La primavera ya ha llegado y, aunque todavía quedan algunos meses para verano, el calor comienza a hacer acto de presencia. Muchos deportistas inician su temporada de entrenamientos al aire libre, por lo que es recomendable que tengan en cuenta algunos consejos. Sabemos lo apetecible que es montar en bicicleta o salir a correr, ¿pero tienes en cuenta la deshidratación? Pequeños factores pueden pasarte una mala jugada en el rendimiento deportivo. Dicho esto, ¡presta atención a los siguientes consejos!
Toma un tiempo para aclimatarte
La mayoría de los deportistas (por no decir todos) olvidan que deben dedicar tiempo a acostumbrar el cuerpo al calor. De no aclimatarte, no podrás conseguir buenos resultados en tu entrenamiento, y aumentarás la sensación de esfuerzo y de lesión. Para evitar esto, empieza entrenando al principio o al final del día, cuando las temperaturas aún no son altas. Así podrías usar las horas de «inactividad» para acostumbrarte al calor. Puedes asistir a clases de Bikram yoga o hacer algunas sesiones de sauna.
Protégete
Aunque está bien visto y aceptado socialmente, ponerse moreno no es más que una quemadura solar sobre tu piel. Y, aunque no lo creas, contribuye a la fatiga y aumenta el metabolismo. Uy, ¿aumenta el metabolismo? No es tan bueno como parece, ya que aumenta las necesidades de beber agua; por lo que puede ser un problema cuando además de sudar por las altas temperaturas, también te deshidratas por las quemaduras de la piel.
Haz todo lo que puedas para evitar quemarte. Usa siempre protector solar, sobre todo si vas a llevar camisetas con mangas cortas o pantalones cortos. Además, por supuesto, lleva siempre una gorra para proteger tu cabeza. No te olvides de que tu cuello también está expuesto al sol.
Planifica con antelación
Te habrá pasado que sales de casa con tu botella de agua fría y a mitad del entrenamiento parece que estás dándole un buche a un té caliente. Para evitar que esto te suceda, congela la mitad de la botella y rellena solo un cuarto antes de salir. Si eres ciclista, añade cubitos de hielo en la bolsa de la botella.
En el caso se hacer entrenamientos largos, mira en un mapa previamente dónde puedes hacer una parada. La ingesta de líquidos fríos ayudará a mantener baja la temperatura central y el rendimiento.
Busca la manera de enfriarte
Aunque es muy tentador introducir cubitos de hielo en la camiseta, el roce del hielo con la piel provoca que los vasos sanguíneos se contraigan, por lo que dispara la sangre caliente a tu corazón. Si tu temperatura corporal sube demasiado, tu rendimiento y tu salud pueden ponerse en peligro.
Una buena opción es verter agua fría sobre el cuello y antebrazos, o «limpiarlos» con una toalla fría y húmeda.
Hidrátate correctamente
No solamente tienes que mantenerte hidratado mientras realizas tu entrenamiento. En los días previos a una salida, es recomendable que incrementes tu consumo de frutas y verduras acuosas (como la sandía o las uvas). El sodio ayuda a que tu cuerpo retenga el líquido que está bebiendo, así que tomar una bebida con electrolitos durante tu entrenamiento es bastante recomendable.
Para después de entrenar, es buena opción tomar un batido de proteínas o agua con algún snack que contenga proteínas, carbohidratos y sodio para reponer.