¿Sabes lo que es el quiste de Tarlov?

Puede que nos suenen algunas lesiones en la espalda, sobre todo a la altura de los lumbares, pero el quiste de Tarlov va más allá. Se trata de una situación que normalmente no tiene sintomatología concreta y se le confunde con otras como la lumbalgia. Tan confuso es todo que nos hemos propuesto dar respuesta y aprender a detectar si tenemos este quiste o nuestro dolor proviene de otra cosa.

Un quiste de Tarlov es muy fácil de detectar y normalmente se localiza de casualidad cuando el paciente iba a hacerse una radiografía o resonancia magnética de la espalda, sobre todo de la zona baja. Este quiste se ubica cerca del coxis y se le relaciona con una de las causas del dolor de lumbago, aunque es algo que a día de hoy no se ha podido comprobar al 100%.

El quiste de Tarlov sigue siendo un pequeño misterio en la medicina moderna, aunque se conocen muchas cosas de él, como, por ejemplo, qué es, cómo se forma, algunas posibles causas de su aparición y los síntomas más comunes, aunque la mayoría de los pacientes son asintomáticos.

¿Qué es y cómo se forma un quiste de Tarlov?

En pocas palabras, son masas rellenas de líquido cefalorraquídeo que se desarrollan en las meninges de la columna vertebral. Para quien no lo sepa, las meninges son capas internas llamadas piamadre y la aracnoides que ayudan a proteger los nervios raquídeos de la columna vertebral. El lugar más común donde aparecen estos quistes es la zona lumbar o sacra, aunque es probable que también aparezcan en la columna toracolumbar y coccígea.

A este tipo de quistes se les conoce como quistes perineurales, perirradiculares o aracnoideos y este en concreto fue descubierto en 1938 por el doctor Tarlov, de ahí el nombre. Este tipo de quistes son complejos, difíciles de tratar y suponen un algo riesgo para la salud del paciente ya que los nervios espinales forman parte del propio quiste por lo que, al realizar una cirugía, se podrían romper uno o varios nervios provocando lesiones graves en el paciente.

Estos quistes son más propensos en mujeres que en hombres y existen diferentes tratamientos para hacerlos desaparecer, y entre ellos la importancia de una dieta saludable que, en este caso, sería una dieta alcalina. Consiste en una alimentación que aumenta el pH del cuerpo ya que este tipo de dietas se basa en la creencia de que muchas enfermedades se desarrollan por tener un pH bajo.

¿Cuáles son las causas?

Este quiste tiene una serie de causas, pero ninguna tiene demostrada su relación al 100%, así que se habla de hipótesis. Por un lado, se dice que su origen podría ser un traumatismo en la zona ya que es un saco con líquido cefalorraquídeo que no tiene salida, solo entrada. Otra causa que se baraja es por el uso de anestesias en la zona epidural.

También está el tema de las alteraciones congénitas. Esta hipótesis enfoca directamente hacia algún tipo de irregularidad en la formación de las membranas que envuelven el cerebro conocidas como meninges. Entre otras causas se encuentran la hemorragia subaracnoidea.

Como vemos no hay causas concretas. En lo que sí parecen coincidir los expertos es en que la aparición de estos quistes se debe a un aumento de la presión local del líquido cefalorraquídeo junto a un fenómeno valvular anómalo que permite que entre ese líquido al quiste, pero no pueda salir.

Una mujer con dolor de lumbago

¿El quiste de Tarlov tiene síntomas?

Ya lo adelantamos unos párrafos más arriba y es que el quiste de Tarlov es asintomático, por lo que no presenta síntomas concretos y destacables que hagan sospechar que tenemos un quiste en nuestra zona sacra. La gran mayoría de veces estos quistes son asintomáticos y se descubren de casualidad por una prueba radiológica que a veces no es ni buscando nada en la espalda.

Decimos «la gran mayoría», porque sí hay casos en los que hay ciertos síntomas donde se destaca sobre todo el dolor. Recordemos que dentro de estos quistes hay brazos de los nervios y conforme va aumentado el tamaño del quiste (no todos crecen) aumenta la presión y los nervios empiezan a verse afectados por lo que surgen consecuencias como el dolor. En algunos casos el dolor es soportable y se arregla con medicación y en otros casos el dolor es tan grave que hay que tomar medidas serias.

Cuando aparece ese síntoma, tenemos dolor lumbar, por eso a veces se cree que el quiste de Tarlov es la causa del lumbago y solo puede demostrarse con una resonancia magnética. A partir de ahí empieza una carrera para dar con una solución, calmar el dolor y poder hacer vida normal.

Diagnóstico y tratamiento

Ya hemos lanzado un spoiler sin darnos cuenta y es que el diagnóstico se hace mediante placas radiológicas y resonancias magnéticas, aunque también están los TAC. Ya será el médico quien decida qué pruebas realizar para valorar el quiste y proponer un tratamiento más o menos eficaz.

El verdadero problema de este tipo de quistes es que aumente su tamaño, pero es poco común que el quiste cambie de tamaño por lo que podemos estar tranquilos y hacer revisiones puntuales para ver que sigue en su sitio y todo «bien».

Los tratamientos actuales suelen ir en función de los síntomas del paciente, es decir, si no nos duele y no cambia de tamaña, se vigila cada 6 meses o un año. Sin embargo, cuando empieza a producir dolor y cambia su tamaño, hay que actuar.

Uno de los tratamientos más comunes es la fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios o analgésicos, pero lega un punto en el que el dolor es insostenible y hay que actuar con más rotundidad y es cuando se planta encima de la mesa la posibilidad de operar.

La operación más común y que menos riesgos tiene es la opción de vaciar el quiste y sellarlo para que no se vuelva a rellenar de líquido. La retirada del quiste de Tarlov es bastante más compleja y arriesgada, por lo que no es una opción muy recomendada.


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