¿Qué es la ligirofobia y cuáles son sus síntomas?

niña sufriendo por sonidos fuertes

La ligirofobia o fonofobia es el miedo irracional a sonidos fuertes o muy agudos de carácter repentino como explosiones, cohetes, gritos, etc. Se trata de un miedo muy intenso y que persiste en el tiempo en el sujeto que lo padece y por ello está catalogado como un trastorno de ansiedad específico relacionado con la percepción de sonidos estridentes o su anticipación.

En este artículo veremos qué es la ligirofobia y cuáles son sus síntomas para que puedas comprender más a cerca de esta fobia tan poco conocida y sin embargo más frecuente de lo que se cree.

Qué es la ligirofobia

La ligirofobia es conocida también como fonofobia o acustifobia. El origen etimológico de todos sus sinónimos hace referencia al tipo de miedo al que se refiere esta fobia específica: del griego ligir=agudo, fono=sonido, akou=oír y phobos=miedo. Por lo tanto, el significado literal de los términos sería miedo a los sonidos agudos (ligirofobia), miedo a los sonidos (fonofobia) y miedo a escuchar (acustifobia). En cualquier caso, es un miedo a un estímulo de tipo acústico que no supone ninguna amenaza para la supervivencia del sujeto, de ahí que esté catalogado como un miedo irracional, que es lo que caracteriza a todas las fobias.

La ligirofobia es una fobia de tipo específico porque se trata de un miedo  a un estímulo concreto o específico, en este caso a los sonidos fuertes o muy agudos. Este miedo puede presentarse ante la presencia del ruido o en aquella situación en la que el sujeto prevé que un sonido fuerte puede producirse. Es decir, se trata de una fobia que puede desencadenarse en presencia o en ausencia de estímulo. Se trata de un problema de índole psicológica.

Sin embargo, en algunas ocasiones, la ligirofobia es consecuencia de una afección de tipo orgánica: la hiperacusia. Es una alteración de la fisiología auditiva que causa en el sujeto una percepción sobredimensionada de los sonidos que resulta muy molesta. El paciente escucharía todo a un “volumen muy alto” de manera que su tolerancia a los sonidos naturales disminuye y surge así la fatiga psicológica ante los sonidos.

Suelen ser escenarios incómodos las fiestas populares como ferias, conciertos, celebraciones sociales tipo bodas, cumpleaños… donde se dan explosiones por medio de cohentes, fuegos artificiales, globos que explotan, etc. También lo sufren aquellas personas que están en contacto continuado con dispositivos electrónicos que pueden emitir sonidos agudos.

Esta fobia se extiende incluso más allá de los sonidos estridentes: también puede darse ante ciertas voces y en los casos más extremos, ante la propia voz.

Cuáles son sus síntomas

mujer alterada por los fuertes sonidos de los fuegos artificiales

Para comprender qué es la ligirofobia y cuáles son sus síntomas debemos empezar por conocer una premisa básica a todas las fobias y es que éstas activan el sistema nervioso autónomo, el encargado de regular las funciones no voluntarias de nuestro organismo como la digestión, la respiración, etc. Por lo tanto, se trata de un miedo incontrolable para el sujeto ya que surge de “manera visceral”.

Los principales síntomas que se desencadenan son: aumento de la frecuencia cardíaca, hiperventilación, sudoraciones, náuseas, enlentecimiento de la actividad digestiva y en los casos más extremos, ataques de pánico.

Es decir, se trata de una sintomatología típica de los cuadros de ansiedad. Este tipo de respuesta es adaptativa cuando se da dentro de un marco real de peligro ya que contribuye a nuestra supervivencia. Pero cuando el estímulo no supone una amenaza real y sin embargo el sujeto sí lo percibe como tal, estamos ante una respuesta de ansiedad no adaptativa y por tanto disfuncional. En el caso que nos ocupa, el miedo a los sonidos intensos sería una respuesta en desacorde a la realidad pues “los ruidos no matan” y el miedo que surge ante ellos es irracional.

Por lo tanto, para que una fobia sea considerara como tal, se deben de cumplir una serie de ítems y son:

  • Debe generarse ante estímulos que generalmente no provocan temor (peligro percibido irreal).
  • Generar una respuesta de ansiedad desproporcionada ante el estímulo (respuesta desadaptativa).
  • La persona puede ser consciente o no de su miedo injustificado pero serlo no le ayudará a que disminuya (incontrolable).

El nombre de la fobia se lo dará el estímulo que lo provoca (en el caso que nos ocupa, los sonidos fuertes o agudos).

Esta fobia en concreto, se suele presentar con mayor frecuencia en los niños ya que su sistema cognitivo aún no está lo suficientemente maduro y perciben los peligros de modo exacerbado generando respuestas de ansiedad muy intensas. Los adultos también pueden verse afectados por los sonidos fuertes repentinos pero desarrollan una respuesta de ansiedad más acorde a la situación peligro o potencial amenaza.

El malestar que genera esta dolencia es tal que las personas que lo padecen suelen generar conductas evitativas como mecanismo de defensa, que generan aún mayor malestar y cierran así un círculo vicioso de sufrimiento. Hablamos de evitar reuniones sociales o celebraciones donde se anticipe que habrá ruido incontrolable, sonidos estridentes… que pueden sumir a la persona en el aislamiento y pérdida de calidad de vida.

Causas que consolidan las fobias

Para que una fobia se consolide deben reunirse una serie de situaciones concretas:

  • Generalmente se generan por una experiencia traumática en la que el sujeto sufrió una experiencia negativa en relación a un estímulo específico asociándolo a partir de entonces a una situación de amenaza.
  • Otro elemento  involucrado  en la consolidación de una fobia es la poca o nula experiencia positiva en relación al estímulo. Por ejemplo: se puede disfrutar de los fuegos artificiales, sin embargo por determinadas circunstancias, la persona sufre ante ese estímulo por una experiencia negativa vivida en el pasado en relación a él.
  • También aumenta la probabilidad de desarrollar una fobia cuando los estímulos  generan una molestia fisiológica, que en el caso que nos ocupa serían los sonidos intensos.
  • En el desarrollo de las fobias específicas también se encuentran involucrados factores de personalidad: la expectativa de peligro que tiene cada persona varía en función a sus experiencias vitales. Se hallarán involucrados elementos de aprendizaje condicionado de las respuestas de miedo,  las habilidades de afrontamiento adquiridas, el apoyo social y la información recibida en cuanto al grado y tipo de amenaza que representa el estímulo.

Tratamientos posibles

Mujer en terapia sometida a hipnosis clínica

Es importante señalar que muchas  fobias específicas desarrolladas durante la infancia tienden a disminuir en la adolescencia y en la adultez sin necesidad de tratamiento. Por contraposición, puede suceder que un miedo muy presente en la infancia no desencadene una fobia  hasta llegada la edad adulta.

Pero, si el temor al estímulo está causando un malestar significativo en la persona hasta el punto de interferir en su cotidiano por la ansiedad que le provoca, sí será necesario realizar una intervención clínica.

En estos casos los tratamientos indicados están encaminados a reducir la respuesta desagradable frente al estímulo. Para ello pueden aplicarse diversas técnicas con resultados científicamente demostrados. Algunas de ellas son:

  • Terapia cognitivo conductual en la que se implementa la desensibilización sistemática ante el estímulo por exposición progresiva a él y elaboración cognitiva del miedo.
  • Hipnosis clínica.
  • Reprocesamiento por medio de movimientos oculares.
  • Técnicas de relajación.
  • Técnicas de imaginación.
  • Técnicas de exposición en vivo.
  • Modelo participante.

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