La alimentación es uno de los factores clave para gozar de una buena salud general. La calidad de lo que ingerimos tiene una incidencia directa en nuestro bienestar y en el riesgo de enfermedades graves como el cáncer de pulmón. Un reciente estudio ha analizado los alimentos que pueden reducir las posibilidades de padecer esta enfermedad y ha encontrado que el yogur y la fibra son esenciales para proteger nuestra salud.
Un alto consumo de fibra y productos lácteos como el yogur se ha asociado con beneficios significativos no solo en la reducción del riesgo de cáncer de pulmón, sino también en la prevención de otros tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, el consumo regular de yogur y alimentos ricos en fibra puede disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón en un 33% en comparación con quienes tienen una dieta baja en estos nutrientes.
Yogur y fibra para mejorar tu salud general
La investigación realizada por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos, asegura que hay grandes beneficios de una dieta alta en fibra y yogur. De hecho, otros estudios los destacan en dietas para luchar contra enfermedades cardiovasculares y el cáncer gastrointestinal. Los nuevos hallazgos, basados en un análisis de datos de más de 1.4 millones de adultos de Estados Unidos, Europa y Asia, sugieren que este tipo de dieta también puede protegernos contra el cáncer de pulmón.
Los voluntarios del estudio se dividieron en cinco grupos, según la cantidad de fibra y yogur que consumían. Aquellos que tomaban una gran cantidad de yogur y fibra tenían una probabilidad 33% menor de cáncer de pulmón frente al grupo que no consumía yogur y tomaba muy poca cantidad de fibra. El autor principal del estudio, Xiao-Ou Shu, aseguraba que su «investigación proporciona pruebas contundentes que respaldan la directriz dietética de EE. UU 2015-2020, que recomienda una dieta alta en fibra y yogur. Esta asociación inversa fue robusta, vista consistentemente en fumadores actuales, pasados y nunca fumadores, así como en hombres, mujeres e individuos con diferentes antecedentes«.
La investigación y sus resultados
La investigación mencionada se basó en un extenso estudio epidemiológico, donde se evaluaron diferentes variables relacionadas con la salud y dieta de los participantes. La metodología incluyó el seguimiento de la ingesta de alimentos y la evaluación de los antecedentes de tabaquismo, un factor de riesgo conocido para el cáncer de pulmón. Este enfoque permitió a los investigadores establecer correlaciones más precisas entre la dieta y el riesgo de cáncer.
Los resultados fueron sorprendentes y sugirieron que otros componentes de la dieta también podrían jugar un papel protector. Por ejemplo, se observó que una ingesta adecuada de frutas y verduras ricas en antioxidantes, como las bayas y los cítricos, puede ayudar a reducir la inflamación y el daño celular, lo cual está vinculado a una menor incidencia de cáncer. Asimismo, el consumo de granos integrales, que son una fuente excelente de fibra, fue asociado con un menor riesgo de varias enfermedades crónicas.
Alimentos recomendados para prevenir el cáncer de pulmón
Algunos alimentos que deben incluirse en una dieta diseñada para prevenir el cáncer de pulmón son:
- Frutas y verduras frescas: Espinacas, brócoli, zanahorias, bayas, manzanas y cítricos que son ricos en antioxidantes y vitaminas.
- Granos enteros: Como la avena, quinoa, arroz integral y pan de trigo integral que aportan fibra y energía.
- Proteínas magras: Pollo, pavo, pescado, huevos y legumbres que son esenciales para la reparación y mantenimiento de tejidos.
- Pescados grasos: Salmones, sardinas y caballa que contienen ácidos grasos omega-3, beneficiosos para reducir la inflamación.
- Frutos secos y semillas: Almendras, nueces, semillas de chía y de lino que ofrecen grasas saludables, fibra y proteínas.
- Aceite de oliva virgen extra: Una fuente saludable de grasas monoinsaturadas y antioxidantes.
- Productos lácteos: Yogur natural, leche y quesos frescos que son buenas fuentes de calcio, vitamina D y proteínas.
- Hierbas y especias: Cúrcuma, jengibre, ajo y perejil que no solo mejoran el sabor, sino que también tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Alimentos a evitar
Por otro lado, hay alimentos que deben evitarse debido a su potencial de interferir con el tratamiento oncológico o agravar la salud general. Estos incluyen:
- Alimentos procesados y ultraprocesados: Embutidos, alimentos con alto contenido en sal, snacks y comidas rápidas que suelen contener conservantes y grasas trans.
- Carnes rojas y procesadas: Su consumo excesivo se ha relacionado con un mayor riesgo de varios tipos de cáncer.
- Azúcares refinados y alimentos ricos en azúcar: Los dulces, pasteles y refrescos pueden contribuir al aumento de peso y la inflamación.
- Alcohol: Su consumo puede interferir con la eficacia de ciertos tratamientos y aumentar el riesgo de infecciones.
- Alimentos crudos o mal cocidos: Esto es especialmente importante en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados.
- Cítricos como el pomelo: Pueden interferir con la metabolización de ciertos medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer.
Asesoramiento nutricional durante el tratamiento
La nutrición adecuada es fundamental para los pacientes con cáncer de pulmón. Un buen estado nutricional está relacionado con una mejor respuesta al tratamiento y una mayor calidad de vida. A menudo, los pacientes enfrentan problemas como la pérdida de apetito, que puede ser causada por el propio tumor o por los efectos secundarios de los tratamientos como la quimioterapia. Los objetivos nutricionales deben ser personalizados y adaptados según la fase del tratamiento y el estado de salud del paciente.
Se recomienda llevar un diario de comidas, lo que permite llevar un control sobre la ingesta y ayudar a entender los patrones alimenticios que pueden dificultar la nutrición adecuada. Un nutricionista especializado en oncología puede ayudar a los pacientes a ajustar su dieta y encontrar formas de hacer las comidas más apetitosas y nutritivas, incluso en los momentos de menor apetito.
Consejos para mejorar la alimentación
A continuación, se presentan algunos consejos prácticos que pueden ayudar a mejorar la alimentación y la salud en general durante el tratamiento contra el cáncer:
- Fracciona tus comidas: Comer pequeñas porciones a lo largo del día puede ser más manejable si tienes un apetito reducido.
- Mantén una buena hidratación: Beber al menos dos litros de líquidos al día, incluyendo agua, tés e infusiones.
- Consume alimentos ricos en calorías y proteínas: Es fundamental para mantener la masa muscular y la energía.
- Evita los alimentos con olores fuertes: Esto puede ayudar a reducir las náuseas y hacer que la comida sea más placentera.
- Consulta con un dietista-nutricionista: Para obtener un plan de alimentación adaptado a tus necesidades.
Impacto psicológico de la nutrición
El diagnóstico de cáncer y los tratamientos pueden tener un impacto significativo en el bienestar emocional del paciente. La ansiedad, la depresión y el estrés pueden afectar no solo el apetito, sino también la forma en que un paciente se siente acerca de su cuidado y tratamiento. Por ello, es crucial abordar no solo la nutrición física, sino también el apoyo emocional y psicológico. Grupos de apoyo, terapia y asesoramiento pueden ser recursos valiosos para ayudar a los pacientes a manejar estos desafíos.
La conexión mente-cuerpo es poderosa, y cultivar una actitud positiva puede influir en el proceso de sanación. Prácticas como la meditación, el yoga y la atención plena pueden ser útiles para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.