Usa estos remedios contra los callos de los pies

Un pie descalzo lleno de purpurina

Los callos en los pies, esas áreas blanquecinas, duras y ásperas que tenemos en algunas partes de los pies y que parece que solo nos acordamos de ellas, o solo las vemos, cuando llega el buen tiempo y queremos sacar los pies de las botas y no volver a usar calcetines en una temporadita. Pero no, los pies hay que cuidarnos tanto o más como otras partes del cuerpo por eso vamos a dar algunos remedios para deshacernos de los callos sea la época del año que sea.

Las durezas, grietas. áreas ásperas, uñas engrosadas, et. son callos y aunque no lo creamos es la puerta a un universo de miles de millones de bacterias y hongos, por eso, a lo largo de este texto, vamos a hacer especial hincapié en el cuidado de los pies y en visitar a un podólogo unas dos veces al año como mínimo.

Dentro de los callos hay dos tipos y ninguno de los son una afección grave de salud. Por un lado, tenemos los callos blandos que suelen aparecer en zonas húmedas del pie y son los que más debemos cuidar para evitar infecciones y hongos. Por otro lado, tenemos los callos duros, también conocidos como vasculares son bastante dolorosos en algunas ocasiones y eso se debe precisamente a que tiene capilares sanguíneos y es bastante frecuente que lleguen a tocar nervio.

Causas de los callos en los pies

Todo en esta vida surge por algún motivo, y los callos no iban a ser menos. Existen multitud de causas que dan como resultado estas rozaduras endurecidas y vamos a repasar los más relevantes, pero desde ya decimos que el cuidado que hacemos de nuestros pies es clave para desarrollar durezas o no.

  • Calzado mal ajustado, el zapato no debe estar ni muy apretado ni muy suelto.
  • Pies húmedos o con tendencia a sudar.
  • Zonas del pie que hacen fricción constantemente con el zapato.
  • Falta de hidratación.
  • Escasa limpieza y cuidados.

Si notamos este tipo de molestias, o superiores que nos impiden usar un tipo de calzado o incluso andar, recomendamos encarecidamente visitar a un podólogo, ya que podríamos tener un callo en forma de clavo, es decir, que, en lugar de salir hacia fuera, va hacia dentro llegando incluso a rozar el hueso y eso es muy doloroso.

Una mujer se echa crema para los callos

Métodos para eliminar los callos

Los callos, las grietas, pieles muertas, zonas endurecidas y ásperas pueden eliminarse fácilmente, pero recomendamos la vista a un podólogo. En España el precio medio de una consulta de podología ronda los 25 – 30 euros, también es cierto que depende de la zona o ciudad, la clínica y el trabajo que tengan que hacernos en los pies.

Instrumental específico

En el mercado existen multitud de utensilios eléctricos y manuales que nos ayudarán a decir adiós a los callos y durezas, pero no son tan sencillos de usar. Debemos ir poco a poco y parar cuando notemos una molestia, eso significará que el callo ha sido eliminado y ya estamos encima de la piel buena. En casi de una dureza vascular, lo mejor es acudir a un profesional y ellos nos aliviarán de esa molestia de forma rápida y segura.

Los principales instrumentales eléctricos y manuales para eliminar los callos suelen ser limas, la piedra pómez, los raspadores, el cortacallos, etc. Todos ellos sirven para eliminar la parte dura y liberar la piel sana, pero cuidado o nos causaremos una herida si ejercemos mucha fricción.

Haz uso de la química

Con este remedio antidurezas también hay que tener cuidado. Cuando decimos químicos, no nos referimos a lejía, sino al ácido salicílico que se vende en farmacias y sirve precisamente para quemar las células superficiales de la piel y facilitar la retirada de los callos y durezas casi sin esfuerzo.

Esta opción se debe usar solo sobre pieles sanas, nada de piel sensible, ni con heridas, ni postillas, ni sangre. Solo es apto para adultos, nada de niños, ni animales, y en casi de querer usarlo sobre la piel de un adulto mayor, lo mejor es preguntar al especialista.

Bicarbonato

Otra solución muy eficaz para eliminar estas molestas y antiestéticas rozaduras. El bicarbonato sódico ha de mezclarse con agua y conseguir una especie de pasta que se untará después en la zona del pie donde hay callos. Dejamos actuar durante unos 20 minutos y lo retiramos con cuidado.

Lo que se consigue con esto es retirar la capa superficial de las durezas, por lo que facilita parte del trabajo. Cuando la zona esté seca, podemos usar una piedra pómez o una lima especial para terminar el trabajo rápidamente.

Recomendamos hacer un poco de esta mezcla y probar en un callo o zona áspera del pie para ver si esta opción nos sirve a nosotros o no. Nuevamente recordamos hacer uso de esta opción solo sobre la piel sana, nada de heridas, ni sangre, ni manchas, quemaduras ni nada de usarlo en la piel de un niño ni un animal.

Una podóloga quitando callos a un cliente

Infusión de Manzanilla

Hay que hacer varias tazas de infusiones de Manzanilla y dejamos que pierda un poco de temperatura para no dañar la piel de nuestros pies. Después volcamos ese líquido en un barreño o en algún lugar donde quepan nuestros pies. Otra opción es reservar la mitad del total de las infusiones y hacer primero un pie y después el otro.

A continuación, dejamos en remojo ambos pies y cuando pasen unos minutos, aproximadamente 15 minutos, usamos una piedra pómez, un raspador, un cortacalllos, una lima (manual o eléctrica), etc.

Cebolla, limón y sal

Parece los ingredientes de una receta y casi que lo es, pero es para eliminar las durezas. También hay otra versión de ajo y aceite, y sí, ambas son un poco desagradables (en olor y textura), pero eficaces (no mucho) para ablandar las durezas y poderlas eliminar rápido.

Son remedios caseros y han paso de generación en generación. No son muy eficaces, pero nunca está de más tener más opciones por si no funciona lo anterior.

Cómo prevenir los callos

Si hemos leído las causas de los callos, sabremos que hay formas de prevenir su aparición y es en lo que nos vamos a centrar ahora mismo. Si ponemos en marcha estos consejos o trucos para revenir las durezas, tendremos pies sanos y libres de infecciones y dolores.

  • Después de cada ducha, secar bien la zona y usar crema hidratante especial para pies.
  • No usar calzado ajustado, ni muy suelto.
  • Las zapatillas deportivas han de ser de calidad, que no nos duela en ningún sitio y tengan buenos materiales y amortiguación.
  • Las punteras alargadas y los tacones de aguja son nuestros enemigos.
  • Una vez a la semana podemos meter los pies en agua con sal y retirar las durezas.
  • Utilizar solo calcetines transpirables para evitar la humedad.
  • Cortar las uñas, pero no dejarlas a ras de la piel.
  • Ir a un podólogo mínimo en cada cambio de temporada, por ejemplo, una vez en verano y otra en invierno como mínimo.

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