Por todos es sabido que el yoga aporta una gran sensación de paz y calma. Además, aquellos que lo practican, manifiestan un profundo equilibrio físico y mental con el que se sienten más capaces de enfrentar la vida, de una forma positiva y consciente. Hoy te hablamos de los beneficios de las posturas de equilibrio que te pueden ayudar tanto a nivel físico como mental.
La práctica regular e yoga, aporta grandes beneficios para la salud física y mental. Además, estos se traducen en el plano de las emociones y la espiritualidad, concibiendo esta disciplina como una vía para evolucionar y crecer en todos los aspectos. Una de las grandes ventajas de dicha actividad, es su eficacia de una forma evidente y progresiva en quienes lo practican.
Mejorar el equilibrio con la práctica de yoga
Para ejecutar correctamente las posturas de equilibrio del yoga, debemos trabajar, no solo con el cuerpo, sino poniendo todos nuestros sentidos en sintonía. Para ello la concentración, la atención plena al momento presente y la paciencia, su fundamentales. Es por este motivo que dichas asanas, refuerzan a nivel físico y mental, ya que debemos poner todo de nosotros para lograr el éxito.
Beneficios de las posturas de equilibrio de yoga
- Reducen el estreñimiento
- Alicia los dolores y molestias de espalda
- Reestablece el equilibrio emocional
- Favorece el funcionamiento de los órganos internos
- Fortalecen brazos y piernas
- Regulan el sistema nervioso
- Trabajan la capacidad de concentración
- Fortalecen la columna
- Mejoran la estabilidad, flexibilidad y coordinación
- Favorecen la circulación sanguínea
3 Posturas de yoga para mejorar el equilibrio
1.El árbol
De pie con el abdomen activado, presta atención a tu respiración. Cuando te sientas estabilizado y arraigado a la tierra eleva una de las piernas y apoya la planta del pie sobre el interior del muslo de la contraria. Alza los hacia el cielo con las palmas de las manos pegadas.
2.El bailarín
De pie, atendiendo a tu respiración y activando la musculatura, eleva una pierna hacia atrás flexionando la rodilla y sujetando con la misma mano el talón. Encuentra el equilibrio elevando la pierna y bajando el tronco según tus necesidades.
3.El cuervo
De cunclillas, pon las palmas de las manos en el suelo, frente a ti. A continuación, apoya las rodillas sobre el interior de tus brazos, cerca de las axilas. Bascula el cuerpo hasta ser capaz de despegar completamente los pies del suelo.