¿Por qué no debes lavar el pollo crudo antes de cocinarlo?

pollo crudo

En el mundo del deporte y el fitness, el pollo es una de las carnes más consumidas. Poco sabemos más allá de los beneficios que nos aporta, así que te vamos a dar un consejo vital para no consumir las dos peligrosas bacterias que contiene: la Campylobacter jejuni y la Campylobacter coli.

Hace escasos días conocimos un estudio que corroboraba que existe una mayor proporción de encontrar estas bacterias en los pollos enteros frente a los muslos, aunque en ambos la presencia era alta. Las bacterias mueren con la cocción, así que debemos cocinarlo siempre completamente y no dejar partes crudas.
Además, también nos exponemos a un gran riesgo cuando lo lavamos antes de cocinar. Según la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria de Reino Unido, no debemos lavarlo con agua antes de cocinarlo ya que estaremos ayudando a las bacterias a que se queden impregnadas en las manos, el recipiente y los utensilios de cocina.

El agua multiplica el riesgo de contaminación

Ya sabemos que el agua es un perfecto conductor de la electricidad, ¿pero sabías que también colabora en la expansión de bacterias? Cuando lavamos el pollo entero, las pechugas o las alitas, el agua sirve como conductor de la campylobacter, por lo que estaremos multiplicando el riesgo de contaminar todos los utensilios de cocina y acabar ingiriéndola en algún otro momento.

Se aconseja también que separemos el pollo dentro del frigorífico para evitar el contacto con las frutas, verduras y cualquier otro alimento que ingiramos en crudo.
Envásalo correctamente en un recipiente (si no lo has comprado en la típica bandeja de supermercado) y no lo laves antes de cocinarlo. Si resulta que quieres cortar la pechuga en daditos o trozos pequeños, asegúrate de lavar perfectamente la tabla y los utensilios de cocina que hayas usado, además de tus manos.

Si la bacteria entra en nuestro cuerpo, tendremos síntomas como dolores abdominales, malestar, fiebre y diarrea. La incubación puede durar entre 1 y 11 días, por lo que no te extrañes que te ocurra días después de haber comido o cocinado pollo.


Deja tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*

  1. Responsable de los datos: Actualidad Blog
  2. Finalidad de los datos: Controlar el SPAM, gestión de comentarios.
  3. Legitimación: Tu consentimiento
  4. Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  5. Almacenamiento de los datos: Base de datos alojada en Occentus Networks (UE)
  6. Derechos: En cualquier momento puedes limitar, recuperar y borrar tu información.