Muchos desean durante todo el año la llegada de las vacaciones de verano. Éstas, por lo general, suelen dejar muchas anécdotas y buenos momentos que nos llenan de energía. Sin embargo, cuando terminan, nos queda una sensación agridulce. Aprende a afrontar el fin de las vacaciones. ¡No a la depresión post vacacional!
Muchos esperan durante meses la llegada del verano. Ésta supone el aumento de las temperaturas, unos días más largos y «bonitos», el sol brillando, cientos de planes por hacer y las ansiadas vacaciones. Aunque no todo el mundo puede disfrutar de ellas como quisiera, en función de su trabajo, son unos tiempos agradables para la mayoría. No es raro que al terminarlas, una especie de vacío, apatía y malestar nos invada como si lo bueno ya hubiera pasado.
La realidad es que lo bueno que ha pasado, no sería tan bueno si dispusiéramos de ello todo el año. Disfrutamos de las vacaciones de verano por las expectativas que depositamos sobre ellas y lo esperadas que son durante un largo tiempo. Y, como todo, empieza y debe terminar. Debemos intentar ser positivos y sacar lo mejor de la experiencia.
¿Cómo afrontar el fin de las vacaciones?
Recuerdos de ayer, alegría de hoy
Disfrutar al máximo tus vacaciones de verano, te regala una gran cantidad de recuerdos bonitos que te llenan de agradables sensaciones. Nada como trasladarse por unos segundos a aquellos inmejorables momentos vividos, para que las mismas sensaciones se reflejen en el presente. No debes recordar con nostalgia o pesar, todo lo contrario, con ilusión y con el deseo de nuevas experiencias en el futuro.
Pilas recargadas
Seguro que las vacaciones te han servido para recargar las pilas y sentirte libre. Con mucho tiempo para hacer diferentes cosas y vivir nuevas experiencias. Es probable que hayas conocido gente nueva y que te hayas sentido feliz la mayoría del tiempo. No dejes que la vuelta al trabajo impregne todas esas sensaciones de pereza y apatía. Al contrario. Que sea esa energía positiva la que contagie tus días venideros.
Balance positivo
Haz balance de todo lo vivido. Observa desde fuera la cantidad de cosas que has hecho, las personas que has conocido, el tiempo compartido con viejas amistades y familiares. Si sientes que ha merecido la pena, vuelve al trabajo como un verdadero triunfador.
Agradecimiento
Piensa en positivo y agradece. Agradece tanto la oportunidad de haber podido disfrutar de cada una de las experiencias, como el tener un trabajo al que volver. Tal vez no sea el mejor trabajo, o el de tus sueños, pero en tu mano está cambiar tus circunstancias por unas que encajen mejor con tu sonrisa.
Si todavía no te has marchado de vacaciones, anticípate y que no te afecte la vuelta