¿Cómo influye el desayuno y la cena en nuestra salud cardíaca?
En el estudio, los investigadores analizaron los hábitos alimenticios que tenían 113 personas antes de un ataque cardíaco. Después, les realizaron un seguimiento durante 30 días después de haber sido hospitalizados por este ataque al corazón. Los científicos descubrieron que las personas que se saltaban el desayuno tres (o más) veces a la semana y cenaban en un periodo de dos horas (o menos) antes de acostarse, tenían entre cuatro y cinco veces más probabilidades de morir, sufrir otro ataque cardíaco o padecer dolor en el pecho 30 días después de su alta hospitalaria.
«Sabíamos por otros estudios con la población en general que saltarse el desayuno y cenar muy tarde podría empeorar el perfil metabólico. Sin embargo, es realmente sorprendente que estos hábitos puedan empeorar estos resultados«, comentó uno de los autores del estudio.
Lógicamente, ni el desayuno ni la cena son los culpables en la totalidad de un problema de salud. Es muy posible que se deba a que estas personas tienen hábitos alimenticios poco saludables. Algunas investigaciones anteriores también relacionaban el hecho de saltarse el desayuno con el aumento de peso y la resistencia a la insulina; ya que cuando tu cuerpo no absorbe adecuadamente la insulina, puede elevar los niveles de azúcar en sangre y aumentar las posibilidades de padecer diabetes.
Además, también pueden darse casos de inflamación o disfunción endotelial (que es cuando los vasos sanguíneos no se pueden expandir adecuadamente) e influir en factores poco saludables para el corazón.
¿Qué es lo más correcto?
Aunque estos resultados se obtuvieron en pacientes que habían sufrido ataques cardíacos, algunas investigaciones anteriores aseguran que pueden darse casos de riesgo cardíaco incluso en personas aparentemente sanas. De hecho, un estudio publicado en el Journal of the American College of Cardiology encontró que las personas que desayunan tienen más probabilidades de tener aterosclerosis. Así que la ciencia aún no está de acuerdo en una sola teoría.
Lo recomendable es cenar al menos dos horas antes de irnos a la cama, y desayunar como una comida principal que es. Existen casos de personas que prefieren ayunar en la mañana, y muchas investigaciones respaldan que es positivo para la salud.
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