Beneficios de tomar infusiones frías

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Muchas personas solemos tomar infusiones con frecuencia a lo largo del año. Sin embargo, es lógico que, en los meses de verano, en los que el calor aprieta, cuesta imaginar una taza humeante de té. Esto no es motivo para dejar de tomarlas y disfrutar de sus grandes beneficios. Descubre las siguientes infusiones frías y no te olvides de ellas durante el verano.

Imagina el sol brillando en las horas de más calor. Valoras una suave brisa que te refresque y, además, agradecerías una bebida que acompañase el momento. ¿Por qué no optar por una infusión? Es obvio que asociarlas a una tetera llena de agua hirviendo, nos haga quererlas bien lejos cuando el calor nos invade. Pues eso ya debe terminar, ya que las infusiones frías son muy nutritivas, hidratantes y depurativas.

Tipos de infusiones frías

Si no hemos tenido tiempo de prepararlas por la mañana y dejarlas enfriar, no importa. La prepararemos con normalidad y añadiremos hielo para que se enfríe en el momento. Una vez fría podemos introducir más hielo en el vaso para que resulte aún más refrescante.

  • Té verde: El té verde frío es una de las mejores infusiones para los días de calor. Se prepara con normalidad, se deja enfriar y, posteriormente, se introduce en el frigorífico. Así la tendremos disponible como una opción muy saludable y apropiada, por encima de cualquier refresco enlatado.
  • Cola de caballo: Prepárala como lo harías normalmente y déjala enfriar. Puedes dejarla en la nevera durante unas horas para beberla más adelante. Es una excelente infusión diurética que te ayuda a combatir la retención de líquidos y a eliminar las toxinas de tu cuerpo.
  • Jengibre y canela: Hierve unos trocitos de raíz de jengibre, y añádele canela. A continuación, déjalo reposar hasta que se enfríe naturalmente y mételo en la nevera. Es una infusión refrescante con propiedades antiinflamatorias y diuréticas.
  • Infusión de melisa: Se trata de una infusión con un excelente aroma que tomada fría resulta deliciosa, refrescante e hidratante. Además, te ayuda a calmar estados de nervios y te aporta la calma y la relajación que necesitas para disfrutar de un momento de relax bajo el sol.
  • Menta y limón: La infusión de menta es muy sencilla de preparar y su aroma y sabor la convierten en una opción muy sabrosa y apetecible. Hierve agua con unas hojas de menta y déjala enfriar. Métela en el frigorífico y, cuando la vayas a tomar, añade unas rodajas de limón y hielo.

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Ventajas de hacerlas frías

Ha habido muchos estudios sobre los beneficios para la salud del té, y las infusiones frías no son una excepción. Aunque no podemos hacer ninguna afirmación, los datos muestran que la vitamina C es más activa en el té frío y podemos ayudar a estimular el sistema inmunológico. También contiene vitamina D, que es buena para fortalecer los huesos, y el complejo de vitamina B puede ayudar a acelerar el metabolismo. Y, los antioxidantes ayudan a protegerlo del daño de la contaminación.

  • Es fácil. No hay nada más fácil que echar hojas sueltas de té o bolsitas de té en una jarra o jarra de agua fría y dejar reposar en el frigorífico. Es realmente así de simple. Lo único que necesitamos saber es cuánto tiempo dejar reposar el té.
  • Sin azúcar. Si estamos tratando de evitar el azúcar y las calorías, el té frío es una mejor opción. El método de preparación en frío produce un sabor más dulce, por lo que no requiere la adición de edulcorantes.
  • Mantiene la hidratación. El té frío es una excelente manera de mantenerse hidratado, especialmente en los calurosos días de verano. De hecho, podemos beberlo como reemplazo del agua fría sin tener que preocuparnos por los efectos negativos.
  • Menos amargura. La preparación en frío da como resultado un sabor más suave, esto puede parecer un punto subjetivo, pero la preparación en frío extrae los antioxidantes más suavemente y esto significa que los taninos no llegan tanto. Los taninos son el químico que causa el regusto amargo en el té verde preparado en caliente.
  • Vitaminas. Aunque el té verde tiene una amplia gama de vitaminas y minerales, las investigaciones han demostrado que prepararlo en frío eleva sustancialmente los niveles de vitamina C en comparación con prepararlo en caliente.
  • Más antioxidantes. La preparación con agua a más de 90 grados centígrados destruye los niveles de antioxidantes en el té verde, por lo que la preparación con agua fría conserva la integridad antioxidante (porque evita que los antioxidantes se desnaturalicen).
  • Eliminación de radicales libres. Los extractos de té verde de agua fría son más efectivos para eliminar los radicales libres. Los investigadores del estudio encontraron un inconveniente en el té preparado en frío. Los extractos de té verde de agua fría tenían menos actividad antioxidante que los extractos de agua caliente. Parece existir una compensación porque menos antioxidantes, específicamente taninos, en el té preparado en frío le dan un sabor más suave, pero también pueden resultar en una disminución de los beneficios para la salud asociados con los antioxidantes.
  • Menos taninos. La preparación en frío atrae menos taninos al té en comparación con la preparación en caliente. Los taninos son un tipo de polifenol, un compuesto antioxidante en las hojas de té que imparte un sabor astringente al té. Menos taninos dan como resultado un té más suave y dulce. Y, menos taninos también pueden tener un beneficio para la salud.

¿Cómo se hacen?

En primer lugar, probablemente sea importante saber cómo preparar infusiones frías. Para el té frío, necesitamos algunas cosas, que no sonarán muy diferentes de las que necesitamos para el té caliente normal. Necesitaremos:

  • Té de calidad (se prefiere el té suelto)
  • Algo para remojar el té (olla, jarra, tetera especial para té helado, vaso de acero)
  • Un colador o bolsita de té (muchas teteras y todas las máquinas para hacer té helado incluyen esto)
  • Agua fría

Para comenzar, normalmente querremos usar un poco más de té para un té frío que para un té caliente. Una regla general sería usar de 4 a 8 cucharadas de té por litro de agua, según el tipo de té que se use y la concentración deseada del té. Recomendamos dar a las hojas un enjuague rápido.

Colocaremos el té en el recipiente, ya sea suelto o en una bolsa o infusor, solo nos aseguraremos de que haya suficiente espacio para que el té se arremoline y libere sus sabores y antioxidantes. Añadiremos agua fría al recipiente hasta la parte superior. Taparemos el recipiente y lo colocaremos en la nevera durante 8-12 horas.

Una vez que saquemos el té de la nevera, colaremos el té o retiraremos el colador existente, serviremos y disfrutaremos de la primera infusión fría.


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