Hay que diferenciar entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente, una vez lo tengamos claro y no sea un alimento altamente peligroso como un huevo, sabremos si podemos comerlo después de pasar a formar parte del grupo de alimentos caducados de nuestra nevera. Vamos a explicar todas las señales, y vamos a decir algunos alimentos que podríamos consumir después de su fecha de caducidad.
La salud alimentaria es un pilar fundamental en nuestra vida, de lo contrario, si no hubiese controles, podríamos contraer enfermedades tan graves como la Listeria, E. coli, Salmonella, Clostridium Botulinum, Campylobacter, Norovirus, Trichinella, Hepatitis A, Cryptosporidium parvum y Giardia intestinali, etc. Si alguna vez hemos tenido una salmonella, segurísimo que no queremos volver a pasar por lo mismo.
Los síntomas de intoxicación son claros: vómitos, diarrea aguda (a veces con sangre), fiebre, dolor abdominal, mareos, dolor de cabeza, debilidad, visión borrosa, entumecimiento, desequilibrio, etc. Es importantísimo que nos pongamos en manos de especialistas cuanto antes.
A lo largo de este texto vamos a diferenciar entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente, también diremos algunos alimentos caducados que sí podríamos consumir pasada esa fecha y que no ponemos en riesgo nuestra salud.
Fecha de caducidad y fecha de consumo preferente
Parecen lo mismo, pero no lo es y ambas tienen sus motivos. Se trata de un sistema que ayuda al consumidor y a toda la industria a determinar cuándo un producto llega a su momento culmen y empieza su declive, y cuando un alimento tiene una vida corta y no debería alargarse mucho más o nos enfrentamos a muchas enfermedades alimentarias.
- Fecha de caducidad: aquí, el fabricante pone una fecha límite y nos alerta de que no es recomendable pasarnos porque no es seguro consumir ese alimento tras la fecha de caducidad.
- Fecha de consumo preferente: con este dato nos indican que para que el alimento conserve su buen estado, sabor, textura, olor, etc. es recomendable consumirlo antes de la fecha indicada, pero si nos pasamos no es relevante, ya que no debería suponer un riesgo para la salud.
Sea como fuere, nosotros recomendamos consumir los alimentos antes de su fecha y comprar solo aquello que de verdad vayamos a consumir, no solo por salud y por ahorrar dinero, sino por reducir y evitar al máximo el desperdicio de alimentos.
Alimentos que se pueden consumir tras su fecha
Teniendo claras las diferencias entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente, vamos a realizar un repaso por los principales alimentos que siempre causan dudas en cuanto a su fecha. Nosotros vamos a dar unas nociones básicas, pero no hay que cogerlas con exactitud, es decir, si vemos que el pan de molde huele raro y tiene moho no se consume, se desecha porque ya estaría dentro de los alimentos caducados.
Salsas de bote
Todo aquello que esté envasado en un sobre puede consumirse después de su fecha de consumo preferente, como son los sobres de kétchup o mayonesa, los sobres de especias, sopas y similares. Lo mismo sucede con los botes de salsa, ya sean de plástico o cristal, lo que hay que tener en cuenta es que estén bien cerrados, que no hayamos reutilizado el cuchillo o cuchara para sacar porciones de su interior (esto puede crear contaminación en la comida) y que siempre hayan estado en el frigorífico.
Con el tomate frito pasa igual, se puede consumir después de su fecha de consumo preferente, aunque esté abierto, siempre que se haya conservado en la nevera, salvo que notemos que huele agrio, su color rojo ya no es intenso, tiene un caldo en la parte de arriba, etc.
Frutos secos
Quienes comemos frutos secos, sabemos que la fecha que se indica es de consumo preferente, y si nos pasamos no sucede nada, lo único malo es que, si dejamos el paquete abierto, los frutos secos absorben humedad y se ponen blandos y rancios, pero aun así son aptos para el consumo humano.
Si al coger una nuez, avellana, almendra o anacardo y notar un sabor raro, como agrio, lo mejor es desecharlo. Si ha pasado mucho tiempo y el envase donde están los frutos secos ha pasado por muchas etapas como cambios de temperatura y exposición al sol, es bastante probable que, al abrir el envoltorio, la sorpresa sea muy desagradable.
Patatas fritas, cereales y bollería industrial
Con patatas fritas nos referimos a las que vemos en los supermercados. Estas patatas los hemos consumido todos, al igual que los picos, los bollos industriales, galletas y similares. Su fecha suele ser de consumo preferente, por lo que, en un principio, no supondría ningún problema para nuestra salud.
En el caso de las patatas, habrían perdido su crujido, como los cereales de desayuno, los bollos estarán algo más duros y rancios, las galletas quizás más blandas. La clave es abrir bien el paquete y después volcarlo en un túper con cierre hermético e intentar consumirlo en un plazo de entre 5 y 20 días.
Pan de molde
El pan de molde, un pan que muy pocos nutricionistas recomiendas, pero que se ha convertido en el más consumido por grandes y pequeños en todos los hogares. El pan de molde también tiene fecha de consumo preferente y podemos seguir comiéndolo, aunque su fecha haya expirado hace unos días.
