En los últimos meses hemos visto inundada las redes sociales de influencers que recomiendan la kombucha como bebida para mejorar nuestro organismo. ¿Te has planteado saber qué es y si realmente existen beneficios como para introducirla en nuestra alimentación. ¡Te lo contamos todo!
¿Qué es la kombucha y cuál es su origen?
Según apuntan varias investigaciones, la kombucha tiene su origen en China. Era muy valorada por la capacidad que tenía para equilibrar el chi (energía vital) y mejorar la digestión. Más tarde se exportó a otros países como Rusia, Japón y la India, pero no fue hasta el sigo XX cuando se introdujo en Europa.
La kombucha en una bebida fermentada probiótica y su obtención es muy similar al kéfir. Se basa en té endulzado que fermenta mediante una colonia de microorganismos, bacterias y levaduras. Es decir, al té se le añade azúcar para alimentar a los microorganismos para que la kombucha fermente.
Tiene un sabor levemente ácido que puede llegar a parecerse al del vinagre; aunque todo dependerá del tipo que dejemos que fermente y del té que uses.
Muchos dicen que es «el hongo de la inmortalidad«, a pesar de que realmente no es un hongo, sino una mezcla de levaduras y bacterias. Al principio de la fermentación se usan varios tipos de levaduras y bacterias, pero después de unos días solo sobreviven las que forman una especie de cuerpo gelatinoso.
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¿Cuáles son sus propiedades y beneficios?
Los probióticos naturales son conocidos por tener microorganismos beneficiosos para nuestro aparato digestivo, sobre todo si los consumimos regularmente. Entre sus beneficios podemos encontrar la mejora de la flora intestinal y el fortalecimiento del sistema inmunitario.
Si bien es cierto, la kombucha es conocida por mejorar notablemente el aparato digestivo. Ten en cuenta que aportamos directamente bacterias y levaduras, además de ácidos y enzimas que producen estos microorganismos para favorecer la digestión de la comida.
Como es una bebida creada a partir del té, tiene cierto nivel de teína y nos aporta energía y vitalidad. Asimismo, otra de sus ventajas es que no es una bebida fermentada láctea, por lo que lo podemos considerar un resfresco probiótico que no afecta a personas intolerantes a la lactosa.
Por supuesto, no hay que abusar de la kombucha por muchos beneficios que pueda aportar. No se recomienda tomar más de 300ml diarios y es mejor introducirla poco a poco para saber si nuestro organismo la tolera bien.