En promedio, tomamos aproximadamente 15 respiraciones por minuto, y cada una de ellas presenta una oportunidad de transformar nuestras emociones, salud y estado de ánimo. En yoga, la respiración debe involucrar principalmente al diafragma, que es el músculo principal responsable de la respiración, realizando el 75% del esfuerzo necesario para la inhalación. Además, debemos respirar por la nariz. La respiración no debe ser superficial, lo que se puede lograr mediante técnicas de respiración diafragmática.
En este artículo vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre pranayama y las técnicas de respiración para la paz interior y el bienestar.
Distinción entre respiración y pranayama
Los dos términos suelen malinterpretarse, particularmente en el contexto del yoga. Sin embargo, si bien están estrechamente relacionados, no son idénticos. Pranayama implica la mejora y amplificación del prana (energía) en lugar de simplemente centrarse en el acto de respirar.
Según la literatura clásica, pranayama se refiere específicamente a la práctica que implica kumbhaka, o retención de la respiración. Por lo tanto, no todos los métodos de respiración califican como pranayama.
Es esencial aprender primero las técnicas de respiración adecuadas y dominar algunos métodos básicos antes de comenzar a practicar pranayama. Entonces, ¿qué es exactamente Prana? Prana, descrito como la «corriente de energía vital», fluye con el acto de respirar. Este impulso sirve como un puente entre el cuerpo físico y el cuerpo sutil o energético. Presente en los alimentos, el agua, la luz del sol y la respiración, el prana requiere despertar para que podamos acceder a él.
Para alcanzar este objetivo, empleamos técnicas de respiración pranayama que nos permiten concentrarnos, disciplinar y dirigir nuestra respiración. El yoga nos enseña que la mente sigue a donde sea que dirijamos nuestra atención y Prana fluye en consecuencia.
¿Cuál es el significado de Pranayama?
El término Pranayama proviene del sánscrito y está formado por dos componentes distintos. Prana se refiere a la unidad inicial, más pequeña e imperecedera de energía, mientras que Ayama significa el acto de extender, expandir, regular, controlar o moderar. Por lo tanto, Pranayama implica la mejora y el aumento de la unidad de energía más pequeña del cuerpo.
Es el prana, más que el oxígeno, lo que alimenta nuestra energía. Por eso, regular nuestra respiración nos permite acumular más energía en nuestro cuerpo. A pesar de las creencias comunes, el objetivo principal del Pranayama no es principalmente el proceso de respiración, sino que se centra en mejorar nuestra conciencia y sensibilidad.
El Pranayama se interpreta comúnmente como la regulación o el manejo de la respiración, pero su significado se extiende más allá de esta definición. En sánscrito, el término para respiración es shwasa. Si los yoguis quisieran referirse únicamente a una técnica de respiración, utilizarían el término shwasa-yama en lugar de pranayama. El objetivo de muchas técnicas de respiración del yoga es eliminar los puntos de fricción por donde el prana ingresa al cuerpo, lo que permite un flujo suave y tranquilo de prana, lo que da como resultado una respiración prolongada y sutil.
Por lo tanto, el pranayama no es simplemente una técnica, sino más bien el resultado de una práctica dedicada. Con la práctica se consigue una respiración constante, tranquila, ininterrumpida y prolongada. También se reconoce que una sensación de paz nos envuelve cuando el cuerpo está relajado y la mente tranquila. Esto resalta la conexión entre Pranayama y nuestro estado mental.
Una mente inquieta es el resultado de una respiración inquieta. Para lograr una mente tranquila, primero debemos calmar nuestra respiración.
Elementos de Pranayama
Hay cinco componentes clave de concentración cuando se trata de respirar o pranayama: Puraka (inhalación), antara kumbhaka (retención), rechaka (exhalación), bahya kumbhaka (suspensión externa) y kevala kumbhaka (retención espontánea).
Swara Yoga, una práctica antigua también conocida como «el yoga de los ritmos», es la disciplina enfocada en regular la fisiología del cuerpo a través de cuatro ajustes emocionales.
Los ritmos de los ciclos nasales funcionan en un horario de 60 a 90 minutos, alternando el predominio entre los conductos nasales izquierdo y derecho. Los yoguis alinean estos ciclos con los ritmos diarios, las fases lunares y los cambios estacionales, creando un estilo de vida que encarna la armonía total con la Naturaleza. Antes de realizar ejercicios de respiración Pranayama, es esencial comprender la mecánica fisiológica de cómo funciona la respiración.
Cada día, respiramos 21.600 veces, con un promedio de 900 respiraciones por hora y 15 por minuto. Cada respiración nos presenta una nueva oportunidad de cambiar nuestra perspectiva.
Ten en cuenta que son las células las que buscan respirar. A medida que el aire ingresa a nuestro cuerpo, viaja a través de órganos, tubos, cámaras y conductos, descomponiéndose en corrientes progresivamente más pequeñas hasta que finalmente llega a las células. Estas células extraen energía de los nutrientes que consumimos, así como del oxígeno.
En contraste, los pulmones y el corazón colaboran sin problemas para hacer circular el aire por todo el cuerpo, pero son los músculos los responsables de Respiración: músculos que introducen aire en el sistema. Estos músculos, como cualquier otro, pueden presentar debilidad, tensión o acortamiento, lo que puede afectar su funcionalidad. Sin embargo, identificar la tensión en estos músculos puede ser más difícil que en otros, ya que se encuentran más profundamente dentro del cuerpo en comparación con los músculos del cuello o los hombros.
Músculos y funciones involucradas en la respiración
Los músculos responsables de la respiración se dividen en dos grupos, y sus funciones nunca deben intercambiarse: los músculos primarios y secundarios. Entre los músculos primarios, el diafragma es el componente principal.
Participación del diafragma
Se asemeja a un músculo similar a un paracaídas de doble arco, con cada lado que varía tanto en tamaño como en altura. Al inhalar, el diafragma se agranda, masajeando suavemente los órganos comprimiéndolos como esponjas, lo que ayuda a empujarlos y sumergirlos en líquidos frescos, incluidos sangre y oxígeno. Este proceso mejora la funcionalidad del cuerpo. Además, facilita una conexión entre la parte racional y pensante de nuestra existencia y nuestra naturaleza instintiva y animal.
Un indicio simple de que nuestra respiración es inadecuada es la presencia de tensión en la parte superior del cuerpo, que puede manifestarse en zonas como el cuello, los hombros, entre los omoplatos, la mandíbula, la cara, alrededor de los ojos o como dolor de cabeza.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre Pranayama y las técnicas de respiración.