Seguro que alguna vez lo has vivido en tus propias carnes. Sientes que no has tenido un buen día o que estás algo desanimado; has decidido practicar algo de ejercicio y has notado cómo tu estado de ánimo mejoraba. Esto no es casualidad, es que la actividad física tiene un efecto directo sobre la salud mental y emocional. Y es que, si bien es cierto que las personas suelen acudir al gimnasio en busca de resultados físicos, se llevará incluidos los emocionales.
¿Qué beneficios tiene el deporte sobre la salud emocional?
- Mejora la confianza y la seguridad en uno mismo.
- El entrenamiento tiene como consecuencia directa un aporte extra de motivación.
- El logro de avances físicos aumenta la autoestima y el amor por uno mismo.
- Alcanzar los resultados es símbolo de esfuerzo y es una recompensa que favorece el ánimo.
- Ayuda a dominar la mente y beneficia la capacidad de concentración.
- Libera tensiones físicas y mentales acumuladas, por lo que rebaja los niveles de estrés.
- Es capaz de reducir los síntomas en estados depresivos o de elevada ansiedad.
- Mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje.
- Da herramientas para que el cerebro responda mejor antes las situaciones de estrés.
- Mejora las relaciones sociales.
- Previene el deterioro cognitivo, ya que se aumentan sustancias químicas que previenen el deterioro de las neuronas del hipocampo.
- Aporta energía y ayuda a rendir más durante el día.
- Favorece la relajación y el sueño reparador.
¿Por qué ocurre?
El ejercicio favorece la liberación de endorfinas, sustancias químicas que producen sensación de buen humor y felicidad. Por ello, el deporte suele estar recomendado para personas que sufren depresión o ansiedad.
Otra de las sustancias que se liberan practicando ejercicio, es la serotonina. Ésta influye en nuestro estado de ánimo, dando una sensación de felicidad y posterior calma que beneficia notablemente el estado de las emociones. Además, nos ayuda a alcanzar un estado de relajación que favorece el sueño y mejora los casos de insomnio y ansiedad. Tras la práctica, aumentan los niveles de dopamina, hormona que nos ayuda a experimentar placer y plenitud.
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