¿Por qué triunfan tanto las fotos de comida?
Las personas que fotografían y comparten sus platos, lo primero que pretenden es mostrar a sus seguidores la buena pinta que tiene eso que se van a comer. Este hecho genera una pequeña envidia sana que hace que demos a like como si, por ello, pudiéramos llegar a degustarla. Reconoce que muchas veces te has dejado llevar por el queso fundido bajo una hamburguesa súper apetecible; viendo cómo se rompe la yema de un huevo y empapa la ensalada sobre la que reposa; o por la buena pinta de esos caprichitos de repostería que quisiéramos enmarcar de tan bonitos que son. ¡Se nos hace la boca agua solo de pensarlo!
Y es que, fotografiar nuestros platos es la prueba de que nos lo montamos ¡muy, pero que muy bien! Y oye, si el resto se entera, pues mejor que mejor, ¿no? Numerosos estudios han comprobado que la gente que suele compartir su comida, disfruta más de ella tras publicarlo. Este hecho, ¿es positivo o negativo? Bueno, a nosotros nos gusta pensar que, si sirve de inspiración, siempre será positivo.
Estamos seguros de que mucha gente ha modificado hábitos en su alimentación y estilo de vida, gracias a la inspiración de algunas fotografías. Cuando vemos un perfil de Instagram, plagado de ensaladas y comida saludable, nos empuja a crear esa variedad de color en nuestra propia cocina. Del mismo modo ocurre cuando vemos las rutinas deportivas de aquellos a los que seguimos.
Por ello, si el hecho de publicar comida sirve para mejorar nuestra alimentación o cocinar con mimo; para salir más a menudo con la pareja o amigos y deleitarnos con los maravillosos emplatados de algunos restaurantes; o, simplemente, para sentir un momentito de placer al ver lo apetitoso que parece, ¡apoyamos por completo esta práctica!
Sé el primero en comentar