¿Qué ejercicios pueden lesionar el psoas?

personas corriendo con dolor en psoas

El síndrome del psoas es una afección poco común, y suele estar mal diagnosticada. A muchos les aparece como un dolor lumbar que permanece incluso después del tratamiento acompañado de otros síntomas.

La afección ocurre cuando nos lesionamos el músculo psoas, el músculo largo (hasta 40 centímetros) de la espalda. El psoas se encuentra en la región lumbar inferior de la columna y se extiende a través de la pelvis hasta el fémur. Este músculo trabaja flexionando la articulación de la cadera y levantando la parte superior de la pierna hacia el cuerpo.

El síndrome es una afección muy rara en comparación con otras afecciones (hernia de disco, artritis, dolor facetario o sacroilíaco) que son mucho más comunes. Por desgracia, cualquiera puede contraer el síndrome del psoas, pero los deportistas, corredores y aquellos que realizan ejercicios de salto pliométrico tienen un mayor riesgo de padecer la afección.

¿Qué causa el síndrome psoas?

Este síndrome puede no tener una causa identificable. Se debe tener cuidado en las personas inmunodeprimidas para asegurarnos de que no haya una causa infecciosa o debilidad asociada en el psoas que se presente de manera relacionada.

En cuanto a los síntomas que aparecen, se incluyen:

  • Dolor lumbar, es el síntoma más común, aunque puede ser sintomático de muchas afecciones.
  • Dolor en la región lumbosacra (el borde entre la parte inferior de la columna y las nalgas que puede irradiarse hacia las vértebras lumbares o hacia el sacro) al sentarnos o al cambiar de posición desde estar sentado hasta estar de pie.
  • Dificultad o dolor al intentar estar de pie en una postura completamente erguida.
  • Dolor en las nalgas.
  • Radiación de dolor a lo largo de la pierna.
  • Dolor de ingle.
  • Dolor pélvico.
  • Cojear o arrastrar los pies al caminar.

Muchos de estos síntomas pueden imitar otras afecciones más graves. La artritis de cadera, los cálculos renales, las hernias, la bursitis femoral, la prostatitis, la salpingitis, el cáncer de colon y la diverticulitis de colon también pueden causar dolor de espalda severo. Si se notan algunos de los síntomas anteriores, es importante consultar a un médico.

En cuanto al diagnóstico, el síndrome del psoas puede ser difícil de diagnosticar ya que muchos de los síntomas son similares a varias afecciones más comunes. Si un médico cree que puede tener esta afección, querrá descartar otras causas más graves. Generalmente se podrá diagnosticar con una combinación de un examen físico de la columna, la cadera y la pierna, confirmado con imágenes radiológicas avanzada

mujeres haciendo ejercicios para sindrome del psoas

¿Cómo se trata el síndrome de psoas?

El síndrome del psoas se trata mejor con ejercicios físicos. Lógicamente, debe ser un médico o un fisioterapeuta el que realice la terapia en una consulta o en casa.

Estos ejercicios incluirán la manipulación y el estiramiento activos y pasivos de la columna vertebral, las articulaciones de la cadera y los músculos psoas. Los ejercicios en casa incluyen estiramientos estáticos y dinámicos de bajo impacto de “cadena cerrada” diseñados para estirar y fortalecer el músculo psoas y permitir que el cuerpo repare la lesión. Es muy importante que estos se hagan solo con la guía de un médico para que no lesionemos aún más el psoas u otros músculos.

Estirar el psoasilíaco y los músculos circundantes

Estirar los músculos de la cadera y el muslo tiene sentido, ya que una menor tensión muscular en estas áreas reduciría la tensión en el psoas ilíaco. También puede haber algún beneficio directo al estirar suavemente el músculo y el tendón lesionados.

Los profesionales recomiendan que el tratamiento para las lesiones del psoasilíaco debe incluir estirar los flexores de la cadera, el piriforme, los cuádriceps y los isquiotibiales. Para obtener los mejores resultados, todos estos músculos deben estirarse dos o tres veces al día, durante dos series de 30 segundos cada una.

Fortalecimiento de los rotadores de cadera

Los ejercicios de fortalecimiento deben centrarse en los rotadores internos y externos de la cadera. La inestabilidad de la cadera, provocada por una fuerza de rotación deficiente de la cadera, puede causar una tensión excesiva en el área de los flexores de la cadera y lesionar el psoas ilíaco.

El programa de rehabilitación incluye tres etapas. El primero consiste en un ejercicio básico de rotación interna y externa que se puede realizar fácilmente con una mesa y una banda elástica de resistencia. Debe realizarse diariamente durante tres series de 20 repeticiones, en ambos lados, durante dos semanas. Después de dos semanas, debemos realizar tres series de 20 levantamientos de piernas en forma de concha, usando una banda de resistencia enrollada alrededor de las rodillas.

¿Cómo volver a correr?

Al igual que con otras lesiones de tejidos blandos, la evidencia científica sugiere que se puede utilizar un programa para volver a correr mediado por el dolor. Lógicamente, hay que darle tiempo suficiente al flexor de cadera para calmarse. Esto puede tardar unos días o semanas, según la edad y la gravedad de la lesión.

Una vez que empecemos a correr, se debe aumentar gradualmente la intensidad del ejercicio, pero si tenemos un dolor leve o moderado, no es el fin del mundo. Siempre que sea menos de 5/10 en la escala de dolor, con 10 como el peor dolor que haya tenido y 0 sin ningún dolor, debería estar bien.

Además, el dolor no debería persistir al día siguiente de correr, y los niveles de dolor deberían mejorar semana a semana. No obstante, hay que evitar correr más rápido durante varias semanas, y cuando lo reintroduzcas en la rutina, hazlo gradualmente. Si realizamos un entrenamiento cruzado para mantener la condición física, ten en cuenta que los flexores de la cadera se activan fuertemente cuando practicamos otros entrenamientos como la natación o correr en el agua, por lo que es una mala elección.

Es probable que montar en bicicleta sea la mejor opción, aunque tendremos que experimentar para ver cómo lo toleran los flexores de la cadera. Con el tratamiento y los ejercicios adecuados, las personas que padecen el síndrome del psoas deberían poder recuperar un rango completo de movimiento y reanudar un nivel muy alto de función física.


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