Generalmente esto se cumple con las zapatillas, con las que no solemos tener ningún problema en invertir una buena cantidad de dinero ya que son nuestras ‘ruedas’ en cada ruta que hagamos. Sin embargo, a unas zapatillas en las que gastamos por norma general una cifra cercana a los 100 euros, rara vez se le acompaña de unos buenos pares de calcetines.
Lo cierto es que sin unos calcetines a la talla de unas zapatillas, da exactamente igual el tipo de zapatillas que usemos que acabaremos con ampollas, rozaduras, poca transpiración o incluso lesiones. De esta manera hoy te damos algunos consejos para que elijas bien los calcetines y asumas la importancia de su uso.
Comodidad, transpiración y tallaje
Para comenzar, será interesante ofrecer tres cualidades fundamentales que deben reunir unos calcetines para que cumplan correctamente con su labor. Vamos uno a uno:
- Comodidad: Este quizá sea el principal y más importante. No podemos ir con incomodidades en una marcha. Rozaduras, un sudor excesivo o tiranteces son problemas muy casuales de no pensar en los calcetines y acabar usando unos cualquiera para correr. Por ello, prueba diversos tejidos, diseños, piensa si te viene mejor la caña alta o baja, y encuentra tu perfil. Una vez lo encuentres, todo serán beneficios.
- Transpiración: De nada sirve una zapatilla de malla completa o con un gran sistema de ventilación si acabamos usando unos calcetines demasiado gruesos y que no transpiren. Nuestro consejo es que dejes de lado para el running los calcetines 100% algodón, ya que tenderán a mojarse y dejar pasar poco el sudor. El nylon o el poliester responderán mucho mejor.
- Tallaje: Al igual que con las zapatillas, compra acorde a tu pie y sus necesidades. Un calcetín no puede apretar. Debe ajustarse al pie, pero ni terminar dificultando el riego sanguíneo ni tampoco formar arrugas fruto de que queda demasiado grande. Todo es probar hasta conseguir la talla idónea.
Caña alta o baja
Una vez los tres puntos anteriores quedan reconocidos y valorados, es momento de ir al siguiente, correspondiente a la sujeción del tobillo. En este caso encontraremos calcetines de caña alta, o los clásicos tobilleros, de una caña más corta.
Dependiendo del deporte se optará por unos u otros, y de hecho deportes como el baloncesto apostará por los de caña alta. Sin embargo para el running, por norma general hazte con calcetines tobilleros.
¿A qué se debe esta decisión? Pues básicamente porque en verano no serán tan calurosos, mientras en invierno no afectará que uses unas mallas térmicas o similar. Serán unos calcetines más versátiles. En el mercado tendrás todo tipo de calcetines a tu disposición, aunque la tendencia avanza hacia los tobilleros y las mallas. Los de caña alta no son muy apreciados.
Elección de tejidos
Ya estamos llegando prácticamente al final. Una vez ya sabes tus preferencias respecto a tallaje y tipo de caña, será momento de valorar los diversos tejidos que encontramos el mercado. La variedad será amplia, desde la lana, pasando por el nylon, la seda o el algodón. La elección depende de gustos, aunque sí hay una norma a seguir: evita el algodón 100%.
¿A qué se debe esto? Ya lo hemos comentado antes, a que terminarán por humedecerse muchísimo. Ya no solo por lluvias o pavimento mojado, sino que ante el sudor, el calcetín acaba empapado casi siempre. Este nivel de humedad ante el pie podrá desembocar en ampollas y rozaduras, por lo cual el algodón lo debemos descartar.
Respecto al resto de tejidos, todos cumplen con funciones transpirantes a la perfeccción, al mismo tiempo que son bastante ligeros. Lo común por comodidad y precio más asequible respecto al resto será la lana o materiales sintéticos como el nylon. En caso de tener carreras largas y buscar la máxima suavidad, estará la opción de los calcetines de seda, aunque claro, estos aumentarán en el precio.
Sea como sea, para comenzar a correr por unos 10 euros puedes hacerte con un par de calcetines más que dignos. Sí, es netamente más caro que acudir al algodón, pero tus pies lo agradecerán muchísimo.
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