Entrenar la fuerza es necesario para todo el mundo, “sin excepciones”. En función de las circunstancias de cada uno, la intensidad será una u otra. En el caso de los corredores, sin duda, es necesaria una base de este trabajo para enfrentar su deporte con una mayor capacidad y éxito. Hoy te hablamos del running y el entrenamiento de fuerza.
El verano, sirve de descanso y desconexión. Los corredores han descansado física y mentalmente después de una dura temporada y, ahora, toca la vuelta a la marcha. El comienzo de la puesta a punto debe ser muy completo para que se forje una buena base de cara a las pruebas venideras. Por ello, te avisamos con tiempo de la importancia de incluir el entrenamiento de fuerza en tus rutinas. Tanto si eres principiante, como experimentado, recuerda que un corredor debe, sí o sí, trabajar la fuerza por muchos motivos.
¿Por qué un corredor debe entrenar la fuerza?
La fuerza en runners, no se trabaja igual que la fuerza en halterofilia, por ejemplo. El trabajo de fuerza en corredores, se puede realizar con o sin pesas. Éste pasa por fortalecer, especialmente, la musculatura que se requiere a la hora de la carrera, con el objetivo de dotarla de una mayor capacidad para el ejercicio. Buscamos la mejora de la salud, la óptima condición física y la preparación que nos beneficie a la hora de la carrera.
Existe la creencia popular de que un corredor no debería entrenar fuerza, ya que el aumento de la masa muscular podría ser perjudicial para el desarrollo de la actividad; aumentando el peso corporal y restando velocidad. Sin embargo, el desarrollo muscular controlado y, muy necesario, no perjudicará tu carrera bajo ningún concepto, todo lo contrario.
Corredor y entrenamiento de fuerza
- Desarrolla la fuerza de los músculos impulsores, como los gemelos o los glúteos, dotando de un aumento de la velocidad.
- Tonifica los tendones protegiéndolos de lesiones propias de runners.
- Complementa perfectamente el entrenamiento, variando en la rutina deportiva y permitiendo una mayor motivación y novedad.
- Mejora la capacidad de velocidad al fortalecer la musculatura y dota al corredor de una mayor adaptación a cambios de ritmo en momentos puntuales.
- El fortalecimiento del core ayuda a terminar la carrera con una mayor capacidad, sin un elevado agotamiento tras unos kilómetros recorridos.
- Evita sufrir calambres en las últimas etapas y reduce la sensación de fatiga.
- Mayor facilidad y comodidad al correr manteniendo una buena postura corporal.
- Aumento de la posibilidad de mejora y desarrollo y, al mismo tiempo, reducción drástica del riesgo de sufrir lesiones por descompensación.