Ya sabes que añadir un puñado de arándanos a tu avena postentrenamiento o cortar una manzana como merienda es bueno para tu salud. Pero resulta que también es beneficioso para tu cerebro. Investigaciones recientes han encontrado que agregar incluso pequeñas cantidades de arándanos, manzanas y peras, o tomar una taza de té en la tarde puede ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer.
El estudio, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, siguió la ingesta de flavonoides en 2.800 adultos durante 20 años para rastrear cómo la dieta puede estar relacionada con el deterioro cognitivo a largo plazo. Los investigadores utilizaron cuestionarios dietéticos completados en los exámenes médicos aproximadamente cada cuatro años. Al comienzo del estudio, todos los participantes estaban libres de la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas, y tenían una edad media de 59 años.
Después de un seguimiento promedio de 19 años, los participantes que consumieron la mayor cantidad de antocianinas (como arándanos y vino tinto), flavonoles (como manzanas y té) y polímeros (como manzanas y té) tenían muchas menos probabilidades de desarrollar Alzheimer, en comparación con aquellos que tenían cantidades bajas o ninguno de estos nutrientes en su dieta.
- Los que consumieron la mayor cantidad de antocianinas tenían un 80 por ciento menos de probabilidades de desarrollar Alzheimer.
- Los que consumieron la mayor cantidad de flavonoles tenían un 50 por ciento menos de probabilidades de padecer Alzheimer.
- Aquellos que consumieron la mayor cantidad de polímeros (como manzanas y té) tenían un 46 por ciento menos de probabilidades de desarrollar Alzheimer.
Estos hallazgos, en combinación con la evidencia de estudios anteriores de patrones dietéticos saludables, muestran claramente que el riesgo de enfermedad de Alzheimer está fuertemente asociado con la dieta, incluso si no tenemos evidencia suficiente para decir que es una consecuencia de los flavonoides en la dieta. Esto es importante, porque actualmente no hay tratamientos para la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas.
Aunque es importante ver que aquellos con una mayor ingesta de flavonoles en la dieta también vieron un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, también conviene recordar que este es un estudio observacional. La investigación no puede establecer si la asociación entre los flavonoides y la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas es causal.
Y aunque esta investigación no abordó específicamente las formas en que los flavonoides pueden afectar el riesgo de Alzheimer, investigaciones anteriores han encontrado que los flavonoides tienen efectos antiinflamatorios, y la inflamación es un componente importante en el desarrollo del Alzheimer. Otras formas posibles en que los flavonoides pueden mejorar la salud del cerebro son a través de la disminución de la presión arterial, mejorando el flujo sanguíneo al cerebro y promoviendo la formación de nuevas neuronas en el cerebro.
¿Qué alimentos tienes que comer y en qué cantidad?
Además, los resultados sugieren que para ver los posibles beneficios de protección cerebral, solo se necesita un pequeño cambio en la dieta. Por ejemplo, hubo diferencias relativamente pequeñas en la ingesta de alimentos llenos de flavonoides entre aquellos con las categorías de ingesta de flavonoides más altas y más bajas de Alzheimer.
Aquellos con la menor ingesta de antocianinas no consumieron arándanos, mientras que aquellos con la mayor ingesta consumieron alrededor de 7’5 tazas de bayas (arándanos y fresas combinadas) al mes. Los que tenían ingestas más bajas de flavonol y polímero consumieron aproximadamente 1’5 manzanas al mes y sin té, mientras que aquellos con las ingestas más altas consumieron aproximadamente seis manzanas más por mes y bebieron aproximadamente 2’5 tazas de té a la semana.
Por lo tanto, solo incorporar pequeñas cantidades de alimentos como bayas, peras, manzanas y té en sus comidas diariamente o semanalmente puede ser beneficioso cuando se trata de la salud del cerebro (la investigación muestra que tanto el té negro como el verde tienen altas cantidades de flavonoides ) Además, comer frutas diariamente es importante para la salud general de una persona.
El riesgo de demencia comienza a aumentar a partir de los 70 años, y la mayoría de los participantes del estudio tenían entre 50 y 60 años al comienzo del estudio. Dada la edad de los participantes en el estudio y el largo tiempo de seguimiento, los investigadores pudieron evaluar los hábitos alimenticios hasta la mediana edad antes del inicio de la demencia, a pesar de que la dieta antes de la mediana edad no se contabilizó.
Por lo tanto, estos hallazgos sugieren que la dieta en la mediana edad y en edades avanzadas es importante con respecto a la enfermedad de Alzheimer y el riesgo de demencias relacionadas e implican que la dieta es importante en la vida adulta.
En pocas palabras: a pesar de que no existe una cura conocida para el Alzheimer, agregar alimentos con flavonoles y antocianinas, y los polímeros a tu dieta a cualquier edad pueden ayudar a mejorar tu salud general. Además, los investigadores encontraron que pequeños cambios en la dieta a cualquier edad pueden ser beneficiosos.