En el estudio, publicado en el Journal of Internal Medicine, los investigadores analizaron datos de 421 participantes del Programa de Intervención Västerbotten (1991 a 2005) que, después de unos siete años, desarrollaron diabetes tipo II y los compararon con 421 participantes que se mantuvieron saludables.
¿Puede prevenir la diabetes?
Observaron biomarcadores específicos en las muestras de sangre de los participantes y descubrieron que los que bebían dos o tres tazas de café filtrado al día tenían un 60% menos de probabilidades de desarrollar diabetes tipo II que los que bebían solo una taza de café filtrado al día. Sin embargo, beber café sin filtrar, por ejemplo, hervido o con prensa francesa, no tuvo ningún efecto sobre el riesgo de diabetes tipo II.
Entonces, ¿a qué se debe? Aunque los investigadores no lo saben con certeza, parece que hay compuestos que elevan los niveles de lípidos y homocisteína (un aminoácido) en la sangre, lo que podría conducir a este tipo de diabetes. Estos se capturan en el papel de filtro y en realidad no acaban en el café que terminas bebiendo.
Esto no tiene por qué parecer alarmante: el café no es perjudicial para la salud en general. La ingesta de dos o tres tazas al día podría hacer una contribución significativa a un estilo de vida saludable para la prevención de la diabetes tipo II.
Aunque este estudio específico encontró que su versión filtrada puede ser mejor para la prevención, el café, en general, contiene cromo, que ayuda al cuerpo a utilizar insulina (la hormona encargada de regular el azúcar en la sangre).
Por lo tanto, si tienes antecedentes familiares de diabetes o simplemente deseas reducir tus posibilidades de desarrollarla más adelante en la vida, toma una taza de cafeína por la mañana y otra por la tarde. Hará más que solo despertarte.
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