¿Es bueno comerse las semillas de la sandía?

Una mujer sujeta un trozo de sandía con su mano

«No me gustan las pepitas de la sandía», qué niño o niña no ha dicho esa frase alguna vez en su vida, e incluso algunos adultos en la actualidad. Hace ya varios años que se empezó a extender el miedo sobre las pepitas de las frutas y el daño que causaba al estómago. Hoy vamos a aprender si las semillas de la sandía son beneficiosas o no para nuestro organismo.

Los cazafantasmas, cazaban fantasmas, como su propio nombre indica, pues nosotros nos podríamos llamar cazadores de mitos en la alimentación.

La sandía es una fruta llena de beneficios para nuestra salud y suele consumirse a lo largo del verano, ya sea en rodajas o en zumos y granizadas. También hay gazpacho de sandía, ensalada, pizzas (la sandía se usa de base y encima se ponen rodajas de otras frutas), mermelada, helados, gelatina, etc. Y lo cierto es que, en casi todas esas docenas de recetas, las pepitas o semillas de la sandía se eliminan. Por algo será, ¿no?

Pues no, no deberíamos prescindir de las pepitas, ya que están cargadas de beneficios para nuestro organismo, y a lo largo de este texto vamos a descubrirlos todos.

¿Cómo se comen estas semillas?

Aparte de comerlas al morder la sandía, también podemos preparar una especie de snack con estas pepitas que van a brindar una serie de beneficios a nuestro organismo que no se puede comparar con otros snacks como las patatas del cartucho que son insalubres.

Un plato con rodajas de sandía

Al horno

Para preparar el snack ponemos las semillas negras de la sandía en una bandeja de horno sobre un papel vegetal, añadimos algo de sal y un chorro de aceite de oliva virgen extra, y ponemos una temperatura de entre 150º y 160º. Ahora toca esperar unos 15 minutos y cuando las saquemos estarán doradas y crujientes, parecidas a las pipas.

Las tenemos que dejar enfriar, ya que podríamos dañarnos la lengua o el paladar. También debemos avisar que aquellas que se hayan quemado estarán amargas y tendremos que retirarlas.

Té de semillas de sandía

También se pueden preparar infusiones, pero debe consumirse de forma moderada, sin excedernos. Si vemos que nos sienta mal, debemos parar de inmediato. Para preparar la infusión hay que moler 40 semillas de sandía, añadir el resultado en 2 litros de agua hirviendo y a disfrutar. Esa mezcla solo puede ser consumida en un plazo de 2 días, o 3 como máximo.

Todo lo que nos sobre es conveniente que lo guardemos en un tupper con cierre hermético, una botella con tapón hermético, o cualquier otro sitio donde el contenido esté bien protegido y guardarlo en frío.

Yogures y batidos

Tanto las pepitas blancas como las negras son el ingrediente perfecto para decorar nuestros yogures naturales, o con frutas, también yogur helado y los batidos de frutas o batidos helado. Y no solo las pepitas en su tamaño original, sino que también podemos molerlas para facilitar la homogeneidad con el resto de ingredientes.

Estas pepitas pueden acompañarse de otras semillas, como semillas de chía, aunque las de la sandía ya de por sí son casi un superalimento y no necesitan mucho refuerzo.

Una mujer bebe un batido de sandía

Beneficios de las semillas de sandía

Una fruta tan simple como la sandía también dispone de unas pepitas altamente saludables. Nos sorprende bastante ver que algo que llevamos años descartando y desechando, sea tan positivo para nuestro corazón, nuestro sistema inmunológico, para la presión sanguínea, y demás.

Combate el estreñimiento

Las semillas de sandía contienen fibra dietética, y si además decidimos mezclarlas con agua, favorecen el tránsito intestinal y ayudan a liberar las heces con mayor facilidad. No es bueno pasarse con el número de pepitas, ya que una gran cantidad (algo superior a 40 pepitas diarias) puede provocar dolor de estómago.

Recordemos que una dieta rica en fruta y vegetales, evita el estreñimiento. Además, es muy importante hidratar al cuerpo para favorecer la flora intestinal después de cada comida y practicar ejercicio anaeróbico varias veces a la semana con una intensidad moderada.

Son bajas en calorías

Estas semillitas negras y blancas tienen unas 20 calorías por cada 100 gramos de producto. Dado su bajo índice calórico, podemos comerlas como snacks, e incluso añadirlas en batidos, cremas, para decorar dulces y yogures, etc. No se trata de un alimento que ayude a adelgazar, simplemente, se puede usar como acompañamiento en postres y bebidas si queremos aportar nutrientes a nuestro organismo sin que eso implique grasas extras.

Lo mejor es comerse las pepitas directamente de la rodaja de sandía. Aproximadamente, cada rodaja de esta refrescante fruta pesa unos 200 o 300 gramos, por lo que nos aporta entre 70 y 90 calorías, incluyendo las pepitas. Así que ya no hay excusa para no comérnoslas a gusto.

