Si has entrado en este articulo es porque has tenido o estás teniendo bloqueos en tus entrenamientos, que además te impiden avanzar en los objetivos. Yo también he sido (y a veces soy) de esas, por lo que voy a intentar ayudarte a no tirar la toalla y luchar hasta conseguirlo.
Tanto si estás experimentando bloqueos mentales como físicos, lo importante es que te plantees tres cuestiones:
- ¿Cuál es mi objetivo? Correr 5k, hacer 20 flexiones, realizar peso muerto con 80 kg…
- ¿De qué tipo es mi barrera? No puedo físicamente o tengo miedo.
- ¿Se puede poner una solución?
Sí, puedes poner una solución en la mayoría de los casos, aunque es posible que unas se demoren más en el tiempo. Es decir, si eres un principiante en levantamiento de peso, lógicamente no vas a poder hacer cargas pesadas en poco tiempo porque no tienes la fuerza suficiente. Deberás trabajar físicamente hasta conseguirlo.
Índice
Tipos de bloqueos
Como te decía, existen dos tipos de bloqueos: los físicos y los mentales.
El más difícil de superar, bajo mi punto de vista, es el mental. Una barrera mental no se ve, no se puede explicar y no sabes por qué te hace bloquear tu potencial físico. Lo que para algunos es fácil de realizar e, incluso, están seguros de que tú también eres capaz de lograrlo, para ti es todo un mundo.
En cuanto a los bloqueos físicos, somos mucho más conscientes de dónde se encuentra el fallo. A veces es por falta de técnica y otras por capacidades físicas. Son «fáciles» de superar si tienes constancia y le dedicas el tiempo suficiente hasta que tu cuerpo logra evolucionar.
¿Por qué ocurren los bloqueos mentales?
Una vez que superamos una barrera mental, somos capaces de realizar el ejercicio las veces que hagan falta. Yo he tenido varios bloqueos mentales, saltar al cajón o subir la cuerda han sido más objetivos mentales que físicos para mi. Y una vez conseguidos, tu cerebro parece hacer click y no vuelve a enfrentarse de la misma manera.
Cuando tienes un bloqueo de este nivel, te enfrentas a pérdidas del control de tu cuerpo. Seguramente te reconozcas siendo más torpe o te cueste más procesar la información. No te preocupes, hay solución, pero debes luchar con todas tus fuerzas. Digamos que tu cerebro juega a ser tu peor enemigo, te crea resistencia mediante pensamientos que tú mismo quieres evitar.
Posibles causas de las barreras mentales
Existen diversos factores por los que corren los bloqueos mentales, alguno son puntuales por sobreentrenamiento o agotamiento. En ese caso es mejor no forzar y descansar, pero si crees que tu bloqueo nace de emociones o pensamientos, atento a las posibles causas (yo creo que pasé por todas):
- Miedo. El miedo a hacerte daño o lesionarte es uno de los principales bloqueos. A mi me atormentaba saltar al cajón y caerme de boca, hasta que entendí que no pasaría si lo hacía de la forma correcta. Es una sensación que no puedes eliminar hasta que no te decides a dar el paso, incluso aún teniendo el apoyo de compañeros o entrenadores.
- Entrenadores que desmotivan. Pocas cosas que pueden dar más coraje que tener un entrenador que piensa que estás haciendo la mili. A mi me gusta entrenar fuerte, que me pongan retos para conocer mi límite, pero no soporto al típico «coach»con complejo de sargento que tan solo destaca lo lento que eres o la poca intensidad que gastas.
El colmo es también los que te obligan a realizar series con X peso porque «tú debes ser capaz a estas alturas». Oiga, quizá su manera de motivar me cree un pensamiento de no querer defraudar y derive en un bloqueo mental.
- Necesidad de aprobación. Qué dirán si me caigo, qué van a pensar si me ven que no puedo levantar X peso…
No debes tomarte los entrenamientos como un juicio constante, y mucho menos si te ejercitas con gente de confianza. Obsesionarte con las opiniones externas no te hace bien para avanzar. Si no te sale un ejercicio, sigue intentándolo. Nadie nace sabiendo realizar todo tipo de movimientos, por lo que si alguien cuestiona tu capacidad, no debes tomarlo en consideración. Es muy común que te critiquen aquellos que no se atreven.
- Eres muy perfeccionista. Lo primero que debes hacer es marcarte objetivos reales, procura no ser ambicioso para evitar frustrarte antes de tiempo. Está bien que seas valiente, que aceptes retos y te pongas a prueba; pero no quieras abarcar más allá de tus posibilidades.
- No tienes mucha confianza. ¿No te salen las flexiones sin apoyar las rodillas? ¿Lo has probado o te has prejuzgado a ti mismo? Hay ocasiones en las que los peores enemigos somos nosotros mismos. Ponte a prueba y conoce tu límite (físico) para entrenar hasta superarlo.
- Te esfuerzas, pero lo justo. Cuando eres principiante aceptas todo tipo de retos porque partes desde cero; el problema surge cuando llevas tiempo entrenando y te enfrentas a intensidades a las que no estás acostumbrado.
¿Se puede superar?
Por supuesto, tanto los mentales como los físicos. Todo dependerá de ti y de tus ganas por luchar contra ti mismo.
Hay personas,por ejemplo, que no son capaces de realizar dominadas por falta de fuerza o de técnica, pero muchas se ven refugiadas en los «no puedo«. Si crees que no puedes, lo intentas hasta que salga. Confía en ti.
Te aconsejo que cuentes con el apoyo de algún compañero o monitor que te anime a seguir intentándolo cada vez que falles. En mi experiencia, no habría conseguido ni la mitad de objetivos si no hubiera tenido a alguien a mi lado que trabajase mi fuerza mental.