Mantenernos activos mediante la actividad física no solamente mejorará nuestra salud, sino que también puede favorecer a que nuestra descendencia sea más inteligente. Un estudio publicado en Alemania así lo afirma, aunque los motivos de la investigación han sido ratones.
El deporte modifica nuestro ADN
Gracias a realizar deporte, nuestro organismo genera unas moléculas de ácido ribonucleico que tienen gran influencia en nuestra genética. Estas moléculas se encargan enviar información genética, así que cuanto más «en forma» estén, mejor fluirá la información por el organismo.
Hubo un tiempo en el que se pensaba que nuestro ADN no afectaba a nuestra descendencia, pero la ciencia ha ido demostrando que hay factores externos que influyen los progenitores y que se reflejan en los hijos.
Por ejemplo, ahora es mucho más claro que una mala alimentación o el estrés por parte de los padres, puede influir en la vida de los futuros hijos; ya que viaja en el ADN como una herencia epigenética.
Pero no solamente se trasladan los aspectos negativos, y en esta investigación ha quedado claro que realizar deporte favorece a la inteligencia de nuestros descendientes.
Ratones puestos a hacer deporte
Sabemos que los animales suelen ser objeto de estudio para comparar con los humanos. En este caso, hubo un grupo de ratones que tuvo que hacer ejercicio físico para mantenerse en forma y luego reproducirse.
Después de varias generaciones de ratones realizando este patrón, los investigadores concluyeron que los ratones que descendían de generaciones que habían realizado deporte de manera activa, eran más inteligentes que los hijos de los ascendentes que habían tenido una vida sedentaria.
Esto se debe a la estimulación de dos moléculas de ácidos ribonucleico, que se encontraron en cantidad muy superior tanto en el cerebro de los descendientes como en el esperma de los progenitores. Así que se podemos asegurar que el deporte influye de manera positiva en nuestras vidas y en las de nuestros futuros hijos.