Una niña comiendo sandía

Cardiosaludable

Estas semillas son una fuente de ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados que, dicho con otras palabras, son grasas buenas que ayudan a proteger el corazón contra accidentes cardiovasculares, incluso protegen el cerebro frente a los derrames. También ayudan a reducir el colesterol LDL en sangre, más conocido como el colesterol malo.

Lo que es la sandía en sí, es rica en citrulina, que es una sustancia que se convierte en aminoácido y protege al corazón, el aparato circulatorio y el sistema inmunitario. Además, su color rojo se debe al licopeno y este antioxidante previene frente a problemas cardiovasculares.

Piel sana

Los nutrientes que incluyen las semillas de sandía benefician la salud de nuestra piel alejando el envejecimiento prematuro ya que los antioxidantes, las vitaminas y los minerales minimizan el impacto del estrés oxidativo de las células. Concretamente el licopeno, es el mejor aliado, ya que es una sustancia que neutraliza los radicales libres.

Esta refrescante fruta rica en agua, es la aliada perfecta para el verano, ya que es rica en betacaroteno que, aparte de ayudarnos a broncearnos, también previene del envejecimiento celular a causa de la exposición al Sol.

Proteínas vegetales

Si somos veganos y estamos buscando proteínas vegetales para sustituir las proteínas de animal, las semillas de la sandía son una muy buena opción. Para ser más exactos, una taza de estas pepitas son aproximadamente 30 gramos de proteínas, lo que sucede es que no podemos comer tantas semillas al día, así que conviene buscar alternativas u otros alimentos para compensar el día a día, por ejemplo, soja, altramuces, semillas de calabaza, cacahuetes, lentejas, alubias, seitán, almendras, guisantes, etc.

Las proteínas son esenciales para regenerar las células de nuestro cuerpo, producir enzimas y hormonas, mantener fuertes huesos y músculos, trasportar sustancias por la sangre, etc. La falta de proteína produce calambres, fatiga, dolores musculares, hinchazón, dolor de cabeza, náuseas, etc.

Un zumo hecho a base de sandía

Propiedades diuréticas y depurativas

La sandía en sí es la fruta perfecta en dietas de adelgazamiento, además de ser una gran opción para pacientes con enfermedades renales, ya que más del 90% de la sandía es agua y ayuda a depurar el organismo de forma sencilla y deliciosa. Tanto las semillas como todo el conjunto, también tienen propiedades depurativas gracias al elevado poder alcalinizante que promueve la eliminación de ácidos perjudiciales para nuestro organismo.

Es normal que al tomar estas pepitas notemos que vamos más veces al baño, y es que en eso se basan sus propiedades diuréticas y depurativas. Para tener más éxito, no nos olvidemos de tomar al menos 1,5 litros de agua al día.

¿Cuántas semillas puedo comer al día?

Lo más correcto es comer estas semillas una vez han sido secadas en el horno, ya que el calor rompe la estructura que daña al estómago, de lo contrario, podremos sufrir dolor estomacal y molestias gástricas.

Para secarlas adecuadamente, tenemos que colocarlas en una bandeja de horno con papel vegetal a una temperatura de 180 grados durante unos 15 minutos. Al sacarlas deben estar doraditas y crujientes.

No se recomienda comer semillas de sandía todos los días, pero sí de forma puntual consumir unas 40 pepitas (como máximo). La forma más adecuada de comerlas es o molerlas para añadirlas a un zumo, yogur, batido, crema, etc. tal y como hemos visto unos párrafos más arriba, o hacerlas al horno con sal y aceite de oliva virgen extra.

Tanto es así, que debido a su pequeño tamaño pueden pasar por nuestro aparato digestivo sin ser digeridas, de ahí las molestias. Por eso se recomienda molerlas antes de consumirlas.

Dos niños mostrando a cámara sus rodajas de sandía

Contraindicaciones de comerse las pepitas de la sandía

En la actualidad hay sandías con pepitas y sandías limpias sin pepitas, ni negras ni blancas. Esto se debe a que muchos han rechazado esta maravillosa, nutritiva y refrescante fruta por la «incomodidad» y el miedo de comerse las semillas.

Ya hemos visto que las pepitas son bastante buenas para nuestro organismo, pero siempre con moderación. Pasarnos con las cantidades, puede llevarnos a tener gases, dolores estomacales, diarreas, náuseas, indigestión y otros efectos secundarios.

Se recomienda consultar con un especialista de la nutrición si a nuestro cuerpo le sentará bien este alimento, o mejor sustituirlo por otro que nos aporte también vitamina C, hierro, magnesio, antioxidantes, propiedades diuréticas, etc.

En caso de los niños, mejor no darles pepitas aparte de las que ya trae de por sí su rebanada de sandía. Las semillitas pueden causarles fuertes dolores estomacales por lo difíciles que son de digerir. En caso de estar embarazada, es muy importante reducir el consumo de ciertas semillas, y consultar cada decisión con un especialista.

Si somos alérgicos a la sandía, también lo seremos a sus semillas, porque cuenta con los mismos componentes, casi. Si nos arriesgamos tendremos efectos secundarios graves como asfixia por hinchazón de la garganta, vómitos, mareos, eccemas, etc.


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