Principales pesticidas en los alimentos

Muchas veces hemos oído eso de que los pesticidas son peligrosos para la salud, y es cierto, así como también multitud de veces nos han contado lo importante que es lavar la fruta y la verdura antes de consumirla, y si le podemos quitar la piel, mejor. ¿A qué se debe? Vamos a explicar qué pesticidas son los más comunes, qué frutas son las más contaminadas y cómo limpiar la comida para eliminar todo rastro de los pesticidas.

En el mercado hay cientos de pesticidas o plaguicidas de todos los colores y olores que podamos imaginar, todos están regulados por la normativa española y europea y los que se usan supuestamente no causan problemas si se ingieren en pequeñas cantidades como, por ejemplo, comernos unas uvas sin lavar. Además, la gran mayoría de frutas y verduras que compramos ya están lavadas y tratadas para eliminar los restos tóxicos.

Con el paso de los años la normativa se fue endureciendo y, aunque ha seguido permitiendo el uso de estos productos, si es cierto que su ferviente regulación ha hecho que disminuya la contaminación de las aguas subterráneas y ha reducido las muertes de aves que se alimentan de las cosechas.

Aun así, hay quienes viven al margen de la ley y usan pesticidas ilegales creyendo que «no pasa nada» o «nunca me van a coger», y puede que esto último sea cierto, pero lo primero no, ya que cada año miles de aves y pequeños mamíferos mueren a causa de la ingesta de esos venenos.

¿Qué son? Usos

En pocas palabras, los pesticidas y otros venenos son sustancias químicas y tóxicas que se usan para eliminar insectos y plagas en animales y plantas. También los hay para atraer animales a una zona y ser capturados o eliminados con poco esfuerzo.

Los pesticidas o plaguicidas y otras sustancias tienen una parte positiva, a pesar de todo, y es que no solo se usan para eliminar plagas que afectan a nuestros alimentos, sino que también se usan para eliminar hongos, bacterias, gérmenes y tal que pueden comprometer nuestra salud.

Hay plaguicidas de uso agrícola que son los más comunes y son los que llegan a nuestra mesa a través de las frutas y verduras que compramos en la mayoría de establecimientos. Se trata de actores muy útiles para el control de plagas, pero su aplicación tiene riesgos para nuestra salud por sus efectos tóxicos ya sea de forma directa o indirecta en la salud humana y en el medioambiente.

Debido a que hay muchos tipos de plagas potenciales, existen varios tipos de pesticidas. Los siguientes son algunos ejemplos:

  • Insecticidas. Estos pesticidas reducen la destrucción y contaminación de los cultivos en crecimiento y cosechados por insectos y sus huevos.
  • Herbicidas. Mejoran el rendimiento de los cultivos.
  • Rodenticidas. Estos son importantes para controlar la destrucción y contaminación de los cultivos por alimañas y enfermedades transmitidas por roedores.
  • Fungicidas. Este tipo de pesticida es especialmente importante para proteger los cultivos cosechados y las semillas de la pudrición por hongos.

Durante muchos años, el uso de pesticidas estuvo en gran medida sin regulación. Sin embargo, el impacto que tienen los pesticidas en el medio ambiente y la salud humana ha estado bajo mayor vigilancia desde 1962. El pesticida ideal destruiría la plaga objetivo sin causar ningún efecto negativo a los humanos, las plantas no objetivo, los animales y el medio ambiente. Sin embargo, no son perfectos y su uso puede tener efectos sobre la salud y el medio ambiente.

Un tractor regando con pesticidas un cultivo

Tipos comunes

La gran mayoría de los alimentos que comemos y que están expuestos a plagas, tienen este tipo de tóxicos, a menos que sea de agricultura ecológica, que se rige por otra normativa y otros valores en pro de la seguridad y la salud de las personas y el entorno.

Los plaguicidas, pesticidas e insecticidas más comunes a los que nos enfrentamos a diario son los siguientes:

  • Glifosato.
  • Organofosforados.
  • DDT.
  • Acefato.
  • Carbarilo.
  • Clordano.
  • Dieldrin.
  • Endosulfán.
  • Malatión.
  • Temephos.
  • 2,4-D.
  • Permetrina.
  • Cipermetrina.
  • Dimetoato.
  • Indoxacarb.
  • Metomilo.
  • Paratión-metilo.
  • Espinosad.
  • Bifenthrin.
  • Cyalothrin.
  • Cyfluthrin.
  • Paraquat.
  • Carbaryl.
  • Carbofuran.
  • Pirimicarb.
  • Clorpirifós
  • Clorotalonil.
  • Mancozeb.

A pesar de los riesgos que entraña el uso de estos productos, se llegan a usar hasta 30 tipos diferentes de insecticidas, plaguicidas, herbicidas y similares en un mismo cultivo. Entre los principales fungicidas de la actualidad se señala con especial hincapié los siguientes:

  • Iprodion.
  • Boscalid.
  • Ditiocarbamatos.
  • Tebuconazol.

