Las patatas, al igual que el arroz, pertenecen a la categoría de alimentos que se pueden preparar de diversas maneras para satisfacer a una amplia gama de personas. Son bien conocidas y se han disfrutado desde la infancia, formando parte de platos muy apreciados que reciben un amplio reconocimiento.
En este artículo vamos a contarte todos los beneficios y propiedades de la patata para que la incluyas en tu dieta de forma frecuente.
Nutrientes de la patata
La patata (Solanum tuberosum) ha adquirido importancia entre los cultivos mundiales debido a sus cualidades excepcionales. Prospera en diversos climas y es disfrutada por las comunidades locales, a menudo evita los intercambios comerciales que transportan otros alimentos a través del mundo, lo que resulta en un precio más bajo.
La patata se encuentra entre los alimentos más apreciados en todo el mundo, ya que sirve como una fuente de energía económica que ofrece más vitaminas y minerales y contiene menos calorías de lo que se cree comúnmente. Doscientos gramos de patatas cocidas aportan el 20% de nuestra vitamina B1 necesaria, el 14% de la vitamina B3 y el 24% de la vitamina B6.
También aporta una cantidad notable de minerales, ya que 200 gramos cubrirían el 8% de las necesidades diarias de selenio, junto con el 22% de potasio, el 20% de flúor y el 14% de hierro. La patata es comparable a los cereales por sus propiedades nutricionales y su alto contenido en almidón, ya que es abundante en hidratos de carbono y contiene una composición proteica del 2% junto con vitaminas del grupo B.
La vitamina B6 es el micronutriente clave que se encuentra en las patatas. Esta vitamina esencial interviene en más de cien reacciones enzimáticas reconocidas, incluidas las necesarias para generar células y tejidos nuevos y sanos a partir de aminoácidos, células que no son cancerosas. También es crucial para diversas funciones dentro del sistema nervioso y ayuda a desactivar y eliminar sustancias nocivas como la homocisteína, que aumenta el riesgo de ataques cardíacos.
Las patatas cocidas ofrecen una cantidad sustancial de diversas vitaminas del grupo B, ya que una ración media aporta más del 10% de las necesidades diarias de vitaminas B1, B2 y ácido fólico. En cuanto a los minerales, las patatas son una fuente rica de potasio y también aportan trazas de magnesio y hierro. No se garantiza que provoquen un aumento de peso.
Cómo afecta su método de preparación
En los países ricos, se ha identificado a las patatas como uno de los factores que contribuyen al aumento de las tasas de obesidad y diabetes en las últimas décadas. La ciencia está corrigiendo actualmente este error.
El método de preparación y consumo de las patatas afecta significativamente a su impacto. Un error clave consiste en consumir grandes cantidades de patatas que han absorbido la grasa de freírlas o hornearlas.
Las patatas pueden pasar de tener 80 calorías por cada 100 gramos cuando se hierven a más de 450 calorías cuando se fríen. Por el contrario, cocinar las patatas al vapor permite una mejor retención de micronutrientes, lo que las convierte en una opción alimenticia nutritiva, rica en energía y de fácil digestión.
Además, dejarlas enfriar durante varias horas conduce a una transformación de los azúcares en almidón resistente, que puede reducir el contenido calórico de la patata a la mitad y proporciona alimento para la microbiota intestinal beneficiosa, reduciendo en consecuencia el riesgo de cáncer de colon.
Beneficios de las patatas para la salud
Las patatas ofrecen una amplia gama de beneficios impresionantes, incluido el alivio de los problemas digestivos. Las patatas hervidas, asadas o al vapor pueden ser beneficiosas para afecciones como la gastritis, los episodios febriles y la acetona. Además, el jugo de patata cruda sirve como remedio terapéutico para la gastritis aguda y las afecciones de úlcera gastroduodenal.
En general, se considera un alimento con propiedades antiinflamatorias que puede aliviar los problemas digestivos relacionados con el estrés. Además, regula los niveles de azúcar y grasa. Las patatas no solo no aumentan los niveles de azúcar en sangre, sino que también ayudan a controlarlos. Mejoran la sensibilidad a la insulina, lo que lleva a niveles más bajos de azúcar en sangre, al mismo tiempo que reducen los niveles de colesterol y triglicéridos.
En última instancia, estimulan al cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía y proporcionan tres veces la saciedad que una cantidad equivalente de pan. Además, combaten la oxidación y ayudan a prevenir el cáncer.
Algunos descubrimientos de la patata
Durante muchos años, se creyó que la pulpa blanca de las patatas carecía de sustancias nutricionales o terapéuticas importantes. Sin embargo, los recientes avances en técnicas analíticas, incluyendo la cromatografía líquida y la espectrometría de masas, han revelado una amplia gama de compuestos beneficiosos presentes en las patatas.
Roy Navarre ha reunido a especialistas de varias universidades estadounidenses para un amplio estudio financiado por el gobierno, durante el cual ha identificado 60 sustancias, incluyendo compuestos fenólicos similares a los que se encuentran en el brócoli, las espinacas y las coles de Bruselas, conocidos por sus beneficios para la salud y sus cualidades protectoras contra enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como ciertos tipos de cáncer.
Entre estos compuestos se encuentran las kukoaminas, identificadas anteriormente solo en las famosas bayas de goji, conocidas por su impacto positivo en la presión arterial y el apoyo al sistema inmunológico.
Además, las patatas tienen varios compuestos que trabajan junto con el sistema inmunológico, incluyendo la quercetina, carotenoides que se encuentran en los tipos de pulpa amarilla, antocianinas presentes en las variedades violeta y azul, así como ácidos clorogénico y cafeico.
La pulpa actúa como un notable cicatrizante cuando se aplica en cataplasma. Patatas que encontramos en la cocina. Cocer las patatas al vapor con la piel es el método de preparación más saludable. Si optamos por asarlas, es recomendable utilizar poca o ninguna grasa, o sólo una pequeña cantidad de aceite de oliva, y mantener la temperatura del horno baja (por debajo de los 140º C).
Para minimizar la pérdida de potasio y vitaminas C y B al cocinarlas en agua, es mejor hervirlas con la piel. Para preparar puré, es fundamental cortar la patata en trozos más pequeños para mejorar la absorción de líquido, comenzar a hervir en agua fría sin añadir sal y mantener el fuego bajo.
Espero que con esta información puedan conocer más sobre las propiedades de la patata y sus beneficios para la salud.