Los obesos tienen el sentido del gusto más reducido

personas con obesidad

La obesidad es una enfermedad que tan solo aporta problemas de salud. Un reciente estudio de la Universidad de Binghamton, en Nueva York (EEUU) asegura que está relacionada con una reducción del sentido del gusto.

En otras investigaciones anteriores hemos conocido que la percepción del gusto cambia con la obesidad, pero los cambios neuronales subyacentes seguían siendo poco conocidos. «Es sorprendente que sepamos tan poco acerca de cómo el gusto se ve afectado por la obesidad, dado que el sabor de los alimentos es un factor importante para determinar lo que elegimos comer«, ha indicado Patricia Di Lorenzo, profesora de psicología de la Universidad de Binghamton.

La obesidad influye en las respuestas gustativas

Para saber un poco más, el equipo de investigadores quiso detallar los efectos de la obesidad en las respuestas a los estímulos gustativos en el núcleo del tracto solitario, una parte del cerebro involucrada en el procesamiento del gusto. Los científicos registraron las respuestas a los estímulos gustativos de células individuales en el tronco encefálico de roedores que se volvieron obesos al comer una dieta alta en grasas.

Los resultados mostraron que las respuestas gustativas en estos roedores obesos eran más pequeñas en magnitud, más cortas en duración y tardaron más en desarrollarse, en comparación con las de las rata de un peso normal. Los hallazgos han sido publicados en la revista Frontiers in Integrative Neuroscience.

Según los científicos, estos resultados sugieren que una dieta alta en grasas produce respuestas que influyen en el gusto y en el cerebro, y da lugar a una asociación más débil de las respuestas gustativas con el comportamiento digestivo. Aunque la autora del estudio ha enfatizado que este descubrimiento actualmente solo se aplican a los roedores, ha insinuado que este mismo proceso podría aparecer en humanos.

«Otros estudios han descubierto que la cantidad de papilas gustativas en la lengua está disminuida en ratones y humanos obesos, por lo que la probabilidad de que la respuesta del gusto en el cerebro humano también se reduzca es buena«, ha explicado Di Lorenzo. No es de extrañar que suceda esto en personas que padecen obesidad. Estamos expuestos a un consumo elevado de azúcar y sal, por lo que acostumbramos a nuestro paladar a sabores muy potentes.


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