Es habitual poner el agua caliente cuando nos metemos en la ducha. Lo hacemos de manera sistemática, por lo que rara vez nos atrevemos a darnos una ducha de agua fría. No se trata de un reto, sino de mejorar tu salud y aprovechar los diferentes beneficios de tu cuerpo. Después de leer el artículo, estoy segura de que no te lavarás el cuerpo de otra manera. Empieza ahora, que hace un clima más veraniego, para adaptarte cuando llegue el frío.
Promueve la pérdida de grasa
Cuando tienes como objetivo perder peso, lo primero que piensas es en machacarte en el gimnasio. Evidentemente, el deporte, la alimentación saludable y el descanso son fundamentales para conseguir adelgazar, pero puede que las duchas con agua fría también te ayuden. Cuando el frío recorre tu cuerpo, el organismo activa la grasa marrón para regular la temperatura y producir calor.
No es que vayas a evaporar las calorías cuando te duchas con agua fría, pero sí es cierto que se estimula la grasa marrón en hasta 15 veces más que si lo hicieras con agua templada.
Fortalece el sistema inmunológico
Según un estudio, este tipo de duchas también puede provocar un aumento en la cantidad de glóbulos blancos y en la activación del metabolismo. Conforme aumenta la velocidad metabólica, los glóbulos blancos se incrementan y podemos volvernos más saludables. Sobre todo, tendrás un sistema inmunológico más fuerte, por lo que nos ayuda a luchar contra enfermedades transmitidas por el aire y otras enfermedades no transmisibles.
Drena el sistema linfático
El sistema linfático es el encargado de llevarse los residuos de las células. Sin embargo, si no tenemos fuerte este sistema, nuestro organismo no podrá deshacerse de todas las toxinas del sistema celular. El entrenamiento regular es fundamental, pero una ducha fría parece que también aumenta la actividad del sistema linfático.
Mejora la resiliencia emocional
¿Notas que tienes un humor raro últimamente? ¿Estás ansioso? Es normal que por la rutina diaria, tengamos ciertos momentos de estés que arruinan nuestra productividad y las relaciones sociales.
Un estudio asegura que darnos una ducha con agua fría puede ayudar significativamente. Esto se debe a que se está «entrenando» al sistema nervioso para que sea más resistente al estrés. Digamos que provocamos un estrés oxidativo en el sistema nervioso. Sé que al principio puede ser bastante incómodo, pero el cuerpo se adapta conforme pasa el tiempo.
Reduce el riesgo de depresión
También tiene efectos beneficiosos contra la depresión. Este problema puede aparecer a cualquier edad y necesita de una acción inmediata. Cuanto antes se trate, antes se podrá disminuir el impacto de la depresión. Una investigación encontró que el agua fría puede aliviar los síntomas simples de esta enfermedad. Se activa la mancha azul en el cerebro, lo que hace que se devuelva la cantidad normal de noradrenalina (químico que tiene un papel importante en el alivio de la ansiedad).
Puede aumentar los niveles de testosterona
Hablemos de la parte noble masculina. Los testículos son muy sensibles al calor, por lo que exponerlos a altas temperaturas puede afectar negativamente a la síntesis de proteínas (ARN y ADN), entre otrss.
Una investigación utilizó a roedores para aplicarles calor durante unos pocos minutos en los testículos. Como resultado obtuvieron una reducción del nivel de testosterona. En cambio, la temperatura fría del agua puede revertir el efecto.
Puede promover la máxima fertilidad
Te parecerá increíble, pero con el paso de los años se ha comprobado que una ducha fría aumenta la fertilidad en los hombres. Los expertos aseguran que también podrían revertirse las desventajas de los baños calientes. Si eres un hombre que está intentando buscar un hijo, evita las saunas e incorpora agua fría en tu rutina.
¿Te animas a probarlas?