Un parto con cesárea tiene ciertos riesgos y deja bastantes secuelas mentales y físicas, aunque lo importante es que madre e hijo estén bien. Cuando pasan los días, empiezan las preocupaciones con la cicatriz de la cesárea, ya que más allá de que la herida se cure adecuadamente, queda el aspecto físico. Hoy vamos a aprender a mejorar el aspecto de la cicatriz de cesárea, y se trata de unos pasos básicos, lógicos y muy importantes.
Evidentemente no son los mismos métodos y consejos los que hay ahora con lis avances dermatológicos que los que tenían nuestras madres, tías y abuelas. Vamos a dar una serie de consejos rápidos y muy importantes con los que conseguiremos que la cicatriz de la cesárea se cure más rápido y quede la mínima marca posible.
Antes de nada, cabe decir que tenemos que seguir siempre los consejos y recomendaciones del personal sanitario, y si son los consejos de nuestro médico particular, mejor. Cada cuerpo es un mundo y cuando se trata de cesáreas, cada caso es distinto y puede necesitar unas pautas y un tiempo de recuperación diferente a otros.
¿Qué tipo de cicatriz de cesárea tienes?
Casi el 25% de los partos termina en cesárea, ya sea de urgencias o programada. En la gran mayoría de esos casos, la cicatriz es de recuperación rápida y no da mayores complicaciones, pero no olvidemos que lo principal es curar esa herida y después enfocarnos en el aspecto físico.
Una cesárea no es un corte con una hoja, precisamente, se trata de una intervención quirúrgica donde se realiza una incisión en la pared abdominal y en el útero de la mujer para poder sacar al bebé.
Tiene muchos riesgos, pero aun así a veces es la única solución de terminar la historia con un final feliz. Esta técnica la deciden los médicos en caso de urgencia, pero hay veces en las que se pacta con el padre y la madre.
La cesárea suele hacerse cuando el parto natural se complica, hay riesgo de muerte, el bebé está sufriendo, hay problemas con la placenta, el cordón o la vida de la madre está en riesgo, el bebé está muy mal colocado, etc.
Hay 2 tipos de cicatrices de cesárea, una vertical y otra horizontal. Esta última es la más común, la más disimulada y la que tiene mejor recuperación. Pero esto no es al azar, o por capricho de los médicos, sino que cada una se decide bajo unas circunstancias.
- Vía Suprapúbica: se trata de la cicatriz horizontal, la cual es prácticamente imperceptible cuando se cierra y se cura y cuida adecuadamente. A veces quedan marcas de sutura, pliegues de piel, piel más oscura en esa zona, etc.
- Laparotomia media: se trata de la cicatriz vertical y esta sí que es más compleja. Tanto en los cuidados como en hacerla desaparecer fácilmente.
Consejos para la recuperación de la cicatriz
Como hemos dicho, lo más importante es que la herida se cure bien y no hay riesgo de infección, pero para que todo salga lo mejor posible hay una serie de pasos que hay que hacer antes, de la cesárea o parto, durante la recuperación y en las últimas semanas.
Piel siempre bien hidratada
Una piel hidratada correctamente, mediante una buena alimentación, hidratación a base de agua y cremas, será más sana que una piel que no se cuida. Cuando decimos sana, no nos referimos a una piel lisa sin manchas, sino a una piel más resistente a los cambios, más firme y elástica.
Debemos preparar nuestro cuerpo varios meses antes de concebir, pues lo mismo con nuestra piel, debemos prepararla para los cambios que se aproximan. Cuanto más sana e hidratada esté la piel, más rápida será la recuperación y es más probable que la cicatriz sea mínima.
Limpieza y curas
Durante el proceso de recuperación, una vez que la cesárea ya es una realidad, debemos realizarnos las curas pertinentes e intentar seguir a rajatabla todas las recomendaciones de los médicos para que no se infecte y se cure de forma saludable.
Normalmente se aconseja lavar la herida con agua y jabón y no taparla en exceso, pero ya dependerá de cada cicatriz y cada intervención. Si notamos que algo no va del toso bien, lo mejores acudir al médico de inmediato.
Fisioterapia y masajes
Cuando la herida ya está curada, pasamos al siguiente paso que es recuperar la piel, la musculatura, y nuestra autoestima. Gracias a los avances en medicina y fisioterapia, nuestro cuerpo se recuperará rápido y de forma segura.
Los masajes ayudarán colocar en su sitio la piel y suelen comenzar unos 15 días después de la intervención. El masaje ayudará a la regeneración de la piel y deben hacer con aceites esenciales o aloe vera.
A parte de ir a un especialista, también podemos aprender a realizarnos esos masajes en casa, ya que estamos doblando los esfuerzos y aumentando la hidratación de la piel dañada. Tampoco es bueno obsesionarse, ya que podríamos dañarnos.
Estos masajes y los especialistas en fisioterapia postparto también evitaran las molestias internas, la piel tirante y la odiosa adherencia de la cicatriz. La adherencia es cuando las cicatrices internas pueden llegar a conectar uno o más órganos internos y eso a largo plazo puede dar lugar a obstrucciones en los órganos que se han visto afectados.
Genética y vida saludable
En este caso, y más si estamos con lactancia materna, no recomendamos seguir algún tipo de dieta estricta con el único finde perder peso. Tenemos que alimentarnos bien, de forma variada y saludable, pero sin hacer muchas restricciones y sin ser muy radicales eliminando posibles grupos alimenticios importantes, como las frutas, por poner un ejemplo.
La genética de la madre es fundamental, ya que eso determinará el tipo de piel, si es propensa a irritarse, si sana rápido, si es piel seca, si tiende a estrías, etc. Ya que en esa información genética se sabrás se pueden formar queloides en las cicatrices.
Antes de proceder a este tipo de intervenciones, es importante avisar a los responsables de nuestras enfermedades, de cómo ha reaccionado nuestro cuerpo en ocasiones similares, de cómo es nuestra piel cuando se daña, etc.