Las frutas de gran tamaño con cascara gruesa y que, por norma general, vienen en una pieza (no cortadas por la mitad), son muy difíciles de diferenciar y a veces cuesta elegir la mejor sandía o melón porque todas nos parecen iguales. Pero hoy os traemos una buena noticia, tenemos los trucos perfectos para llevarnos a casa la mejor sandía y el mejor melón del mercado.
Los consejos que damos en este texto son básicos pero muy claves y os podemos asegurar que cuando abramos la sandía y el melón tendrán un color perfecto, un olor que enamora y un sabor que nos trasportará a nuestros veranos de la infancia comiendo sandía en la orilla de la playa.
Saber elegir la mejor sandía y el mejor melón es clave para disfrutar de la fruta y aprovecharla para zumos, batidos, ensaladas, gazpachos, postres, etc. y así reducimos el desperdicio de comida, no tiramos dinero y hacemos más variada nuestra dieta diaria.
Trucos claves para identificar la mejor sandía (y melón)
Es hora de tomar nota para que la próxima vez que vayamos al supermercado, a la plaza de abastos, a la frutería o al quiosco de la esquina, sepamos elegir la mejor sandía y el mejor melón de entre todos los que tendremos delante de nuestros ojos.
Corteza exterior en muy buen estado
Es de vital importancia que la corteza exterior esté en perfecto estado, sin grietas, golpes, que no se vea el interior, que no chorree el caldo, que no haya deformidades, nada de manchas oscuras, nada de cambios en el patrón del dibujo exterior, etc.
Si que se aceptan las estrías finitas y muy superficiales que caracterizan al melón. Además, el melón tradicional (piel de sapo) ha de tener líneas de color lima o amarillas de unos 3 mm de grosor.
En el caso de probar con un melón naranja, también conocido como cantalupo, en su exterior debe tener un tono rosado y agradable, ninguna mancha extraña y una forma redondita o ligeramente ovalada.
El olor va muy de la mano de su aspecto exterior y nos va a decir de forma instintiva si esa sandía o ese melón es perfecto. La fruta que tenemos entre nuestras manos ha de tener un olor a fresco, un olor que se identifique rápidamente y que sea apetecible.
Golpear levemente
Cuando vayamos a elegir la mejor sandía, otro truco infalible es coger la sandía en peso, acercarla al oído y golpearla suavemente con nuestros nudillos como si fuéramos a llamar a una puerta. Si lo que sentimos es un sonido hueco y seco es señal de que la fruta está en su momento más óptimo.
Tanto el melón como la sandía han de ser compactos, sonar a hueco y seco. En el caso del melón, darle unos golpes y que la fruta vibre será señal de que está en su punto exacto.
Otro truco es apretar los extremos de los melones y si ceden un poco (el movimiento debe de ser suave) es señal de que están maduros y en el momento perfecto para ser consumidos. Además, si al presionar el extremo de un melón notamos que está blando significará que el melón es dulce.
La cama
No, no. No hace falta que la arropemos y le leamos un cuento. La cama de la fruta hace referencia a la mancha que indica de qué lado a reposado mientras estaba en la mata. En el caso de las sandías, la mancha amarillenta es el indicativo perfecto.
La clave está en buscar la mancha más oscurecida, es decir un amarillo sucio, y tenemos que huir de los amarillos claros, blanquecinos y verdosos. Si queremos una sandía dulce, tendremos que elegir aquella que tenga una mancha amarilla, pero con un leve toque de oscuridad (no mucho o significará que está podrida).
Hay algunas sandías que no tienen manchas de cama y casi siempre suele coincidir con aquellas sandías que no tiene pepitas. Además, muchos agricultores van variando la posición de la sandía para que no tenga esa mancha y sea más vistosa y apetitosa.
Los melones también tienen manchas de cama, pero a veces son menos intensas y cuestan identificarlas. En ese caso nos decantaremos por los trucos anteriores.
Firmeza y consistencia
Son dos claves que nos dirán si nuestra elección es la buena o tenemos que empezar de cero. Elegir la mejor sandía o el mejor melón conlleva comprobar la firmeza y la consistencia, es decir, que el peso sea acorde al tamaño, que sean piezas consistentes sin partes extremadamente blandas, que no haya deformaciones, ni hendiduras, etc.
Para comprobar la consistencia de la sandía y del melón, lo recomendable es agitarlos y si suena compacto es señal de que la carne está en buenas condiciones. Sin embargo, si suena a líquido en su interior, notamos como se desprende la carne o la cascara se hunde levemente, es señal de que está muy pasado y no debemos comprarlo.
¿Cómo elijo la mejor mitad de sandía?
Cuando se trata de mitades expuestas, la elección, es más fácil. En los supermercados se empezó a vender esta fruta ya cortada por 3 motivos, por mostrar el exterior, por facilitar la elección y para reducir el desperdicio de comida. Pero poca gente sabe que con la fruta se pueden hacer batidos, postres, repostería, ensaladas, gazpachos, etc.
En el caso de la sandía, las pepitas tienen que ser negras y brillantes, si hay muchas pepitas blancas o amarillas significa falta de maduración, un color rojo brillante e intenso, buen olor y que la carne sea consistente y no tenga aspecto arenoso, nada de grietas en el exterior, ni caldo amarillento, ni trozos de flores o hierbas que contaminen la pieza.
Si vamos a comprar un melón y este viene partido en rodajas o por la mitad, lo mejor es que tenga un color intenso y agradable, pepitas en abundancia, un olor muy agradable que invite a morderlo, nada de caldo sobrante, un exterior impoluto y consistente, que no haya contaminación de moscas, flores, hierbas u otras frutas, etc.