A pesar de que son numerosos los estudios, como este, este y este, que relacionan la carne procesada con un mayor riesgo de cáncer y otros problemas de salud graves, hay personas realmente disfrutan de estas cosas. De hecho, un reciente estudio asegura que estamos comiendo tanta cantidad como siempre.
La investigación se publicó en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, y encontró que la cantidad de carne procesada que comen los estadounidenses no ha cambiado en los últimos 18 años. Además, aunque la investigación menciona los beneficios del pescado, no se ha registrado un aumento de su consumo.
¿Cómo es nuestro consumo en la actualidad?
Los investigadores contaron con los datos dietéticos de casi 44.000 adultos mayores de 20 años, a los que se les hizo un seguimiento de la ingesta de alimentos entre 1999 y 2016. En ese período de tiempo, las carnes procesadas en realidad aumentaron ligeramente, de 182 gramos a la semana a 187 gramos. Las versiones principales más consumidas fueron embutidos, salchichas, perritos calientes, jamón y tocino. En cuanto al pescado, tan solo se consumía 115 gramos a la semana en 1999, y al final de este estudio tan solo aumentó en un gramo.
Por el contrario, el consumo de carne roja sin procesar decreció, de 340 gramos a la semana a 284 gramos, ya que se ha registrado un menor consumo de carne de res. Que parece haber sido reemplazado por el pollo, el cual aumentó en consumo.
Los científicos concluyeron que esta no es una gran noticia. Señalaron que existe una evidencia que vincula el consumo de carne procesada no solo con algunos tipos de cáncer, sino también con la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
No solamente influye la carne procesada
Siendo sinceros, la carne procesada no es la mayor amenaza para la dieta cuando se trata de vincularlo con el cáncer. Habría que añadir un bajo consumo de granos enteros y una gran ingesta de carbohidratos refinados y procesados. No obstante, la carne procesada sigue siendo una de las mayores causas de riesgo de cáncer colorrectal.
También habría que tener en cuenta cómo es el consumo de verduras, frutas, bebidas azucaradas, etc. Alrededor del 5% de todos los casos de cáncer invasivo entre los adultos suelen relacionarse con una dieta deficiente. Es un poco más bajo que las cifras de alcohol (6%) o de obesidad (8%), pero es un factor que está por encima de ser sedentario (3%), por ejemplo.
Aunque el riesgo normal de cáncer colorrectal es del 5%, cuando solamente comes un hot dog o cuatro tiras de bacon al día, aumentamos el riesgo al 18%. En el caso de las mujeres, comer dos tiras de tocino o la mitad de un hot dog al día aumenta el riesgo de cáncer de mama en un 21%.
Ya lo decía la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo elevado de carne procesada se clasifica como un «carcinógeno de grupo 1«. El tabaco está incluido en esta categoría. He aquí por qué el procesamiento es la mayor preocupación. Los nitritos de sodio en la carne procesada se convierten en un compuesto llamado nitrosaminas, que se ha demostrado que forma células que causan cáncer, sobre todo en el intestino y el estómago. El ahumado de la carne también crea una sustancia, los hidrocarburos aromáticos policíclicos, que también se han vinculado con esta enfermedad.