Un hecho sabido por todos, es la importancia de consumir una dieta variada y equilibrada. Una alimentación que contenga todas las vitaminas que requiere nuestro organismo, lo hará funcionar de una manera óptima. En este artículo prestaremos especial atención a los beneficios de la vitamina A.
¿Por qué es importante la vitamina A?
La vitamina A tiene innumerables aportaciones positivas para nuestro organismo. Es muy importante para prevenir futuros problemas de vista y para tratar una gran diversidad de afecciones oculares. No obstante, éste no es el único aspecto del que nos podemos beneficiar, aunque sí el más popular. Y es que la vitamina A cumple una función muy importante en los siguientes casos:
Antioxidante natural: Numerosos alimentos que contienen esta importante vitamina, y que veremos más adelante, sirven como antioxidantes naturales. Protegen nuestras células de los efectos dañinos de los radicales libres y evitan su deterioro.
Previene problemas dermatológicos: Además de la prevención del envejecimiento prematuro gracias a su función antioxidante, favorece la pigmentación de la piel manteniendo el bronceado natural, y supone un excelente apoyo en tratamientos para el acné.
Favorece el sistema inmunológico: Aunque no se trata de su función más conocida, lo cierto es que es muy importante para mantener un sistema inmunológico fuerte. Junto con otras vitaminas, aumenta las defensas y nos ayuda a mantenernos fuertes ante los factores externos dañinos.
La regeneración de tejidos, la prevención de pérdida auditiva, el buen estado de las uñas y el cabello y la recuperación en afecciones digestivas, son otros de los aportes de la vitamina A en nuestro cuerpo.
¿Dónde se encuentra la vitamina A?
La vitamina A se encuentra tanto en alimentos de origen animal, como de origen vegetal. Frutas y verduras de colores intensos son fuente de betacaroteno, un tipo de pigmento presente en las plantas. El betacaroteno pertenece al grupo de carotenoides que son convertidos en vitamina A por nuestro organismo.
Contienen vitamina A:
- Huevo, sobre todo en la yema
- Hígado, especialmente de cerdo o de vaca.
- Vegetales y frutas, como el brócoli, la zanahoria, las espinacas, el pimiento rojo, el tomate, la batata, la calabaza, la papaya, el mango, los albaricoques, el pomelo o el melón.
- Lácteos y sus derivados como el queso curado.
- Pescados, especialmente el azul, y mariscos.
Asimismo, también podemos encontrarla en suplementos específicos para aquellos que necesiten una dosis concreta de esta vitamina o presenten un déficit más importante de la misma.