Y estos están en el punto de mira porque comparten un compuesto químico muy preocupante para la salud de los humanos y son los disruptores endocrinos. ¿Cómo nos afectan? Estos compuestos interfieren en el sistema hormonal y afectan directamente a nuestra salud llegando a dañar el sistema renal, hepático y nervioso, pudiendo incluso afectar al desarrollo cerebral de los fetos.

Otras de las consecuencias es el riesgo de sobrepeso, alergias e intolerancias, disminuyen la fertilidad en hombres y mujeres, y estos químicos están relacionados con diversas patologías como el cáncer.

Frutas y verduras con más pesticidas

Frutas y verduras más contaminadas

España encabeza la lista de países europeos que más agentes químicos usa en sus cultivos llegando incluso a acumular una treintena de ellos en un mismo cultivo. Todo ese veneno nos lo estamos comiendo nosotros, en lugar de optar por una agricultura más sostenibles y ecológica.

Estas son las frutas y verduras que más contaminación tienen en la actualidad según la lista de Dirty Dozen 2021:

  • Fresas.
  • Espinacas.
  • Col rizada y kale.
  • Nectarinas.
  • Manzanas.
  • Uvas.
  • Cerezas.
  • Melocotones.
  • Peras.
  • Pimientos morrones y picantes.
  • Apio.
  • Tomates (en general).

Por otro lado, existen frutas y verduras que están en la lista de Dirty Dozen, pero en la sección de menos contaminación y algunas de ellas son: aguacates, maíz, piña, cebollas, papaya, guisantes congelados, berenjenas, espárragos (en general), brócoli, repollo, kiwi, coliflor, champiñones y melón.

¿Hay menos pesticidas en los alimentos orgánicos?

No es sorprendente que los productos orgánicos tengan niveles más bajos de pesticidas sintéticos, lo que se traduce en niveles más bajos de pesticidas sintéticos en el cuerpo. Sin embargo, los productos orgánicos contienen niveles más altos de biopesticidas.

Un estudio anterior de aceitunas y aceites de oliva que usa pesticidas orgánicos encontró niveles elevados de los biopesticidas rotenona, azadiractina, piretrina y fungicidas de cobre. Estos pesticidas orgánicos también tienen efectos ambientales negativos que, en algunos casos, son peores que las alternativas sintéticas.

Algunas personas argumentan que los pesticidas sintéticos pueden ser más dañinos con el tiempo porque están diseñados para tener una mayor vida útil y pueden durar más en el cuerpo y el medio ambiente. Esto es a veces cierto. Sin embargo, existen múltiples ejemplos de pesticidas orgánicos que persisten tanto o más que el pesticida sintético promedio.

Un punto de vista opuesto es que los bioplaguicidas orgánicos suelen ser menos eficaces que los plaguicidas sintéticos, lo que hace que los agricultores los utilicen con más frecuencia y en dosis más altas. En general, el daño potencial de los bioplaguicidas sintéticos y orgánicos depende del pesticida específico y la dosis.

¿Cómo limpiar los pesticidas?

Hay diferentes formas de limpiar el rastro de esos químicos, pero desde ya decimos que de nada sirve mojar la fruta, o mantenerla unos segundos bajo el grifo, tampoco es buena idea meterla en un cuenco con agua, ni tampoco sirve limpiarla con la camiseta o una servilleta, sino que se necesita un proceso más intenso, por eso al inicio de este texto dijimos que siempre que sea posible retirar la piel o las hojas superficiales, sería mejor para nuestra salud.

Antes de entrar de lleno al tema, debemos decir que no existe ninguna solución milagrosa, que siempre va a quedar algún mínimo rastro esos químicos en los alimentos.

Lo primero que hay que hacer es lavarse las manos con jabón, cogemos las frutas o las verduras y con un cepillo frotamos la superficie. Este método solo sirve para alimentos firmes como calabacín, melones, patatas, manzanas, sandía, peras, pimientos, etc.

Otro método medianamente infalible es introducir esas frutas y verduras en un bol con bicarbonato y agua. Este método es de los más usados, sobre todo viene bien para casos de alimentos blandos o solo con hojas, como acelgas, lechuga, espinacas, tomates, espárragos, melocotones, higos, etc.

También se puede usar lejía, pero con el riesgo de que penetre al interior de la fruta. También está la opción del vinagre, pero al ser tan potente, dejará rastro de olor y sabor en todos los alimentos.

Lo mejor es lo que venimos diciendo desde el inicio de este texto, hay que elegir frutas y verduras ecológicas, para evitar todas estas situaciones. Tal y como hemos dicho, ninguno de estos trucos de limpieza hará desaparecer el 100% de los químicos.


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