En la cultura mesoamericana prehispánica la chía jugó un papel fundamental como alimento básico. Proporcionaba energía a los guerreros, servía como ofrenda a los dioses y se utilizaba en la preparación de tamales y bebidas. Lamentablemente, con la llegada de la conquista, la chía fue prohibida en los rituales y posteriormente olvidada debido al cultivo de nuevos cultivos de cereales. Sin embargo, en los últimos tiempos la chía ha experimentado un resurgimiento en popularidad, gracias a sus numerosas propiedades y beneficios. De hecho, actualmente se considera un superalimento debido a su excepcional valor nutricional como alimento completo.
En este artículo vamos a contarte cómo tomar las semillas de chía, sus beneficios y algunas recetas para incorporarlas a tu dieta.
Beneficios de la chía
Originaria de México hasta Centroamérica, la planta herbácea conocida como Chía, denominada científicamente Salvia hispanica, alcanza una altura máxima de 1 metro. Una vez fecundadas las flores, producen un fruto que, al madurar, libera pequeñas semillas de color grisáceo brillante que miden 2 milímetros de largo. Estas semillas son muy valoradas por sus numerosos beneficios para la salud y sus diversas propiedades.
La chía demuestra ser una ayuda valiosa a la hora de gestionar las porciones de alimentos, ya que aumenta de tamaño con la hidratación, ocupando efectivamente más espacio en el estómago y aliviando la necesidad de comer en exceso. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que no se debe confiar en la chía como un sustituto a largo plazo de saltarse comidas, ya que una dieta variada es siempre la opción óptima para mantener una buena salud.
Se realizó un estudio en personas con sobrepeso y se les dio un plan de dieta que incluía harina de chía. Después de un período de 12 semanas, se observó que hubo una disminución de peso, una mejora en el perfil lipídico y una reducción en los niveles de colesterol. Esto hace que la harina de chía sea una valiosa adición a las dietas veganas y vegetarianas.
Las semillas de chía, con su impresionante perfil nutricional, ofrecen numerosos beneficios que las convierten en un complemento ideal para las dietas basadas en plantas. Contienen 5 veces más calcio que la leche de vaca, 7 veces más omegas que el salmón y el doble del contenido de proteínas que otras semillas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las semillas de chía no están reservadas exclusivamente para los consumidores de plantas.
Proporcionan ventajas nutricionales para personas de todas las preferencias dietéticas. Además, los atletas pueden beneficiarse especialmente de la incorporación de semillas de chía a su régimen como un valioso suplemento.
Ayuda a aliviar las molestias del estreñimiento. La hidratación de las semillas de chía da como resultado la formación de mucílago, una fibra que ayuda a promover una digestión saludable al facilitar el movimiento intestinal. Esto puede ser particularmente beneficioso para las personas que sufren de estreñimiento. Incorporar tan solo una cucharada de semillas de chía a tu dieta puede aportarte el 19% de la ingesta diaria recomendada de fibra.
Mejora el aspecto general y la sensación de la piel. La piel puede beneficiarse de los micro y macronutrientes que se encuentran en la chía. La vitamina C ayuda a restaurar el colágeno, un componente vital que disminuye con el tiempo. Además, la vitamina A ayuda a hidratar y reducir la inflamación, mientras que la vitamina E actúa como protección contra los radicales libres dañinos. La chía también ofrece oligoelementos, ácidos grasos, aminoácidos, carbohidratos y flavonoides, todos los cuales contribuyen al bienestar general de la piel.
Cómo tomar las semillas de chía
Para aprovechar plenamente los beneficios del mucílago, es fundamental activar las semillas de chía dejándolas reposar en agua durante aproximadamente 30 minutos, o hasta que se libere el mucílago. Es importante señalar que al consumir chía se debe evitar ingerir una cucharada de semillas sin hidratar, ya que podrían hidratarse y potencialmente provocar asfixia si pasan por la tráquea. Alternativamente, la chía se puede moler en harina e incorporar en batidos o panes para aprovechar sus diversas ventajas. La dosis diaria recomendada de chía es de una cucharadita.
Una forma sencilla de incluir semillas de chía en tu dieta es haciendo agua de limón con chía. Simplemente prepárala como lo harías con una limonada normal, pero agrega una cucharada de semillas de chía a cada vaso. Otra opción sencilla es el pudín de chía, que se puede preparar la noche anterior para un cómodo desayuno. Llena medio vaso con semillas de chía y mézclalo con tu jugo de fruta o leche vegetal preferido. Se puede añadir edulcorante si se desea, pero no es necesario. Después de combinar los ingredientes, tapa el vaso y déjalo reposar en el congelador durante la noche. Por la mañana, te despertarás con un delicioso y nutritivo pudín.
Recetas para incorporar la chía a tu dieta
Vamos a enseñarte cuáles son algunas de las mejores recetas para incorporar chía a tu dieta:
Pudín de chía y coco
Ingredientes:
- 1/4 taza de semillas de chía
- 1 taza de leche de coco
- 1 cucharada de miel o sirope de agave
- Frutas frescas para decorar (fresas, arándanos, kiwi, etc.)
Preparación:
- En un recipiente, mezcla las semillas de chía con la leche de coco y la miel.
- Revuelve bien para asegurarte de que las semillas estén bien distribuidas.
- Deja reposar en el refrigerador durante al menos 4 horas o toda la noche.
- Antes de servir, revuelve nuevamente y decora con frutas frescas a tu gusto.
Smoothie de Chía
Ingredientes:
- 1 plátano maduro
- 1 taza de espinacas frescas
- 1 taza de leche de almendras
- 1 cucharada de semillas de chía
- 1/2 taza de piña en trozos
- Hielo al gusto
Preparación:
- Coloca todos los ingredientes en una licuadora.
- Licúa hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
Avena con chía
Ingredientes:
- 1/2 taza de avena
- 1 taza de leche (puede ser de vaca o vegetal)
- 2 cucharadas de semillas de chía
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Miel o sirope de agave al gusto
- Frutas y nueces para decorar
Preparación:
- En un frasco o recipiente con tapa, mezcla la avena, la leche, las semillas de chía y el extracto de vainilla.
- Endulza con miel o sirope de agave al gusto.
- Tapa el frasco y deja reposar en el refrigerador toda la noche.
- Por la mañana, remueve bien la mezcla y decora con tus frutas y nueces favoritas.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre cómo tomar la chía y sus beneficios.