A Rafa Nadal le ha costado sudor, lágrimas y unos cuántos calambres musculares el poder clasificarse en las semifinales del US Open. En el tercer set, el tenista empezó a notar calambres en el antebrazo, debido a la humedad y la deshidratación durante el partido. Hay que tener en cuenta que tardó más de dos horas en proclamarse ganador, pero su profesionalidad no le hizo desistir pese a los inconvenientes físicos que estaba sufriendo.
«Cuando está confiado sé lo difícil que es de frenar«, dijo Nadal sobre su victoria. «Pero estoy muy contento con la forma en que acepté la situación«, confirmó.
¿Por qué aparecieron los calambres y de qué manera los eliminó?
No es la primera vez que vemos una imagen preocupante de cómo reacciona nuestro cuerpo cuando está deshidratado. A principios de verano, Angela Merkel sufrió temblores durante un acto, que también se debían a la falta de hidratación. Los ambientes húmedos favorecen a sudar más y perder líquidos hasta el punto de deshidratarnos. Aunque Rafa Nadal nos parezca de otro mundo, tuvo que pedir asistencia a sus ayudantes para poder solventarlo cuanto antes.
Aun así, Rafa superó los calambres sin mayores problemas y acabó dándole una lección a su rival. El truco más usado por el mallorquín es tomar sal. «Hoy era un día muy húmedo, muy pesado, al final del segundo set tuve algunos calambres hasta los seis primeros juegos del tercero. Tomé un poco de sal y se fueron. Estoy en buena forma, sin problemas«, comentaba. Este remedio lo lleva usando bastante tiempo y parece ser la solución perfecta a sus calambres. Y no es de extrañar, el sodio de la sal mezclada con agua, ayuda a que los músculos se relajen y recuperen su punto óptimo. Ya sabes la importancia de los electrolitos en el organismo, así que evita que te ocurra los mismo que a Rafa Nadal en tus entrenamientos.