Todos sabemos que los gases que expulsamos de nuestro cuerpo son nocivos, pues bien, hay uno concreto que es el sulfuro de hidrógeno que se encuentra en las verduras y vegetales de hojas verdes y se expulsa creando sensación de alivio y con efecto antinflamatorio.
Según un grupo de microbiólogos de la Universidad de Viena y la Universidad de Konstanz, descubrieron que muchas verduras y vegetales de hojas verdes tiene un azúcar que contiene azufre y se llama sulfoquinovose.
El estudio, que se publicó en The ISME Journal, explicaba las bacterias que se encuentran de forma natural en el intestino producen un gas llamado sulfuro de hidrógeno tras consumir espinacas. Este gas es muy característico, ya que huele a huevos podridos. Altas concentraciones de este gas en los intestinos provocan cáncer.
Y es aquí donde se centra la investigación. Las bacterias que habitan en nuestros intestinos son capaces de alimentarse y procesar el sulfoquinovose utilizándolo como nutriente y ayudando a generar el crecimiento de microorganismos claves en el microbioma intestinal.
Al promover el crecimiento de Eubacterium rectale, (uno de los 10 microbios intestinales más comunes en individuos sanos), estas bacterias fermentan la sulfoquinovosa a través de una vía metabólica que, a su vez, les sirve de alimento y donde finalmente se crea el sulfuro de hidrógeno que es expulsado al exterior en forma de flatulencia maloliente.
Las apestosas flatulencias no pueden disuadirnos de seguir comiendo hojas verdes y en especial espinacas, dado que favorece a nuestro organismo y a nuestra flora intestinal. Reduciendo las posibilidades su sufrir cáncer por la acumulación de sulfuro de hidrógeno y otros gases nocivos.
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