Estás mezclando mal los alimentos y no lo sabías

Una mesa llena de combinaciones de alimentos

Muchas veces sentimos pesadez, inflamación abdominal, gases, reflujo, etc. y no entendemos qué ha pasado si son alimentos que siempre comemos. Hoy vamos a aprender que no son los alimentos en sí, sino las mezclas y las combinaciones que hacemos. Por ejemplo, seguro que hemos comido pollo con patatas fritas más de una vez, pues hoy entenderemos porqué suele dar una mala digestión, y no es por las cantidades.

Tener una mala digestión no debería ser normal. Si se ha vuelto una constante en nuestra vida y casi todos los días tenemos hinchazón abdominal, gases, dolores, retorcijones y tal, deberíamos consultar con un especialista, ya que hay alguna anomalía en nuestro sistema digestivo, en nuestra dieta, en nuestra forma de comer, en los alimentos, etc.

Hoy vamos a intentar ayudar con este problema, ya que hay una serie de combinaciones de alimentos que estamos muy acostumbrados a hacer y no son del todo aconsejables. Vamos a hablar del queso, los embutidos, el huevo, las espinacas, las patatas fritas, el pollo, el tomate y la pasta, el arroz, las frutas ácidas, las lentejas, los lácteos, e incluso de si es recomendable o no beber líquido mientras comemos.

¿Por qué es importante aprender a combinar alimentos?

Todo aquello que comemos pasa por el estómago, evidentemente y ahí se crean reacciones químicas y la mezcla de nutrientes puede causar ciertos efectos adversos. Es por esto por lo que vamos a explicar por qué es importante aprender a combinar alimentos y después diremos las mezclas que debemos dejar de hacer.

  • Tendremos digestiones más ligeras y rápidas.
  • Nuestro organismo absorberá todos los nutrientes de forma adecuada.
  • Reduciremos notablemente la distención abdominal, el ardor, los gases, etc.
  • No tendremos tanto sueño después de comer, sino que tendremos más energía.
  • Nuestros intestinos funcionarán mejor.
  • Aumentamos nuestras posibilidades de alcanzar nuestros objetivos en el gimnasio.
  • Se mejoran los trastornos crónicos.

Combinaciones poco saludables

Vamos a ver que muchas de estas combinaciones las hemos hecho asiduamente a lo largo de nuestra vida, e incluso seguro que recordamos alguna de cuando éramos pequeños como comer lentejas y beber un vaso de leche. Eso es otra, no es recomendable beber líquido mientras comemos.

Diferentes tipos de proteínas

No se recomienda mezclar diferentes tipos de proteínas, ya que son un grupo de aminoácidos difícil de digerir por sí solos imaginemos si mezclamos varios tipos. Por eso se recomienda comer solo proteínas de origen animal, o solo de origen vegetal.

Con solo una pequeña ración de proteínas en cada comida es suficiente para cumplir con una dieta saludable y equilibrada, por lo que no es necesario mezclar diferentes tipos en un solo plato. Esto también se debe a que cada alimento tiene sus características que a su vez activan diferentes funciones en la digestión, por lo que si las mezclamos dificultamos el proceso digestivo.

Un plato que ,mezcla diferentes tipos de proteínas

Proteínas y almidones

Es importante diferenciar cada grupo de alimentos y, por supuesto, evitar mezclar o combinar las proteínas y los almidones. Puede que así en frío no sepamos qué alimentos son proteína y cuáles son almidones.

  • Proteínas: carne, pescado, huevo, lácteos, legumbres, semillas y frutos secos.
  • Almidones: cereales, pasta, pan, dulces y alimentos elaborados con harinas, patata, arroz, algunas verduras (calabaza, zanahoria, remolacha, alcachofa, etc.), maíz y guisante.

De ahí que cuando mezclamos carne con patata o una tostada con jamón o pavo, la digestión se vuelve muy pesada, tenemos flatulencias, gases e hinchazón de estómago. Esto se debe a que el organismo necesita mucho tiempo para digerir los alimentos. Además de que el cuerpo no podrá absorber todos los nutrientes y cuanto más tiempo pasen esos alimentos en el estómago a altas temperaturas, hay mayores probabilidades de que se produzcan residuos tóxicos. De ahí las flatulencias y otras consecuencias.

Tomate y pasta

Todos echamos tomate a los macarrones, pues según los expertos, la mezcla de hidratos de carbono, féculas y alimentos ácidos no es saludable ni recomendable. Esto es porque los hidratos y la fécula empiezan su digestión directamente en nuestra boca y necesitan ser masticados y precisan de un medio alcalino. Sin embargo, los alimentos ácidos ralentizan el proceso de digestión.