El único inconveniente es que, si no lo hemos conservado adecuadamente, el pan se pondrá rancio, duro e incluso le saldrá moho. Es por esto por lo que recomendamos conservarlo en un lugar seco, sin exposición solar, sin muchos cambios de temperatura, en un sitio limpio, sin humedad y donde no entre casi el aire a su interior.
Yogures y leche UHT
Los yogures y la leche son de esos alimentos caducados que nos da pánico con sumir, pero no es tan grave como parece. Por un lado, los yogures actuales y desde que la normativa cambió en 2017, tiene fecha de consumo preferente por lo que, si los hemos conservado en nevera, podemos comerlos varios días después de la expiración de la fecha. Lo único que notaremos es que están algo más agrios porque ácido porque el microorganismo probiótico que tiene en su interior (lactobacillus) convierte la lactosa de la leche en ácido láctico.
Con respecto a los yogures y lácteos hechos con leche fresca (o pasteurizada), esos sí que tienen fecha de caducidad, por lo que al pasar esa fecha se convierten en alimentos caducados y hay que desecharlos.
Si la leche que compramos es UHT (esterilizada), es decir, de la que vemos almacenada en los supermercados sin refrigeración. Se trata de leche con fecha de consumo preferente, y si nos pasamos mucho de la fecha, la leche se deshomogenizará y si está abierta se empezará a contaminar (en ese momento ya se considera fecha de caducidad). En este caso, lo dejamos a elección del consumidor, pero nosotros no recomendamos su consumo.
Pasta, arroz y otras legumbres
Hay que diferenciar alimentos secos de los frescos o húmedos. Por ejemplo, las legumbres, arroz, pasta y demás en estado seco, se pueden conservar en perfectas condiciones por 1 año. Sin embargo, todas las pastas frescas, arroz, lentejas, garbanzos de bote, etc. que estén fresco o húmedos tiene fecha de caducidad.
Por lo tanto, si compramos estos productos frescos, deberemos consumirlos lo antes posibles y si los compramos secos, sabemos que tenemos mayor margen para consumirlos. Ni uno es mejor, ni potro es peor, hay depende del gusto de cada uno y sus necesidades.
Embutidos y quesos
Aquí entramos en un terreno complicado y es que depende del tipo de embutido y los quesos. En caso de ser todo curado y estar envasados en atmosferas protegidas, suelen durar más y ser más resistentes a los cambios, sin embargo, los embutidos y quesos frescos, no duran mucho y su fecha si es de caducidad.
Un ejemplo, el queso fresco, el pavo loncheado, el jamón de york, el paté y similares, suelen tener un alto contenido en agua por lo que su fecha es de caducidad, y si no los conservamos bien una vez abiertos, tienen poca vida útil y rápidamente pasan a ser alimentos caducados que hay que desechar.
Por el contrario, los alimentos curados, tienen fecha de consumo preferente e incluso si les sale moho, cortamos esa parte con un margen de 5 centímetros y podemos comernos el resto sin ningún problema.
Mantequilla, miel y mermelada
Lo bueno de estos alimentos es que contienen mucha cantidad de azúcar y hace imposible la habitabilidad de microorganismos, aunque sea a temperatura ambiente. Si vivimos en una zona fría, no es ni necesario guardar estos alimentos en el frigorífico, siempre y cuando la temperatura de la cocina no supere los 25 grados.
La fecha de estos alimentos es de consumo preferente, llegando incluso a ser consumidos hasta 2 años después de su compra, como es el caso de la miel. Siempre y cuando sea miel de verdad y de calidad.
Frutas y verduras ultracongeladas
Queda claro que las frutas y las verduras frescas no se pueden consumir si han pasado la fecha de caducidad, si tiene mal aspecto, mal olor, mal color, si están con bichos, si tiene un aspecto putrefacto, si las hojas están sudadas, etc.
Afortunadamente existen frutas y verduras congeladas, y estas tienen fecha de consumo preferente, por lo que nos permiten consumirlas incluso aunque hayan pasado varios días desde que expiró la fecha. Donde hay que tener cuidado es al descongelarlas, no podemos dejarlas olvidadas al fondo del frigorífico ni darle cambios bruscos de temperatura (trasportarlas en un coche en pleno verano) porque eso genera microrganismos que afectarán a nuestra salud.
Refrescos y alcohol
Los refrescos como la Fanta, Sprite, Coca-Cola, Pepsi, etc. tienen fecha de consumo preferente y normalmente suele ser a muy largo plazo. No importa que nos pasemos, siempre que se haya conservado adecuadamente, no debería haber mucho cambio con beberlos el mismo día que lo compramos. Si notamos que su sabor ha cambiado, entonces serán alimentos caducados.
Lo mismo pasa con el alcohol, su fecha es de consumo preferente y normalmente es a varios años vista, por lo que no pasa nada si nos pasamos un poco desde que la fecha expiró. Lo único es que algunas características pueden haber cambiado, como su color, sabor, olor, etc.