor de la articulación de la rodilla, sobre todo al hacer ciertos movimientos repetitivos con ella.
Otras señales de advertencia importantes de una lesión grave en la rodilla incluyen:
- Dolor al subir escaleras. El dolor al subir las escaleras es indicativo de un menisco desgarrado, mientras que el dolor al bajar las escaleras es una señal de que la rótula está presionando dolorosamente contra el hueso del fémur de la pierna.
- Hinchazón. Algunos tipos de hinchazón pueden impedir que carguemos peso sobre la rodilla o que la doblemos, mientras que en otros casos es posible que no tenga ningún problema para caminar. De cualquier manera, no se debe ignorar una rodilla hinchada.
- Dolor inmediato. A veces, la lesión se muestra de inmediato, como un dolor agudo en medio del ejercicio. En este caso, el dolor y la hinchazón ocurrirán de inmediato, lo que sugiere que se ha producido un desgarro de ligamentos o incluso una fractura de hueso.
- Dolor gradual. Algunas lesiones aparecen unas pocas horas o incluso días después de que se produjera la lesión. Una lesión por uso excesivo, por ejemplo, se desarrolla poco a poco en respuesta a una presión prolongada y, normalmente, es un signo de desgarro de cartílago o menisco.
Otras señales comunes son enrojecimiento, moretones, sonidos de estallidos y sentimiento de inestabilidad.
¿Qué tratamiento existe?
Una vez que se presenta el mínimo atisbo de dolor, lo recomendable es disminuir la cantidad de entrenamiento y acudir a un fisioterapeuta para que analice la lesión. Normalmente, con terapia manual se puede relajar y aflojar la parte trasera de la rodilla, hasta conseguir resolver estas molestias. Asimismo, el ejercicio terapéutico puede mejorar el movimiento de la articulación para conseguir un óptimo funcionamiento. En el caso de los quistes de Baker, suelen resolverse por sí solos a lo largo del tiempo, aunque también nos encontramos con casos que necesitan extirpación quirúrgica.
Siempre debe ser un profesional el que examine tu caso y diagnostique con exactitud. Evitar forzar cualquier parte de tu cuerpo en la que sientas dolor. Y acuérdate de estirar después de cada entrenamiento, así como tomarte días de descanso.
También es una buena idea asegurarse de que los músculos alrededor de la rodilla, especialmente los cuádriceps, las pantorrillas y los isquiotibiales estén estirados correctamente. Es posible que esto no proteja contra algunas de las causas traumáticas del dolor de rodilla, pero podría ayudar a los músculos a responder mejor a la actividad, todos los días o de otra manera.
El tratamiento RICE también puede ayudar con el dolor leve a moderado en la parte posterior de la rodilla. Además, puede ayudar a reducir los síntomas, como el dolor y la hinchazón. Rice significa:
- Rest: descansar la pierna
- Ice: poner hielo en la rodilla
- Compressing: cubrir el área con un vendaje elástico
- Elevating: elevar la pierna lesionada
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) son otra forma de aliviar el dolor y la hinchazón mientras la rodilla se recupera. Algunos AINE, como el ibuprofeno, están disponibles sin receta médica. En algunos casos, los médicos pueden recomendar inyecciones de esteroides para reducir los síntomas.