El vínculo entre los ultraprocesados y la mortalidad es real

Varios donuts de colores colocados sobre una bandeja de papel

Un nuevo estudio ha despejado, más aún, las dudas y deja claras las consecuencias de ingerir ultraprocesados con cierta asiduidad. Desde hace ya varias décadas se sabe que una mala alimentación da como resultado una mala salud con mayores probabilidades de enfermarnos gravemente.

Dora Romaguera y Jadwiga Konieczna, del CIBEROBN de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Illes Baleares (IdISBa) han sido capaces de demostrar un vínculo directo entre una alimentación basada en ultraprocesados y la acumulación de grasa relacionada con la edad de los pacientes.

En la investigación participaron 1.400 personas entre ellos había hombres y mujeres con sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico. La edad de los participantes oscilaba entre los 55 y los 75 años.

En este estudio se utilizó un medidor de adiposidad de medición objetiva que se utilizó a través de densitometría e incluía la grasa visceral dentro del abdomen. Lo que diferencia este estudio de todos los anteriores, es que en este caso se establece una relación total entre la grasa de todo el cuerpo y el consumo de ultraprocesados. Sin embargo, en otros estudios se basan en el IMC, es decir, el índice de grasa corporal y eso consiste en una estimación.

Dora Romaguera y Jadwiga Konieczna han usado la técnica de la densitometría que consiste en extraer imágenes a través de rayos X de baja radiación y que es capaz de medir los huesos, músculos y la grasa de diferentes zonas del cuerpo, incluso la grasa visceral localizada dentro del abdomen.

Varios trozos de pizza con una CocaCola

Este nuevo estudio ha querido ir un paso más allá, y aunque la grasa visceral es buena porque protege los órganos que están en el abdomen, esta investigación la cuantifica de manera directa y la relaciona con los ultraprocesados.

En el trascurso de la investigación, han surgido ciertas diferencias entre hombres y mujeres. El sexo masculino tiene una mayor tendencia a la acumulación de grasa visceral, mientras que las mujeres tienen mejores hábitos alimenticios.

¿Dónde está el problema? En que las comidas y bebidas ultraprocesadas tienen un vínculo con enfermedades graves como la obesidad, diabetes, cáncer o problemas cardiovasculares. Este estudio concluye, como todos los anteriores, y advierte de los riesgos de adquirir una alimentación no saludable.

Algo muy importante es, tal y como dice el estudio, comer sano no es elegir buenos productos. Además, ahí entraría el debate de qué considera cada uno un buen producto. Lo primordial es aprender a leer las etiquetas nutricionales.

Si tiene más de 5 ingredientes, ya se puede considerar descartado por su alto procesado. Otro dato importante es fijarse en los primeros ingredientes de esa lista y descartar el producto si el primero de ellos es azúcar o si en esa lista aparecen ingredientes como harinas refinadas, jarabe de maíz, aceites hidrogenados, proteínas hidrolizadas, potenciadores del sabor, colorantes, edulcorantes, etc.


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