Estaríamos mintiendo si decimos que lavamos toda la ropa nueva que compramos. Siempre nos han dicho que la ropa interior y los bañadores es obligatorio que los lavemos antes del primer uso para no contraer infecciones en las partes íntimas; el problema es que un nuevo estudio ha revelado que deberíamos lavar todas las prendas.
Pero, ¿qué hay detrás de esta necesidad de lavar la ropa nueva? La respuesta se encuentra en los gérmenes y sustancias químicas que pueden estar presentes en las prendas que adquirimos.
Bacterias, gérmenes y norovirus están llamando a tu puerta
La Universidad de Nueva York ha realizado un estudio para demostrar que la ropa nueva que compramos en las tiendas no está tan limpia como pensamos. Uno de los investigadores, el profesor Philip Tierno, asegura que podemos encontrar gérmenes fecales, norovirus y bacterias, incluyendo los estreptococos y estafilococos, en las prendas que adquirimos.
Esto se debe a la cantidad de personas que se prueban las prendas antes de que lleguen a nuestras manos; no son tres o cuatro, sino docenas de personas durante uno o varios meses. Esto puede ser preocupante, ya que, según Tierno, la cantidad de gérmenes que albergan estas prendas a estrenar es bastante alta.
Lava las prendas antes del primer uso, siempre
La necesidad de lavar la ropa nueva va más allá de los gérmenes o bacterias microscópicas que pueden pulular por las prendas. Algunas pueden irritar nuestra piel debido a su acabo químico o colorantes que se aplican durante su fabricación. Estas sustancias desaparecen después del primer lavado.
Existen otras prendas, como gorros, diademas, zapatos o sudaderas, que pueden ayudar a propagar piojos, sarna, hongos y enfermedades infecciosas. No podemos confiar en la higiene de las demás personas, quienes a menudo no son conscientes de que pueden tener algún tipo de enfermedad o patología. Tomar precauciones y lavar todas las prendas correctamente es la opción más sensata.
Consideraciones sobre productos químicos y alergias
Durante el proceso de fabricación de la ropa, se utilizan diversos productos químicos como tintes, surfactantes y agentes de apresto, que pueden provocar reacciones alérgicas en personas con piel sensible. Karen Leonas, profesora de ciencias textiles en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, afirma que estos químicos se añaden en varias etapas del proceso de producción, por lo que es difícil saber cuáles quedan en la ropa final.
Los residuos de estos productos no son la única razón para lavar la ropa nueva antes de usarla; la ropa que compramos, especialmente si llega de otros países, puede estar expuesta a diferentes contaminantes durante su transporte. Esto significa que podría acumular polvo, moho e incluso insectos a lo largo de su paso por la cadena de suministro hasta llegar a las tiendas.
En este contexto, se recomienda considerar la necesidad de lavar la ropa de bebé nueva, ya que la piel de un bebé es más fina y los productos químicos se absorben más fácilmente. Léase que no solo las prendas de vestir deben lavarse al llegar a casa, sino también la ropa de cama, como sábanas, fundas para almohadas y toallas, antes de utilizarlas.
Argumentos en contra de no lavar la ropa nueva
Por otro lado, algunos argumentan que no es necesario lavar la ropa nueva antes de usarla. Se sostiene que las prendas han pasado por rigurosos controles de calidad y están diseñadas para ser utilizadas directamente. Es más, muchos fabricantes someten la ropa a un lavado industrial antes de empaquetarla, asegurando que esté limpia y lista para su uso.
Algunos creen que lavar la ropa nueva puede afectar su calidad y apariencia. Los ciclos de lavado pueden provocar la pérdida de color, suavidad o incluso alterar su forma original, especialmente en telas delicadas o con acabados especiales. Para aquellos que confían en la calidad de la prenda y no tienen problemas de piel, puede no ser necesario lavarla antes de estrenarla.
Motivos para lavar la ropa nueva antes de usarla
- Prevenir infecciones: Al eliminar patógenos como virus o bacterias, se reduce el riesgo de contraer enfermedades.
- Evitar problemas de piel: Disminuir la posibilidad de irritaciones cutáneas es crucial, especialmente si la persona tiene piel sensible.
- Eliminar manchas: Aunque no sean visibles, las manchas pueden estar presentes en prendas que han sido manipuladas.
- Suavizar la prenda: El lavado, sobre todo si se utiliza suavizante, hace que la ropa sea más cómoda de llevar.
¿Cómo realizar el primer lavado de la ropa nueva?
Para llevar a cabo el primer lavado de la ropa nueva, considera seguir estos pasos para asegurar un buen resultado:
- Lee las instrucciones de cuidado: Revisa las etiquetas de las prendas para descubrir la temperatura del agua recomendada y el tipo de detergente adecuado.
- Separa por colores: Clasifica la ropa nueva en grupos de colores claros, oscuros y blancos para evitar que se manchen entre sí.
- Revisa los materiales: Algunos adornos o apliques en las prendas pueden requerir cuidados especiales; verifica si es necesario el lavado a mano.
- Pretrata las manchas: Si ves alguna mancha, aplica un quitamanchas suave antes de lavarla.
- Ajusta la temperatura y ciclo de lavado: Utiliza el ciclo de lavado adecuado y temperaturas tibias o frías para la mayoría de las prendas, salvo indicación contraria.
- Utiliza detergente suave: Elige un detergente de calidad que no dañe las fibras de la ropa. Evita suavizantes en el primer lavado.
- Secado adecuado: Asegúrate de que las instrucciones de cuidado se sigan al pie de la letra. Si optas por la secadora, selecciona una temperatura baja.
Consejos adicionales sobre productos de cuidado
Si bien los detergentes son fundamentales para el lavado de la ropa, existen otros productos que pueden ser útiles:
- Quitamanchas: Ideales para eliminar manchas difíciles antes de un lavado general.
- Suavizantes de telas: Proporcionan suavidad y aroma a la ropa, reduciendo la estática.
- Blanqueadores: Utilizados para mantener la ropa blanca y eliminar manchas indeseadas.
Tomarse el tiempo para lavar la ropa nueva antes de usarla es un paso fundamental para garantizar la higiene y la salud de nuestra piel. No solo se eliminan residuos químicos y gérmenes, sino que también se minimizan los riesgos de irritaciones y alergias. Por lo tanto, aunque pueda parecer un paso adicional, es una práctica recomendada por expertos y necesario para mantener nuestra salud y bienestar.