Índice
Elige tu base vegetal
La lechuga es un básico imprescindible para las ensaladas, pero no es la única opción como base. Las espinacas y las acelgas frescas y crudas pueden descubrirte un nuevo sabor y, además, estarás consumiendo una gran cantidad de fibra alimenticia.
Seguro que también has visto alguna vez las bolsas preparadas de canónigos, rúcula, lombarda, escarola o, incluso, kale o col rizada. Cualquier vegetal de hoja verde será fantástico para construir la base de tu plato.
¿Añadimos proteína?
Para que un plato se convierta es comida principal, indudablemente tiene que contener proteína. Puedes añadir tiras de pollo asado, pollo a la plancha, pavo, salmón, sardinas, atún, huevos cocidos, queso o tofu.
Aunque en la mayoría de ensaladas que ofrecen en los restaurantes, la carne o el pescado va empanado, evita este tipo de alimentos para no reducir el contenido nutricional con los fritos.
Si quieres más vegetales o frutas…
Con la llegada del verano, lo que más apetecen son las ensaladas fresquitas y con sabores sorprendentes. Incorpora, tomates, maíz, zanahoria, cebolla, pimientos, pera, manzana, melocotón, granada, mango, arándanos… ¡Lo mejor es probar!
Una de mis ensaladas favoritas es la de lechuga/espinacas con pera y tiras de pollo asado. ¡Mmmm!
¡Que no te falten los cereales y las grasas!
Si te animas, échale alguna legumbre o cereales como la quinoa o el arroz. No se trata de añadir la misma ración como si fueras a comer un plato de potaje, porque te darás cuenta de que los vegetales sacian bastante y serás incapaz de terminarte el plato.
Sería interesante también que probaras a incorporar frutos secos (nueces, cacahuetes, anacardos, almendras, pistachos…) o aguacate.
Por supuesto, el aliño debe ser siempre con aceite de oliva virgen extra o vinagre. ¡Nada de salsas! Aunque si te atreves, alguna especie también quedaría atrevida para darle sabor a la ensalada. Cuanto menos sodio puedas añadir, mejor.
Sé el primero en comentar