Si tienes como objetivo construir una espalda más grande y fuerte, los ejercicios de remo con mancuernas son sin duda un elemento básico en tu rutina. Desde la fuerza y las ganancias musculares hasta la salud de los hombros y la postura, los ejercicios de espalda con mancuernas cuentan con una gran cantidad de beneficios.
Por desgracia, muchas personas no saben cómo hacerlos correctamente. Y cuando haces una mala técnica en el remo, no solo limitas tus resultados, sino que también aumentas el riesgo de una lesión en la espalda.
A continuación te contamos cuáles son los cinco errores más comunes que hacen que los remos sean menos efectivos (y potencialmente dañinos), además de ofrecer sugerencias para ayudarte a aprovechar al máximo el poderoso movimiento.
Errores habituales al hacer ejercicios de remo con mancuernas
Arqueas la zona lumbar
Cuando se trata de errores de remos, este es sin duda el más común. Si estás redondeando o arqueando la espalda, probablemente estés ejerciendo una presión no deseada sobre tu columna vertebral. De hecho, la postura ideal para el remo con mancuernas es una espalda recta y plana. Esto te ayudará a prevenir cualquier tensión (o posible lesión) en la zona lumbar.
El arqueamiento, debilidad o dolor en la parte baja de la espalda suele ser una señal de que no estás activando tu core. Antes de comenzar el movimiento, activa los abdominales. Lleva el ombligo hacia la columna para ayudar a sostener la parte baja de la espalda mientras remas, inhalando mientras tira de las pesas cerca de tu cuerpo y exhalando para soltarlo.
Para perfeccionar tu forma, incluso puedes realizar tus primeras repeticiones frente a un espejo para verificar que mantienes la cabeza, el cuello y la columna neutrales.
No mantienes el cuello alineado con la columna
Piensa en tu cuello como una extensión de la columna, ¡porque lo es! En otras palabras, tu cuello debe alinearse perfectamente con tu espalda plana y neutral.
La hiperextensión (mirando hacia arriba) o redondeo (mirando hacia abajo) agregará tensión en las vértebras que conectan el cuello y la columna. El problema es que la tensión adicional en esta zona delicada puede causar lesiones graves o daño a los nervios a largo plazo.
Para corregir este error común, intenta mirar a dos o tres metros frente a ti para ayudar a mantener el cuello recto. Nuevamente, activa y aprieta el core para proteger tu espalda media y baja.
Confías en tus bíceps
Tu espalda es uno de tus grupos de músculos más grandes, por lo que no debes tener miedo de poner peso y desafiarte a ti mismo. Sin embargo, si otros músculos, como los bíceps, están ‘asumiendo el control’, es probable que no estés construyendo una conexión correcta entre la mente y los músculos.
Entonces, ¿cómo puedes saber si estás confiando en tus bíceps? Estos músculos son mucho más débiles que los de la espalda, por lo que encontrarás los ejercicios de remo desafiantes e incómodos si les dejas hacer todo el trabajo.
Lo más recomendable es comenzar con un peso más ligero, luego concéntrate en apretar los omóplatos contra la columna vertebral mientras lo llevas hacia tu cuerpo. Si estás usando dos mancuernas, debes sentir que puedes aguantar un lápiz a lo largo de la columna mientras aprietas.
En la parte superior del movimiento, sostén el peso durante dos o tres segundos. Prueba esto de 10 a 15 repeticiones para conectar tu mente y cuerpo, luego agarra esos pesos más pesados.
Mueves el brazo con impulso
Si está haciendo remos a una velocidad de deformación, es probable que estés usando impulso en lugar de músculo. Cuando el impulso toma el control durante un entrenamiento, te sueles mover demasiado rápido o tus pesos son demasiado ligeros.
Los músculos de la espalda son grandes y fuertes, por lo que podrás levantar cargas más pesadas. Y para que la resistencia cuente para ganar fuerza o músculos, no debes hacer un movimiento rápido.
Prueba un remo de tres conteos, mantén en la parte superior durante dos segundos y luego suelta durante uno. Este ritmo te ayudará a ralentizarte y a asegurarte de que pasas tiempo en la parte ‘de trabajo’ del movimiento, no en la liberación.
No te inclinas lo suficiente
Estar demasiado erguido hace que levantar objetos sea un poco más fácil y, por lo tanto, menos eficaz para los grupos de músculos de la espalda.
Para alcanzar realmente a los músculos de la espalda, el pecho debe estar paralelo al suelo. Esencialmente, quieres lograr una posición de mesa, con una espalda plana y nivelada y hombros ligeramente más altos que tus caderas.
Como recordatorio para inclinarte hacia delante, intenta usar una plataforma o un banco para descansar tus pesas entre cada repetición. Esto te animará a hacer una pausa, restablecer y comprobar tu técnica, y te ayudará a mantener la cabeza, el cuello y la columna neutrales.