¿Cuáles son los mejores ejercicios para no engordar?
La investigación se publicó en la revista PLoS Genetics, donde se confirmaba que practicar jogging (correr a un ritmo de trote) era la mejor manera de controlar la obesidad, seguida de otras actividades como ciclismo de montaña, el senderismo, la marcha atlética, algunas modalidades de baile y el yoga. Para profundizar en cómo el ejercicio ayuda a prevenir la obesidad, puedes consultar nuestro artículo sobre los beneficios del ejercicio para prevenir la depresión.
Según los autores del estudio, estas actividades físicas ayudan a reducir el índice de masa corporal en las personas cuya genética les hace ser más propensos a tener más peso. Lógicamente, para notar los beneficios del ejercicio, hay que practicarlos habitualmente, unas tres veces a la semana durante al menos 30 minutos. Si deseas mejorar tus hábitos y aprender sobre cómo el ejercicio puede reducir riesgos de demencia, no dudes en explorar estas opciones.
El estudio también averiguó que otras actividades como el ciclismo, los estiramientos o la natación no evitan los efectos de que la genética influya en la obesidad. «Con los estiramientos se consume menos energía y la natación estimula el apetito«, explica a Sinc Wan-Yu Lin, principal autor del estudio.
¿Somos obesos por genética?
Para analizar las causas que influyen en la obesidad, los estudios previos solo se habían fijado en el IMC. «Hasta ahora, se ha examinado este único factor porque es fácil de calcular, pero si solo se tiene en cuenta la altura y el peso, se desestima el porcentaje de grasa que existe en el cuerpo«, añade Wan-Yu Lin.
En cambio, en este estudio se han considerado otros cuatro factores de obesidad que también están vinculados a problemas del metabolismo. Es decir, se han tomado medidas del perímetro de la cintura y la cadera, el IMC, el porcentaje de grasa corporal y la relación entre la cintura y cadera. Para entender mejor cómo la actividad física puede influir en estos parámetros, puedes consultar también nuestro artículo sobre el impacto del ejercicio en la modificación del ADN.
Es cierto que la obesidad es una enfermedad compleja y en la que influyen múltiples factores, pero en este estudio se dan ciertos consejos sobre el tipo de actividad física más recomendable en las personas afectadas por esta enfermedad.