Es una mezcla muy dispar en lo que respecta a la digestión, sin embargo, lo hacemos casi todas las semanas. Ahora ya sabemos por qué nuestra barriga se infla de esa manera y nos sentimos tan pesados, con sueño y a veces hasta con dolor de tripa y gases.

Espinacas y queso

Es bastante común ver empanadas de espinacas y quesos, o incluso algunos tipos de pizzas, ensaladas y otros platos. Pues si queremos tener una buena digestión, debemos de dejar de mezclar estos ingredientes porque las espinacas tienen oxalatos que impiden que el organismo absorba el calcio, y, por ende, el queso que estaremos comiendo pasará por nuestro cuerpo casi sin dejar rastro.

Los alimentos ricos en calcio deben combinarse con alimentos ricos en vitamina D, que es la una vitamina que ayuda a la absorción del calcio y así sí mejoraremos la salud de nuestros huesos y dientes.

Lácteos con lentejas y lentejas con carne

Sí, los padres nos ponían leche para desayunar, almorzar, merendar y cenar, y más de uno la hemos terminado aborreciendo. Ahora los expertos dicen que combinar lácteos con lentejas no es buena idea. Esto se debe a que el hierro de las legumbres compite con el calcio de la leche y ambos tiene serias dificultades para ser absorbidos en los intestinos.

Asimismo, la grasa u las proteínas de los productos lácteos, se suman a las fibras y a las proteínas vegetales de las lentejas, con la consecuencia de una sobrecarga en el estómago y que posiblemente nos infle el estómago y tengamos episodios de gases.

Diferentes tipos de frutas

Frutas dulces y frutas ácidas

La fruta como postre no es buena opción. La fruta es de digestión rápida y fácil, si se toma sola. Sin embargo, al comerla como postre, la digestión se puede eternizar y terminamos con la barriga hinchada. Que esto último puede deberse a que hemos mezclado diferentes tipos de frutas. Por ejemplo, el melón, lo mejor es comerlo solo y en ayunas, si va a acompañado, tendremos distensión abdominal, gases y pesadez.

Otra combinación nefasta son las frutas dulces y las ácidas. Al combinarlas, se producen ciertas reacciones químicas en el estómago que pueden perjudicar el normal funcionamiento del organismo, dando como resultado dolores, hinchazón, fatiga, diarreas, etc.

Existen frutas que sí son aptas como postre y son la piña y la papaya, sobre todo si comemos carne o pescado con ensalada y donde no hay ni patatas ni otros almidones. Estas dos frutas tropicales tienen beneficios en la digestión.

La verdura no combina siempre

Estamos acostumbrados a comer ensaladas casi con cualquier ingrediente y a casi cualquier hora, pero no lo estamos haciendo bien. Las verduras suelen combinar muy bien siempre, pero hay ciertas excepciones que debemos conocer, además, os animamos a hacer el cambio y notaremos la mejora en ese preciso instante.

  • Leche.
  • Fruta dulce.
  • Sandia y melón (dos frutas que no se deben mezclar nunca).
  • Alimentos azucarados.

Salsas de acompañamiento

Estamos muy acostumbrados a usar salsas, ya sea mayonesa, mostaza, pesto, kétchup, barbacoa, alioli, etc. Pero esas salsas, sobre todo las industriales, son alimentos cargados de grasas y causan digestiones lentas y pesadas. Esto se debe a que neutralizan las enzimas de los jugos gástricos y no les dejan trabajar adecuadamente. Por eso su consumo no se recomienda, aparte de porque no son saludables, las salsas las podemos dejar para ocasiones puntuales.

Bebidas

Los líquidos no son un buen aliado en las comidas. Debemos beber agua antes de comer, entre una media hora o una hora nates, y nada de beber líquido justo después de comer hasta que no pasen 2 o 3 horas, ya que eso provocará una mala digestión. Si bebemos durante las comidas, se diluirán los jugos gástricos y las enzimas, por lo que la digestión no se desarrollará con normalidad. Todo cambia, si bebemos kombucha o té de jengibre, ya que eso favorece la digestión gracias a que son bebidas probióticas.

Además, los zumos azucarados provocarán dificultades en la digestión. Asimismo, los refrescos y bebidas azucaradas y carbonatadas contienen fosfatos y esto impide que el magnesio de las comidas sea absorbido.


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