Hay deportistas que sacrifican todo lo que tienen para lograr el objetivo que quieren. Normalmente se les consideran atletas disciplinados y con una dedicación inmejorable, pero llevarlo al extremo puede convertirlos en unos «cabeza locas» o brutos.
¿Crees que entrenas hardcore y que eres bruto? Te contamos doce señales para que puedas autoidentificarte.
Tienes las manos llenas de marcas y callos
¿Piensas que cuanto más cuadro sean tus manos, más admirado serás por bruto? Personalmente, no me impresionan unas manos llenas de sangre o con callos levantados. No poder seguir entrenando por tener unas pésimas condiciones en tus manos, no me parece eficaz.
Si puedes entrenar fuerte evitando cualquier herida, tendrás toda mi admiración.
Haces más de lo establecido
Si tu rutina de entrenamiento te exige el 80%, tú haces el 90%. Porque sí, porque eres muy guay y no te va a subestimar nadie.
Es un error no seguir lo establecido en una rutina. Seguro que puedes dar más de lo que se te pide, ¿pero deberías? No, el hecho de que puedas, no significa que debas. En el momento que te desvías del plan, no estás siguiendo las instrucciones y no obtendrás resultados.
Sigue tu plan y espera a ver las recompensas en un futuro. Ahí serás un buen deportista disciplinado.
¿Calentar? Eso es para débiles
Es un problema pensar que eres un deportista más bruto y capaz de todo por no calentar. Entendiendo las ganas de estar listo y poder ejercitarte en cualquier momento, pero eso es de tener pocas neuronas. La única manera de conseguir buenos resultados es dedicando tiempo y facilitando a tu cuerpo a tener un buen rendimiento, y lesionarse no sirve para ser un crack.
No escuchas a tu entrenador
Si requieres de los servicios de un entrenador, qué mínimo que le eches cuanta, ¿no? Tú no eres tu propio entrenador (aun siéndolo). Deja a un lado tu «experiencia» y escucha los consejos del profesional que te está entrenando. Estoy segura de que conoces a gente que va a sesiones de entrenamiento y no progresan, ¿creen que han estado escuchando a su entrenador? Oírlo sí, escuchar no.
No descansas porque eres Dios
Al igual que calentar, el descanso es algo prescindible para ti, ¿verdad? Me parece ridículo ver cómo hay personas que presumen de no descansar y entrenar en exceso. Con el tiempo se nota una bajada de intensidad en el entrenamiento, que acaba destruyendo su motivación.
Haces trampas
Esto es algo que casi todos hemos hecho alguna vez. Nos gusta escaquearnos de hacer repeticiones si nuestro entrenador no mira, pero no te lleva a ser más increíble. Recuerda que en realidad estás luchando contra ti mismo, si quieres conseguir batir una marca personas, ¿de qué te sirve hacer trampas?
Sé honesto contigo, aun cuando no haya nadie mirándote. Y si pierdes la cuenta en las repeticiones, haz más.
Sudas por todas partes y lo haces saber
No hay nada de malo en sudar, pero sé coherente. Lo primero es que no por más sudar, estarás entrenando más; y lo segundo es que no tienes que dejar perdidas las máquinas para hacerte notar. A nadie le apetece aguantar tu sudor, así que límpialo.
Si quieres que te admiren por tu esfuerzo, empieza por ser limpio.
Vomitas durante o después del entrenamiento
¿En serio hay que llegar a este extremo para que la gente vea lo fuerte que entrenas? En algunas ocasiones puede deberse a algún error nutricional, pero si es por un sobre esfuerzo… ¿de qué te enorgulleces? Vomitar es totalmente inútil y contraproducente.
Cuanto más dolor, mejor
El dolor es una señal de que algo no estás haciendo bien. Si el dolor desaparece después del calentamiento, seguirá estando mal algo en ti, pero si además te duele mientras entrenas… No dudes de que eres un completo irresponsable con tu cuerpo. El dolor puede ser síntoma de una lesión, así que explícame cómo de guay eres.
Te repites todo el rato lo bestia que eres
No seré yo quien te juzgue, pero en vez de llevar camisetas con «estoy más fuerte que el vinagre», quizá deberías demostrar números en los entrenamientos. De poco sirve que presumas de lo bestia que puedes llegar a ser, si en realidad luego no das el callo.
Ignoras las normas
Qué guay es romper las normas, ¡eh! No echas cuenta a tus compañeros de gimnasio, pasas de los monitores, no sigues el plan de entrenamiento… Me parece muy bien que seas un rebelde, pero la educación y el civismo no se te puede olvidar.
Si vas al gimnasio y usas material, lo mínimo es que lo recojas y lo pongas donde estaba. Los monitores no son tus esclavos. Respeta a tu entorno para respetarte a ti.