Comer helados es bueno y malo a partes iguales

Los helados llevan años acompañándonos, sobre todo en verano, desde mayo a septiembre. Una industria que ha permanecido casi intacta durante décadas, pero eso no implica que sea beneficioso para la salud, tampoco es nocivo, sino no se venderían. Todo en su justa medida, eso es lo correcto, así que vamos a repasar los principales beneficios de los helados y sus inconvenientes más reseñables.

Con este texto no queremos disuadir a nadie del placer de comer helados y polos un día caluroso mientras disfruta de la piscina, la playa, los amigos y la familia. Simplemente informar sobre los beneficios e inconveniente que tiene el comer helados de forma asidua y cómo afecta eso a nuestro organismo.

Principales beneficios de comer helados

Estamos en verano, hace calor y después de comer, en lugar de lugar de elegir fruta, arroz con leche, natilla, o algo similar nos comemos un rico, sabroso y refrescante helado, por ejemplo, vainilla y crocanti de chocolate con caramelo. Sí, nosotros también estamos babeando…

Gran cantidad de calcio y vitaminas

Un helado normal, hecho con yogur o leche, aporta hasta el 15% de calcio diario que nuestro cuerpo necesita. Muchos helados vegetales tienen calcio suplementado, así que, en ese sentido, ambas opciones cuentan con el mismo gran beneficio.

A demás de calcio, los helados suelen aportar otros minerales esenciales como fósforo, sodio, hierro, potasio y magnesio, así como vitamina A, C, D, E, K, B1, B6 y algunos helados vegetales aportan B12, pero son muy escasos en el mercado.

Diferentes tipos de helados

Refuerza el sistema inmune

La ciencia ha desmentido que provoquen resfriados si se come helado en invierno. Eso va más relacionado con cambios bruscos de temperatura (calefacción), mojarnos con la luvia y no cambiarnos de ropa, no abrigarnos bien, etc. Así que podemos comer helado cada vez que queramos, pero siempre con precaución en lo que respecta a la cantidad.

Los antioxidantes que aportan los helados pueden ayudar a prevenir algunas enfermedades e incluso el envejecimiento de la piel. Tomar helado también aporta proteínas (de la leche y el yogur), en concreto albúminas y globulinas, y ambas tienen funciones estabilizadoras del organismo y realizan trabajos de defensa y ayudan a regular el metabolismo.

Sensación de felicidad

Al comer helados sentimos una sensación de plenitud y felicidad muy similar a cuando comemos chocolate o satisfacemos un antojo muy fuerte. Esto se debe al triptófano que aumenta los niveles de serotonina (la hormona de la felicidad) y eso se traduce en que nuestro estado de ánimo mejorará considerablemente.

Si estamos pasando por un momento de estrés y nerviosismo, comer un helado nos ayudará a calmar ese estado de nervios, sobre todo si el helado es de vainilla y/o de chocolate. Esto es gracias a la caseína que se encuentra en ambos ingredientes que genera endorfinas en nuestro cerebro.

Más energía

Esto es un beneficio, pero que en realidad deriva de un inconveniente que veremos más adelante. Los helados, salvo los artesanales o los que están hechos a base de frutas naturales y agua mineral o yogur sin azúcar, son helados altos en grasas e hidratos de carbono.

Todas esas grasas, si practicamos deporte, se convertirán en energía que se consumirá durante la práctica deportiva. Es importante mantener un estilo de vida sano, aunque sea un paseo con paso acelerado, una vuelta en bicicleta, imitar una coreografía, etc.

Inconvenientes de los helados

La letra pequeña de los helados a veces no la queremos leer porque preferimos disfrutar del momento, y lo entendemos, a todos nos pasa, pero es importante estar informados de todo lo que nos comemos a diario. Ya conocemos los principales beneficios de comer helados varias veces por semana, pues ahora es el turno de los inconvenientes.

Un cono de helado con diferentes sabores

Muchas grasas y azúcares

Los helados ultraprocesados, e incluso los artesanales, están cargados de grasas y azúcares. Un helado artesanal quizás no llegue ni al 15% de las calorías diarias, sin embargo, un helado procesado aporta más de 200 calorías en una sentada, así que, si tenemos problemas con azúcar o con el peso, tenemos que reducir la ingesta de helados.

Lo adecuado es buscar alternativas saludables, por ejemplo, cortar frutas en trozos, y rellenar el molde de los helados con agua (o kéfir o yogur griego natural sin azúcar) y la fruta cortada. Otra opción es hacer un zumo natural de frutas, ya sea de una sola o varias frutas y volcar el resultado en el molde para helados. Podemos decorarlo con cacao puro, chocolate derretido (mínimo 75% de cacao), frutos secos, leche condensada, semillas, coco rallado, cascara de naranja y limón, etc.

Lactosa

Los helados convencionales, ya sean artesanos o procesados están hechos con yogur y con leche, eso implica grandes cantidades de lactosa. Aunque no seamos intolerantes a la lactosa, grandes cantidades de leche en un día puede provocarnos irritación estomacal, gases, inflamación abdominal, digestión pesada, etc. Tengamos en cuenta que hay que sumar toda la leche que ingerimos en un día, desde el café o el té de por la mañana hasta la última comida del día.

Si vemos que esas molestias persisten, llegando incluso a tener malestar general, hinchazón, malas digestiones. náuseas, diarreas y síntomas similares como la piel enrojecida, deberíamos acudir al médico para realizarnos las pruebas de la alergia.

Aumenta el colesterol

Comer helados no es buena si somos personas con problemas de peso, diabetes o con colesterol, y menos aún si es colesterol alto. Quizás, quienes tengan niveles de colesterol muy alto podrían inclinarse por helado más saludables a base de agua y fruta, tal y como hemos comentado antes.

Al tener niveles de colesterol alto, las probabilidades de sufrir un accidente cardiovascular y cerebrovascular aumentan considerablemente. Así que todas las precauciones son pocas. Cualquier decisión relacionada con la comida, se debería consultar con un médico en caso de sufrir una patología grave como es la diabetes, o el colesterol alto.

Helado cremoso de fresa con fresas

Cómo elegir el mejor helado

Son pautas simples teniendo claro todo lo anterior, tanto sus beneficios como sus inconvenientes y elegir un helado lo más saludable posible. Se trata de exprimir al máximo el placer de comer helados en verano (o durante todo el año).

Por un lado, evitar los helados procesados cargados de azúcares e ingredientes insanos. Podemos comprar moldes para crear polos o helados y agregar puré natural de nuestra fruta favorita o agua mineral con trozos de fruta, podemos derretir chocolate puro y crear helados de chocolate 100% y decorarlos con frutos secos o frutas, etc.

Los helados con base de yogur (sin azúcar) suelen ser una gran opción, ya que nos llevamos los beneficios de la leche (o del ingrediente de la bebida vegetal), la cremosidad del yogur y lo sano de no tener azúcar. Estos sirven también como idea para crearlos en casa como smoothies y luego al molde y al congelador unas horas.

Si finalmente nos decantamos por los procesados, el azúcar debe estar fuera de los 3 primeros ingredientes, y si está fuera de los 5 primeros ingredientes, mejor. Hay que buscar marcas que sean bajas en grasas, con ingredientes lo más sanos posibles y buscar sabores reales como fresas, nata, limón, y alejarnos de sabores extraños, colorantes alimenticios, y demás.


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